La Comunidad de Madrid va a limitar el uso de pantallas en las aulas. El Gobierno regional ha resaltado el peligro que supone exponer a niños de corta edad a los dispositivos tecnológicos, y ha apostado por eliminarlos completamente en Infantil y reducir su uso en Primaria. Además, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Región, ha ratificado que, en la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), abogarán por un uso autónomo, limitado y controlado de la tecnología.
Díaz Ayuso se ha marcado como objetivos la potenciación del aprendizaje y la comprensión de los alumnos en las primeras etapas educativas.
Desempantallados
Desempantallados es una asociación de padres y profesionales que, desde 2020, intentan frenar la digitalización descontrolada que sufren los centros educativos de toda España. Juan Antonio Latasa, cofundador y vicepresidente de Desempantallados, ha explicado a Mirada 21 que en su asociación agradecen la labor de la Comunidad de Madrid y alaban la implementación de medidas para restringir el uso de pantallas dentro de las aulas.
Según la asociación, los dispositivos electrónicos en las clases atentan contra la salud, la seguridad y la formación pedagógica de los niños. Subrayan, también, la importancia de recuperar los libros y la enseñanza tradicional en papel, ya que es inviable que los alumnos crezcan y se eduquen con carencias. «No nos oponemos frontalmente a la tecnología, es buena y útil, pero en su debido lugar y momento. A los ocho años, los alumnos tienen que aprender Matemáticas, cuando sepan y sean mayores ya podrán usar la calculadora como herramienta», afirma Latasa.
«Nos han dicho que solo somos cuatro padres locos, pero cada vez somos más y, según va pasando el tiempo, se demuestra que tenemos razón», añade Juan Antonio Latasa. La postura de la comunidad científica se acerca cada vez más a la de la Desempantallados. Además, Latasa hace especial hincapié en la importancia de la alerta que dio, recientemente, la Agencia de Protección de Datos. Esta institución desaconseja la utilización de pantallas en el aula, ya que pueden afectar gravemente a los alumnos, y hacen responsable a los centros educativos de los riesgos a los que se someten los estudiantes si los profesores les dan permiso para sacar el móvil u ordenador en clase.
Asimismo, Latasa ha resaltado la carencia de seguridad en los dispositivos que utilizan los alumnos en clase, y su incredulidad ante la creencia de que los colegios sean un «entorno seguro» con tantos dispositivos tecnológicos: «Que los niños tengan que tapar la cámara de sus Chromebooks por la amenaza de hackeo dice muchas cosas de la seguridad. Nadie en su sano juicio puede pensar que están en un entorno seguro».
«La tecnología es buena y útil, pero en su debido lugar y momento», asegura Juan Latasa.
El abuso de las pantallas
El creciente uso que los niños hacen de las pantallas es cada vez más preocupante. El Comité Científico sobre Promoción de la Salud y Derechos de la Infancia y Adolescencia del Ilustre Colegio Oficial de Médicos (Icomem), junto con la Comisión de Deontología Médica han advertido sobre su uso y su relación con la salud. En un informe, basado en 12 años de evidencias científicas, subrayan las consecuencias negativas que tiene el uso abusivo y problemático de la tecnología en los menores, así como la relevancia de generar una conciencia colectiva, especialmente entre los padres.
Los expertos avisan de los peligros a los que se expone la infancia si los adultos no toman medidas para regular el tiempo de uso de los dispositivos. Entre las principales preocupaciones se encuentra la posible adicción de los niños a las pantallas y su repercusión en otros ámbitos de sus vidas, como el ejercicio físico, el sueño o, incluso, las relaciones personales. La sobreutilización de los dispositivos tecnológicos puede conducir a los niños al sedentarismo, a la obesidad o a la sensación constante de cansancio.
Ante la evidencia de la influencia negativa de las pantallas en la infancia, el Colegio de Médicos y el Comité Científico piden la inmediata actuación ante este problema. Como solución, recomiendan a las entidades gubernamentales atajar la problemática de raíz, como ha hecho Díaz Ayuso, e incrementar la formación de los sanitarios en este campo.
El informe PISA
La Comunidad de Madrid ha sido la primera región en recular en cuanto al uso de pantallas en las aulas, en parte debido a los datos que ha cosechado España en el último Informe PISA. Los alumnos han caído en todas las materias de las que se han examinado, y han obtenido los peores resultados de la historia.
Desde 2015, España ha caído 15 puntos en Matemáticas, 22 en Lectura y 8 en Ciencias, y, según el propio método de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) para interpretar los resultados, los españoles han perdido un curso escolar casi por completo.
Entre las principales causas del desplome, además del impacto que ha tenido la pandemia del coronavirus y la menor implicación de los padres en el aprendizaje de sus hijos, se encuentra la mayor utilización de los dispositivos electrónicos.
La OCDE también advierte de que los móviles y las tabletas pueden causar distracciones y generar una gran adicción. Además, avisa del impacto de estos en el aprendizaje en la propia clase. Actualmente, el 33% de los menores españoles reconocen distraerse con los dispositivos en clase, alumnos que han sacado hasta 15 puntos menos en la prueba de Matemáticas comparados con aquellos que no se distraen.
Otras medidas en Madrid
Además de la limitación en el uso de pantallas, Díaz Ayuso ha anunciado que la Comunidad de Madrid va a apostar por la jornada partida en Infantil y Primaria. Según la presidenta regional, tiene el objetivo de combatir el abandono escolar, la soledad y las adicciones, mejorar el rendimiento de los alumnos y los hábitos de alimentación, y hacer frente a las bandas juveniles.
Además de tener la jornada escolar partida de forma obligatoria, los nuevos colegios que se construyan pertenecientes a estas etapas educativas también incluirán 1º y 2º de la ESO. Así, la medida, que se pondrá en marcha a partir del curso que viene, pretende facilitar la conciliación entre la vida familiar y laboral.