Lina Gálvez, eurodiputada: “Pensar que hay dos bandos en Europa es un error”

- Desmarcar - 14 de mayo de 2020
Lina Gálvez saltó a la política nacional en 2018, cuando fue designada Consejera de Conocimiento, Investigación y Universidades de la Junta de Andalucía.

El Eurogrupo ha acordado su primer paquete de medidas en respuesta a la crisis del coronavirus. Se trata de una movilización de 540.000 millones de euros que ofrece una red de triple seguridad a los 27 países soberanos que conforman la Unión Europea. Es un primer paso positivo pero no “suficiente” para los intereses de los estados, según afirma Lina Gálvez (Sevilla, 1969). La eurodiputada saltó a la política continental el pasado mes de junio, cuando el PSOE le ofreció ser la número cuatro de su lista electoral como independiente. La actual vicepresidenta de la Comisión de Industria, Investigación y Energía del Parlamento Europeo jamás habría podido imaginar que 11 meses después de los comicios del 26-M, la Unión Europea se enfrentaría a la mayor crisis de su historia.

¿Es un éxito el mero hecho de que se llegase a un acuerdo?
Los intereses son más comunes de lo que parecen. Gran parte de los superávits de los países del norte tienen que ver con los déficits de los países del sur, porque ahí es donde se encuentran los mercados que les permiten tener la opulencia de la que disfrutan. Es verdad que hay situaciones muy distintas y que existen fuerzas nacionalistas en gobiernos de muchos países que hacen que los problemas globales se miren con una visión nacional. Con esta dispersión de realidades, llegar un acuerdo es un éxito, pero aún es insuficiente para lo que necesitamos todos, no solo los países del sur.

¿Qué es lo mejor del acuerdo para España?
La idea de que vaya a haber un plan de recuperación tras la crisis y que no haya condicionalidad para los gastos que tengan que ver con la crisis sanitaria. Esto último es un tanto engañoso porque podemos tener gastos que tengan que ver con la paralización económica vinculada con la crisis sanitaria.

¿Qué cambia el acuerdo en la mesa de negociación?
Estamos un peldaño más arriba. Ahora negociamos sobre un suelo que no teníamos y que es muy importante. Creo que va a haber una mutualización de la deuda, que ya veremos si recibe el nombre de coronabonos, porque no queda otra. Una unión monetaria no se puede desarrollar sin solidaridad y, en este caso, no se puede poner más presión sobre la deuda de países determinados porque comprometeríamos el bien de la generación futura.

«El tiempo corre más en contra ahora que en la crisis de 2008»

Sobre la mutualización de la deuda habló ayer el expresidente de la Comisión Europea Jean Claude Juncker en una entrevista al diario El País, en la que afirmó que los coronabonos llegarán con el tiempo. Pero… ¿hay tiempo en esta crisis?
Solemos comparar esta crisis con la de 2008, pero, precisamente en este aspecto, vamos peor. Que el confinamiento dure una o dos semanas más en esta crisis tiene mucho peso. El tiempo corre más en contra ahora. Primero porque hay que salvar vidas, y, segundo, por la paralización de la economía. Sí es verdad que la respuesta de la Unión Europea está siendo más rápida que por entonces, pero los escenarios pueden ser muy distintos todavía y debemos tener intervenciones más radicales.

¿Entiende la postura de los países del norte en la negociación, en especial de Países Bajos?
Entiendo que tengan la presión de los partidos de extrema derecha y teman apoyar medidas que se consideren muy solidarias en sus respectivos países y, como consecuencia, desencadenen en un mayor avance de estos partidos. Es un riesgo y se comprende, pero hasta ahí. Porque ni siquiera a ellos les interesa económicamente. Ese es el mensaje que hay que transmitir, como ya lo hizo el presidente alemán. Hay que ser solidarios porque es un problema de todos. Insisto en que sus productos están en los mercados del sur de Europa. Podemos y debemos avanzar todos juntos.

