Las chinches son unos insectos de color marrón rojizo que miden entre dos y cinco milímetros, apenas se pueden ver, pero han causado una plaga por casi toda Francia. Numerosos lugares han estado afectados por esta profusión. Los hoteles, por ejemplo, se han visto obligados a desinfectar de forma minuciosa cada rincón de sus instalaciones, renovar colchones y poner en cuarentena algunas habitaciones. En París y Marsella se han cerrado temporalmente algunas escuelas y universidades. Y en el transporte público se ha generado cierto pánico. Ahora, el Gobierno de Emmanuel Macron ha aprobado medidas como la implementación de un seguro específico para esta incidencia o el despliegue de perros rastreadores a fin de paliar esta lacra.
Estos insectos son hematófagos, es decir, se alimentan de sangre. Los lugares con presencia humana o animales domésticos favorecen su proliferación, y en un plazo de dos o tres meses una plaga de este tipo se vuelve incontrolable.
Entre todas las ciudades afectadas, destaca la situación en París. La Alcaldía llegó a solicitar ayuda al Gobierno de Macron, lo que le ha obligado a tomar cartas en el asunto a nivel ministerial. Otros lugares como Marsella, Niza, Lyon o Estrasburgo también han notificado casos en multitud de sitios públicos.
Los representantes políticos han asegurado una intensificación de medidas y protocolos para rebajar el problema. La primera ministra de Francia, Élisabeth Borne, señaló que los chinches son “una auténtica angustia” y un “calvario” para quienes los sufren. Borne agregó que “la infección en una vivienda puede ser una tortura para los que viven allí, además de ser costoso”. Por este motivo, anunció la creación de un observatorio destinado a investigar las causas del fenómeno de las plagas.
«La infección en una vivienda puede ser una tortura para los que viven allí, además de ser costoso», destacó Élisabeth Borne
Estos insectos se han extendido en varias escuelas. En París y Marsella se clausuraron varios centros al advertir de la presencia de chinches. Esta situación obligó a desinfectar el edificio, además de ventilar y limpiarlo. Los expertos indican que el origen del problema no se debe a la falta de higiene, sino al movimiento poblacional. Las redes sociales también han mostrado cómo los transportes han sido foco de esta plaga. Varias denuncias sobre infestaciones llevaron al ministro de Transportes, Clément Beaune, a convocar una reunión en la que valorar la situación y tomar medidas adecuadas. Para solventar la crisis, se han desplegado perros rastreadores que inspeccionan trenes y metros en busca de estos insectos.
Francia ya sufrió este problema en ocasiones anteriores. Según la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria, esta cuestión ya afectó a uno de cada diez hogares del país en los últimos años. Además, las autoridades aseguran que entre 2017 y 2022 se produjo un gasto de 230 millones de euros destinados a combatir las plagas de este insecto. “Puedes cogerlo en cualquier parte y llevártelo a casa, no detectarlo hasta que ya se han multiplicado y expandido”, indicó Emmanuel Grégoire, vicealcalde de París. La capital francesa ordenó establecer un seguro de hogar que, ante un alquiler, cubra este tipo de inconvenientes. El ministro de la Solidaridad y de la Salud de Francia, Aurélien Rosseau, confirmó que la gente “paga hasta 3.000 euros” por exterminar a estos insectos .
La hostelería, gran perjudicada
El sector de la hostelería es uno de los principales damnificados por este tipo de plaga. De hecho, la diputada conservadora Cathy Racon-Bouzon aseguró que los grandes sectores de actividad “no quieren ofrecer cifras concretas, reales” de la situación. El motivo es el temor a que sus informaciones se conviertan en “un desastre económico”, señaló. El propietario del hotel Montlhéry Paris Sud, situado en las proximidades de la capital, confirmó un gasto de 1.500 euros en control de plagas tras un avistamiento de chinches. Además, indicó que si uno de estos insectos logra desplazarse de una habitación del hotel a otra, él como dueño puede ser demandado.
Esto mismo, lo han experimentado los turistas que visitan Francia durante estos días. Algunos, se han encontrado con estos insectos en las habitaciones donde se hospedan. “Las picaduras provocaron un picor insoportable, por lo que casi no pudimos disfrutar del viaje”, relata Manel Moreno. Acudió al hospital, donde tanto a él como a su pareja le recetaron una pomada con cortisona y les explotaron algunas ampollas que las propias ronchas infectadas les causaron. Tras lo sucedido, el hotel les facilitó el cambió de habitación.
La proliferación de esta plaga también preocupa al desarrollo de los Juegos Olímpicos que se disputarán en París los próximos meses de julio y agosto. Grégoire manifestó la necesidad de reunir a las partes afectadas para “implementar un plan de acción a la altura de esta lacra”.
Las chinches llegan a España
Estos insectos no solo se han expandido por Francia. La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental ha explicado que las plagas de chinches son un problema de salud pública “emergente en toda Europa”. En España, en los últimos ocho meses, su presencia ha aumentado un 71%, lo que ha provocado más trabajo para las empresas de control de plagas. Ahora ya son la tercera plaga más común en el país, tras las termitas y las cucarachas. A pesar de estos datos, los expertos aseguran que anteriormente las poblaciones eran escasas, por lo que, de momento, este aumento no es alarmante.
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Las chinches se caracterizan por su capacidad reproductiva. Además, han desarrollado nuevas mutaciones que las hacen más propicias al clima cálido así como resistentes a los insecticidas. El director general de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental, Jorge Galván, ha declarado que las temperaturas altas “aceleran su metabolismo y hace que se reproduzcan más veces”. “Cada vez hay más y no van a parar de aumentar”, manifestó Oscar Soriano, científico titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
El Camino de Santiago, afectado por las plagas
El problema se ha trasladado también a Galicia. Las chinches han aparecido en varios establecimientos de Pontevedra donde los peregrinos del Camino de Santiago acostumbran a descansar. La gerente del albergue Albor, Yolanda Rey, ha indicado que los insectos se han propagado a través de las mochilas de los huéspedes. Cuando un cliente se percata de la presencia de una chinche, se utiliza ozono, insecticidas y la habitación queda inoperativa hasta que el problema se resuelve.
Hace unos meses, el albergue As Pozas Termais cesó por completo su actividad a causa de este motivo. “El origen del problema no está en la falta de higiene de la instalación sino en el transporte colectivo, mochilas y zapatos de los peregrinos”, señaló Jacob Pintos, gerente de este lugar. En junio, avistó algún caso aislado de este insecto. Sin embargo, fue en agosto cuando la cuestión se agravó y tuvo que cerrar su negocio. La desinfección y productos empleados no exterminó la plaga, sino que además “la situación sólo empeoró”, confirmó Pintos. El hostelero ha perdido 900 reservas y ahora contempla pagar 6.080 euros por una fumigación que solucione el problema. Asimismo, indicó que se trata de un asunto “complicado” en el que es necesario tiempo e inversión, ya que ahora mismo, lo sucedido es “un palo y una desgracia”.
