Aunque las tasas de paro se han contenido, la penuria e inestabilidad de los empleos no posibilitan que las familias españolas puedan satisfacer sus necesidades. Las tasas de pobreza y exclusión se concentran en las personas desempleadas, con un 46%. De estas cifras, un 25,9% está en exclusión severa y un 17,2%, en pobreza severa.
Además, una de cada diez personas que trabajan se encuentra en situación de marginación. Así lo refleja el Informe la vulneración del derecho a un trabajo decente: empleo y exclusión social, realizado por la Fundación Foessa y presentado este miércoles por Cáritas Española.
Además, un tercio de las familias con un principal sustentador de la casa con empleo, un 36%, han tenido que reducir los gastos de ropa, alimentación y productos básicos, o gastos como luz y calefacción, debido a la insuficiencia del empleo. Según esta encuesta, elaborada a más de 11.600 hogares de España, el 17,2% de ellos han requerido ayudas económicas externas, sobre todo pertenecientes a las instituciones.
También, los hogares con menores son más sensibles a las estrategias de reducción de gasto, un 41,7%, a la necesidad de solicitar ayuda económica, un 22%, y al retraso en el pago de recibos y la recepción de amenazas de cortes de suministros o expulsión de la vivienda donde, con un 6,8% y un 10% respectivamente, se encuentran un 40% por encima de las tasas de los hogares cuyo sustentador principal trabaja.
#ConValoresHayDerechos
Los datos relativos al desempleo se han ido reduciendo en los últimos años pero, desde @_CARITAS, entendemos que la valoración positiva debe ser matizada. @kiko_lorenzo nos lo cuenta ? pic.twitter.com/80x4FiUG8Z— Cáritas Española (@_CARITAS) 8 de mayo de 2019
Durante la rueda de prensa donde han presentado el informe, Francisco Lorenzo, director del Ámbito Social de Cáritas, animó a los presentes a “mirar las características del empleo que se crea”, con el fin de no ser engañado con de que la mejora del paro es la inexistencia de problemas. Además, afirmó que los datos manifiestan que los empleos han cambiado.
Uno de los datos que se han destacado en la presentación ha sido la dificultad de las personas que no han conseguido incorporarse al mercado laboral, 1,8 millones de hombres y 1,6 millones de mujeres, a pesar de la recuperación económica. “La mayoría de personas que continúan en el paro se debe a un desempleo estructural alto. Obtener un trabajo es una meta complicada porque el mercado laboral de hoy no garantiza poder cubrir los aspectos básicos”, explicó Lorenzo. Además, el hecho de que el 46% de la tasas de pobreza y exclusión haya crecido, multiplica por 2,5 la amenaza de caer en exclusión.
Nuevos empleos dignos
La organización católica de Cáritas consiguió reinsertar en 2018 a 13.545 personas mediante su programa de empleo, es decir, una de cada cinco que solicitaron asistencia a la institución consiguieron volver al mercado laboral. Esto supone que más del 18% de las 72.169 ciudadanos participaron en los programas de empleo.
El informe se presenta en pleno escenario electoral, donde “la apuesta por el empleo digno y de calidad por parte de todos los poderes públicos es, para Cáritas, una de las claves de la lucha contra la precariedad que afecta a muchas personas”, señaló Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española.
Esta acción de Cáritas a favor de la inserción social, mediante el empleo digno, se enmarca en la línea estratégica por el modelo de economía social, inspirado en la Doctrina Social de la Iglesia. “Esta doctrina se encuentra dentro de la instrucción pastoral de la Conferencia Episcopal, servidora de los pobres y en la acción coordinada por todas las entidades de Iglesia involucradas en la pastoral obrera dentro de la Iniciativa Iglesia por el trabajo Decente”, explicó Peiro.
A este respecto, Francisco Lorenzo aseguró: “somos conscientes de que las dinámicas que incrementan la desigualdad no generan riqueza, sino que es cada persona con sus decisiones cotidianas, a la hora de consumir, quienes lo hacemos”.