«Tenemos que ser más arriesgados y valientes con las medidas»

En el caso de que se llegue a un acuerdo ajeno a las preferencias de los países del norte… ¿se podría generar aún más euroescepticismo entre su ciudadanía?
El mayor riesgo de euroescepticismo ahora mismo está en el sur, concretamente en Italia. Ahora mismo, es una de las piezas más débiles y es muy importante para la Unión Europea. Pasa lo mismo en España. Todos los días me escribe algún amigo o compañero para decirme que ya no cree en la Unión Europea. Es algo que me preocupa mucho porque Europa y el mundo están mejor con la Unión Europea que sin ella. Tenemos que hacer lo que sea para salvaguardarla.

¿Qué medidas proponen?
La Zona Euro debe avanzar hacia un tesoro común e incluso cambiar los estatutos del Banco Central Europeo (BCE) para que se comporte como otros bancos centrales. La Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco de Inglaterra, por ejemplo, le están dando a la maquinita del dinero. En momentos excepcionales como este, debe haber medidas excepcionales. Dentro de nuestra propuesta está el dinero helicóptero.

El BCE tiene que jugar un papel más central e importante porque llegará el momento en el que la política fiscal no llegue a más, sobre todo si el Eurogrupo no se pone de acuerdo, por lo que tendremos que tirar de política monetaria. Aquí nos encontraremos con los tratados y con lo que puede o no puede hacer el BCE. Hay que dar un paso más allá, si no el resto del mundo va a dar una respuesta de política monetaria que aquí no se va a poder realizar. La única solución para salvaguardar el proyecto europeo es con más unión, no con menos. Tenemos que ser más arriesgados y valientes.

¿Existe un término medio entre ambos frentes?
Hacemos mal en verlo como distintos frentes. Uno de los países donde más ha crecido el número de muertes por habitante estos últimos días ha sido Bélgica, y es posible que el siguiente sea Alemania o los Países Bajos. Ellos tienen unas economías más saneadas que la nuestra porque, para empezar, la crisis de 2008 ocasionó muchos más desequilibrios de los que ya había generado el euro. Nosotros todavía estamos saliendo de los estragos de aquello, ellos, en cambio, afrontan esta crisis con tesoros más desahogados, pero eso no quiere decir que no puedan entrar en problemas serios, más si tenemos en cuenta que sus poblaciones están más acostumbradas a tener unos subsidios y un colchón por parte de sus estados mayor al nuestro.

«La desunión en Europa ha acabado siempre en guerra»

Esto es un problema común y no hay dos bandos. Tenemos que insistir en la idea de que si el barco se hunde por la popa va a acabar hundiéndose también por la proa. Creo que los gobiernos son capaces de entenderlo, pero esto hay que transmitírselo a la ciudadanía. Con las redes sociales y los partidos políticos que solo están para intoxicar puede ser muy difícil trasladar el mensaje de que hay que hacer unos esfuerzos comunes por países que no consideran parte de su comunidad.

Las previsiones del FMI han confirmado que la crisis del coronavirus afectará por igual a Países Bajos como al conjunto de la Unión Europea (un impacto del 7,5% del PIB). ¿Estas cifras pueden afectar a la negociación?
Espero que sí. Insisto en la idea inicial, somos también su mercado. En los Países Bajos viven 17 millones de personas, mientras que en España somos 47 millones y en Italia, 60 millones. Estamos hablando de mercados muy grandes para los intereses de las empresas holandesas y sus exportaciones. Si nosotros caemos, ellos caen, y creo que los datos de un organismo como el FMI pueden generar un impacto grande.

De todas formas, en este informe hay caídas muy grandes que demuestran que no va a ser un problema europeo, sino mundial y que las economías van a sufrir mucho. La holandesa siempre ha sido una muy abierta al exterior, por lo que, si hay una situación internacional complicada, deberían, por lo menos, asegurarse bien de que el comercio doméstico, que es el europeo, funcione. Hay que insistirles con esto. Ponerle contra el espejo para que vean que mirar por sus propios intereses va a ir en contra de sus propios intereses.

