El pasado 29 de noviembre, la periodista y profesora de Teología Rocío Solís visitó Mirada 21, donde analizó el sufrimiento ante la incertidumbre del futuro. Tal y como explicó, es habitual que el miedo de no saber qué cosas depara la vida generen inquietud. Este problema no solo se percibe en jóvenes, sino en todas las edades. La incertidumbre no es una cualidad de la juventud, sino que perdura hasta la vejez.
Además, Rocío Solís habló sobre el periodismo y explicó que, dentro de él «la gente va a escuchar lo que tú has visto»y que la realidad llega a hombres y mujeres por otros hombres y mujeres. El periodismo nunca será objetivo, ya que todo lo que se cuenta lo dice un sujeto que no tiene todos los factores de la realidad. Solís continuó diciendo que «el periodismo debe ser veraz y honesto».
Reflexiones
El miedo y la incertidumbre frente al futuro es algo común en la vida del ser humano. En ocasiones, surgen numerosas preguntas que, a priori, no se pueden responder. ¿Dónde vas a terminar trabajando? ¿Qué será de ti? ¿Obtendrás la felicidad? ¿Estás aprovechando el tiempo al máximo?
«El miedo al paso del tiempo se produce porque no nos paramos a pensar en la grandeza actual», destacó Rocío Solís. Además, añadió que los jóvenes no tienen espacios para sentarse y meditar sobre el presente. Esto se debe a que tienen muchas distracciones como las redes sociales, las salidas, el trabajo…
«Fracaso y fracaso hasta la victoria, no sabemos cómo, pero venceremos», afirmó Solís.
El miedo al fracaso y a la incertidumbre no es malo. «Fracaso y fracaso hasta la victoria, no sabemos cómo, pero venceremos», afirma Solís. Por esta razón, comentó que hay que estar expectantes para ver cómo se va a vencer.
Lo que sí que es importante es tener claro que, a pesar de los fracasos de la vida, siempre hay otros caminos. La vida es un camino y es la propia vida la que lleva a atravesar el fallo para discernir y para realizar la autorreflexión. Saber quién eres, qué deseas y qué te hace feliz son tres claves fundamentales para que, cuando dejes este mundo, sepas quién eres.
Fotografía locutada
Instagram: @f_dharo
Rocío Solís también habló de Fernando de Haro, periodista de COPE, que finalizaba sus programas, de tres o cuatro horas de información, con algo para ampliar el campo de imagen de aquellos que le escuchaban. Era una sección en la que, de manera poética, definía diferentes imágenes.
Solís decidió destacar una de ellas, ya que le marcó. Era la del 6 de septiembre del 2018: «Es una foto chiquita. En el centro de la imagen aparece una camioneta boca arriba y abollada. A su lado hay un coche volcado. Más adelante, otro destrozado a lo lejos; árboles, señales y adoquines arrancados de cuajo. En una esquina, tres figuras humanas están encogidas, una se lleva las manos a la cabeza como si no pudiera creer lo que ve, y otra se intenta proteger abrazándose a sí misma. La calle convertida en un cementerio de chatarra por el paso del tifón. Devastación en un país ordenado y tranquilo. No hay nadie a salvo de la devastación. Devastación es lo que trae un tifón, y devastación es escuchar un diagnóstico que te deja helado. Devastación es llevar meses sin ir a una oficina o a un taller, no tener trabajo… Devastación es el olvido, devastación es que no suene el teléfono, devastación es ver al hijo equivocarse. Devastación es que los besos y el canto se queden atrás, en el pasado. Devastación es que este niño tan inocente pase por esto. Devastación es ese misterioso mal que tienes, que no te acuerdas de cómo me llamo. Devastación es mirarte a la cara y que tu angustia y tu dolor no te dejen sonreír. Devastación es que la quimio no se acabe nunca. Devastación es la traición de un amigo. Devastación es que la vida no nos ahorra nada. Pero devastación es sobre todo es no tenerte cerca para contártelo, para llorarte, para reposar en ti, para enfadarme contigo, para que me consueles… Que si estás tú, la devastación es menos devastación, que devastación es estar sin ti».
