Caravanas de hasta 9.000 personas salen de Honduras con la esperanza de cruzar Guatemala y México, y llegar a Estados Unidos, pues sus integrantes esperan que haya un cambio en su política de acogida. Honduras se encuentra devastada después de los huracanas que han sacudido el país -que dejaron a miles de personas sin hogar-, la crisis sanitaria que vive el planeta, y la violencia y pobreza que ya había en el territorio.
Joe Biden, quien toma posesión este miércoles, llega a la Presidencia de EE.UU, y muchos hondureños esperan que pueda haber un giro en las políticas migratorias del país. Dado que los demócratas van a gobernar, tienen fe en que haya nuevas formas de entrar en EE.UU.
Sin embargo, la embajada de EE.UU. en Honduras ha asegurado que Guatemala y México no permitirán que las caravanas avancen, pues estas incumplen las órdenes de salud pública y las leyes de inmigración. Aunque el Gobierno guatemalteco ha desplegado cuerpos de seguridad en las fronteras del país, los miles de inmigrantes se han abierto paso a la fuerza y se convierte en la primera gran ola de inmigración en América, en 2021.
En la frontera, hubo un enfrentamiento entre los migrantes y los agentes guatemaltecos. Los policías consiguieron deshacer el tumulto y despejar la carretera bloqueada, pero varias personas quedaron heridas.
“Esta gente que se sumó a esta caravana realmente está en una situación totalmente irregular y muy difícil de manejar”, declaró Guillermo Díaz.
En un principio, se calculaba que las caravanas estuvieran formadas por grupos de entre 3.000 y 4.500 personas, pero los migrantes se fueron sumando hasta llegar a 9.000. El director del Instituto Guatemalteco de Migración, Guillermo Díaz, explicó que a pesar de que los grupos de gente que desean cruzar la frontera están en unas condiciones difíciles, el país posee la coordinación con Policía Nacional Civil (PNC), el Ejército y todas las instituciones de apoyo.
Honduras ha exhortado al Gobierno de Guatemala a investigar a las fuerzas de seguridad que detuvieron con agresiones y gas lacrimógeno una de las caravanas hondureñas. El ministro de Relaciones Exteriores guatemalteco, Pedro Brolo, confesó, en una rueda de prensa, que las autoridades del país se encuentran “sorprendidas” por la actitud del Gobierno de Honduras, ya que este se comprometió a disponer de un grupo de seguridad para diluir la aglomeración que se dirigía a EE.UU. No obstante, esto no ocurrió y, además, los militares hondureños llevaron a los inmigrantes a su frontera de forma violenta.
Brolo añadió que, a causa de la pandemia, la gente que ingrese de nuevo en Guatemala debe hacerlo de forma documentada, enseñando una prueba PCR negativa, que estaba siendo repartida entre los inmigrantes con datos falsos, tal y como aseguró el ministro. Según explicó Brolo, el problema puede suponer una “gran crisis humanitaria” en las fronteras.
México tiene elementos sanitarios y de seguridad en su frontera. Además, pondrá a disposición cuatro autobuses para el regreso de los migrantes. Por ello, pidió al Gobierno de Honduras que coopere y actúe de forma “activa”, con el fin de garantizar la seguridad de sus ciudadanos.