“Los nacionalismos son un problema serio para Europa”

¿Qué lecciones puede sacar la UE de la historia para afrontar esta crisis?
La historia nos dice lo que no tenemos que hacer. La desunión en Europa ha acabado siempre en guerra. Si salimos de forma conjunta vamos a salir mucho mejor y mucho antes. Hace falta liderazgo, unión y solidaridad. Estoy francamente sorprendida con lo bien que se ha asimilado el confinamiento. Mi cuñado, que es jefe de una UCI de un hospital de Sevilla, nos llamó para decirle a mi hija que lo que hace él en su profesión no es más importante que lo que hacemos nosotras, que quedándonos en casa estamos también salvando vidas. Y ese es el mensaje que tiene que calar en la ciudadanía, al menos a nivel europeo. Tenemos que ser dejar el cainismo a un lado y ser más patriotas, si hablamos de España, y más europeos, si hablamos de Europa.

¿Es un problema que no haya sentimiento europeo?
No ha dado tiempo tampoco a que se genere. La crisis de 2008, que estuvo muy mal gestionada por parte de Europa, ha exacerbado en nacionalismos en los distintos países y es un problema muy serio para Europa.

El informe del FMI también cifra en un 8% el desplome del PIB de España. ¿Cómo de preocupantes son estos números?
Son muy preocupantes, pero en otros países los números son aún peores y tampoco difiere de las caídas de otros estados europeos. Es un desastre porque la solución a la crisis sanitaria pasa por la paralización de la economía. Lo bueno del acuerdo, aunque sea de mínimos como se ha dicho en el Eurogrupo, es que supone un colchón tanto para los estados como para las empresas y las familias. Pero repito, son insuficientes.

¿Hay algo positivo dentro de este informe?
Según el informe, España cae un 8% y luego sube un 4,3%, que es un crecimiento potente, ya nos gustaría tenerlo más a menudo. Pero vuelvo a la cuestión del tiempo y su importancia. Hay una cifra positiva, y es que parece que se está ralentizando el número de contagios y disminuyendo el de fallecidos, mientras que aumenta el de curaciones. Esto implicaría que el confinamiento acabase antes y la economía se reactivase antes. Ahora tenemos que intentar que la bicicleta no se pare para evitar su caída, y es lo que se está intentando con las medidas de confinamiento parciales.

El informe también señala un posible brote en otoño que nos lleve a otro confinamiento. Tenemos que jugar con los distintos escenarios, pero siempre con generosidad, solidaridad y no quedándonos en las medidas que se han pactado hasta ahora. No hablo de más dinero, sino de nuevas respuestas que rompan con una ortodoxia económica que va a mostrar sus limitaciones.

“El sistema fiscal español tiene agujeros por todos lados”

Países Bajos achacó a los países del sur no haber hecho los deberes en materia fiscal. En España se han acumulado hasta 820.000 millones de euros en deuda pública desde el año 2008 con los gobiernos del PP y PSOE. ¿Es hora de que el Estado aplique políticas dirigidas a la reducción de la deuda cuando se supere el bache económico?
Si no hubiésemos hecho todo ese gasto, habríamos afrontado esta situación aún peor. Necesitábamos ese gasto.

Pero en los últimos años existía margen para reducir la deuda…
Se genera déficit cuando las políticas fiscales no están bien diseñadas y cuando se recauda mucho menos que otros países. Nuestro problema son los ingresos. Y no consiste en subir los impuestos, sino en organizarlos mejor, porque son más regresivos de la cuenta y se bajan demasiado.

Nuestro déficit no viene por un problema de gasto, porque nuestra Administración Pública es menor que la de otros países. Está claro que hemos tenido corrupción, que es algo con lo que tenemos que acabar sí o sí en cualquier Administración de cualquier signo político porque es un malgasto y eso es intolerable. Pero el déficit no viene por parte del gasto, y menos mal que se ha hecho uno que ha permitido una reactivación de la actividad económica y que ha posibilitado a las familias llegar a esta crisis con una posición más holgada.

Es más, si pensamos en cómo están las residencias, la sanidad, la educación… pensaremos que todavía necesitamos más gasto. Tenemos que trabajar más en los ingresos porque tenemos un sistema fiscal muy mal diseñado y con agujeros por todos lados.