Cuatro Damas de Blanco acudieron este pasado miércoles 4 de octubre a la Universidad Francisco de Vitoria para darnos a conocer la realidad que vive la isla caribeña de Cuba. Elena Larrinaga, representante de Las Damas de Blanco fuera de Cuba, lideró la charla acompañada de sus otras tres compañeras: Denia Fernández, Berta y Freisa Batista. Otras tres mujeres que tenían previsto asistir a la charla fueron detenidas en los últimos días antes de partir hacia Madrid.
Las cuatro representantes tienen una misma visión de la realidad, se arropan bajo la idea de igualdad y persiguen un mismo fin: la libertad del pueblo cubano. Elena pidió más apoyo internacional y afirmó que «España es un país clave para el desarrollo y la búsqueda de la justicia en Cuba», además hace referencia al papel trascendental que posee el periodista y como esta profesión está «perseguida» en Cuba para aquellos que no obedecen las pautas del régimen. Por otro lado, Denia se mostró asombrada ante la capacidad de libertad de expresión del pueblo español y declaró que «Cuba no tiene ningún tipo de libertad». Berta trasladó su experiencia, como es ser familiar de un preso político (su marido ya está en libertad), el vivir con desesperación e incertidumbre, y nos confesó que «las celdas en las que los presos se encuentran son infrahumanas, nada higiénicas y esto hace que los presos salgan con enfermedades». Por último, Freisa se presentó como la encargada de la plataforma femenina en Cuba, afirmó que la labor de la plataforma es «proteger a las mujeres de los maltratos y violaciones que las mujeres sufren en los barrios más marginales».
La historia de un pueblo «en ruinas»
Las Damas de Blanco es un grupo de mujeres que surgieron voluntariamente en abril del año 2003, tras la encarcelación de sus maridos, hijos y familiares en la madrugada del 18 de marzo de 2003, cuando la dictadura de Fidel Castro decidió dar caza a estos hombres porque consideraba que no beneficiaban al régimen, es lo que se conoce como la «Primavera Negra de 2003». Hasta setenta y cinco varones fueron condenados. Estos hombres eran bibliotecarios, periodistas independientes y pacíficos opositores cubanos, pero para el gobierno de Castro eran «mercenarios». Las condenas van de 6 a 27 años de cárcel. El gobierno tomó estas duras represalias por el auge del movimiento opositor cubano. De esta forma nacen las Damas de Blanco, unidas por una misma causa a pesar de la gran pluralidad del grupo. Todos los domingos acuden vestidas de blanco a la iglesia de Santa Rita en el barrio habanero de Miramar, tras la misa recorren las calles de alrededor portando fotos de los presos con el número de años de sus condenas.
Las Damas de Blanco no pertenecen a ningún partido ni tampoco a una ideología, solo luchan contra el régimen castrista. Elena afirmó que «el gobierno cubano detiene y toma represalias contra la oposición y la opinión», por ello quiere que se escuche la voz del cubano dentro y fuera de Cuba. Destacó la importancia que tiene nuestra nación y la estrecha unión entre Cuba y España por su historia, su lengua y su gente. Asimismo, las Damas de Blanco piden más apoyo internacional, que no se de oxígeno a los Castros.
«Un país sin economía jamás puede ser libre»
Las Damas de Blanco destacaron la situación económica del país, dejando a las claras que «es una nación pobre y sin recursos, con limitaciones sanitarias, de primera necesidad y tecnológicas» afirmó Berta. El salario medio de un cubano de a pie ronda los 300 pesos cubanos, por lo que contratar un día internet cuesta 1/5 del salario medio, lo que supone casi una inexistencia de información, contacto exterior o libertad para el ciudadano, ya que si se da algún «capricho» no podría cubrir las necesidades más importantes. Por ello las Damas de Blanco hacen un llamamiento mundial para que se pueda ayudar al pueblo cubano con medicamentos, alimentos o juguetes.
No obstante, este grupo de mujeres ha sido reconocido a nivel global, recibiendo numerosos galardones de gran importancia. Destacan el Premio Andrei Sajarov 2005 a la libertad de conciencia que el Parlamento Europeo concede cada año, el Premio Libertad Pedro Boitel 2005 y el Premio a los Derechos Humanos 2006 por «su dedicación al progreso de los derechos humanos en Cuba, su coraje y determinación».
Las Damas de Blanco se autodenominan como un grupo fuerte, unidas por el dolor y la injusticia, pero que las experiencias las hacen aún mas firmes ante la causa, ellas mantienen la esperanza y se apoyan las unas en las otras para afrontar las dificultades.