Donde una vida acaba, otra puede renacer. Cada 5 de abril, Beatriz López envía unas palabras al cielo en agradecimiento al chico que hace 13 años le donó su riñón. «Aunque no me vea, pero gracias a él estoy aquí, tengo un pedacito suyo», recuerda emocionada. Aquel día, el teléfono sonó a las 4:00 h, y le informaron de que iba a ser operada de urgencia. Desde entonces, abandonó las duras sesiones de diálisis, y ahora disfruta de su buen estado de salud.
La generosidad de los ciudadanos y un sistema sanitario referente a nivel mundial hacen posible que todos los años haya miles de casos como este en España. En 2023, se produjeron en el país un total de 5.861 trasplantes, lo que supone el 20% de los realizados en la Unión Europea. El anterior récord histórico fue en 2019, pero aquellas cifras ya se han incrementado un 8%.
Con una tasa de donantes fallecidos de 48,9 por cada millón de habitantes, España continúa líder en este ámbito desde hace más de tres décadas. Estados Unidos mantiene una media de 44,5, mientras que Francia (25,8), Alemania (25) e Italia (10,4) presentan resultados inferiores.
Los órganos que se pueden someter a este tipo de cirugías son hígado, pulmón, riñón, corazón, páncreas e intestino. Hasta la fecha, la sanidad española ha sido la única capaz de lograrlo con todos. Además, en 2023 aumentó el número de intervenciones para cada uno de ellos.
Cada dos horas y media se trasplanta un riñón en España, un ritmo muy alto en comparación con otros países. Beatriz López contaba solo con una función renal del 15%, por lo que fue inscrita para recibir un nuevo órgano. Doce meses después, ya se lo habían concedido. En lugares como Alemania, este tiempo asciende hasta los siete años, por lo que en algunas ocasiones ya es demasiado tarde. En Europa, mueren todos los días 10 personas en esta situación de espera.
«Somos los ciudadanos del mundo que más posibilidades tenemos de recibir un órgano si lo necesitamos», destacó en rueda de prensa la ministra de Sanidad, Mónica García. Este éxito ha hecho que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Europea recomienden aplicar las bases del modelo español. En Francia, incorporaron estas directrices y sus datos mejoraron hasta los 5.503 trasplantes en 2022.
«Somos los ciudadanos del mundo que más posibilidades tenemos de recibir un órgano si lo necesitamos», señala Mónica García.
Todo nace en quirófano
Nada de esto sería posible sin la destreza de los médicos que llevan a cabo la operación. Con sus manos obran milagros y regalan a pacientes como Beatriz López la oportunidad de vivir. El cirujano Alejandro Manrique forma parte, desde 2007, del equipo de trasplantes del Hospital Universitario 12 de Octubre (Madrid). «Cuando nuestras coordinadoras tienen un aviso, se estudia si los órganos del donante son válidos. Si esto se confirma, realizan la extracción y se traslada al receptor hasta quirófano, donde se procede al implante», explica Manrique.
En 2023, se curó a 190 menores de edad con este procedimiento. Manrique detalla que las experiencias más llamativas son aquellas en las que los progenitores entregan parte del hígado a sus hijos pequeños. También, hay veces que esto sucede entre hermanos, por lo que la emotividad es mayor.
Ismael Almagro experimentó esta situación en sus propias carnes. En 2018, su hija Sarah contrajo una meningitis que derivó en un fallo multiorgánico y le dañó el riñón, por lo que el padre no dudó en donar el suyo y devolverle la esperanza. «Tuve claro desde el principio que lo quería hacer, me daban igual las consecuencias y secuelas que aquello tuviera», subraya Almagro.
«Tuve claro desde el principio que lo quería hacer, me daban igual las consecuencias y secuelas que aquello tuviera», relata Almagro.
Existen circunstancias en las que el enfermo está crítico y necesita atención cuanto antes. Si esto ocurre, se activa el protocolo Urgencia 0. La primera opción compatible que surja en cualquier zona del país será suya. Para que todo salga de manera adecuada, se movilizan entre 80 y 90 personas.
Un proceso ágil
Cuando un órgano es extraído puede aguantar varias horas sin riego sanguíneo y oxigenación. No obstante, este periodo es muy limitado y se conoce como tiempo de isquemia. A partir del instante en el que se avisó a Beatriz López de acudir al hospital, comenzó una carrera contrarreloj para que el nuevo riñón no perdiese su funcionalidad. «Todo tiene que hacerse lo más rápido posible para que el tejido no sufra demasiado, es muy importante», señala Manrique.
Este proceso debe ser mucho más acelerado si el trasplante proviene de una comunidad autónoma distinta de la del receptor, algo que pasa en el 25% de los casos, y solo cuando se notifica una Urgencia 0. La gestión logística del transporte es crucial. En distancias inferiores a 300 kilómetros se recurre a las ambulancias. Si el recorrido es mayor, se escoge un avión comercial o privado para llegar al paciente de inmediato.
Estos trámites son responsabilidad de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), que comunican la alerta a las aerolíneas con las que mantienen convenio. «Cuadramos los horarios con los equipos de extracción y nos ponemos en contacto con los aeropuertos implicados. Esto suele hacerse en poco tiempo», destaca la enfermera coordinadora de trasplantes en la ONT, Rocío Vega.
«Cuadramos los horarios con los equipos de extracción y nos ponemos en contacto con los aeropuertos implicados. Esto suele hacerse en poco tiempo», explica Vega.
Es primordial que se respeten los plazos establecidos. Si es necesario, las compañías de vuelo han de esperar hasta la llegada del órgano. Este se coloca en neveras diseñadas para garantizar su óptima conservación en la cabina de mando. Desde ese momento, es el piloto el que asume la responsabilidad del traslado.
Hay ocasiones en las que la colaboración trasciende fronteras y se desarrollan operativos a nivel internacional. «Tenemos acuerdos con Portugal, Francia e Italia», destaca Vega.
Todo, bajo anonimato
En donantes fallecidos nunca se revela ningún tipo de información personal, de modo que nadie puede averiguar su identidad. «Lo único que vi es que era un varón joven de 47 años. Tras insistir mucho logré que me dijeran la hora exacta de mi intervención, es un tema súper restringido», confiesa Beatriz López.
En total, se han alcanzado en España los 140.000 trasplantes desde que hay recuento. Este registro no es casual, ya que el 82% de los ciudadanos aceptan donar sus órganos. Sin embargo, no todos consiguen hacerlo, pues es imprescindible que la defunción se produzca en una unidad de cuidados intensivos.
En una operación de estas características, al principio, la recuperación es dolorosa e incómoda. «Estuve dos semanas ingresada, y luego iba encorvada, era muy doloroso», reconoce Beatriz López. En la actualidad, aunque tiene que evitar los sobreesfuerzos, hace una rutina de lo más común. Eso sí, ante la más mínima fiebre debe acudir al hospital para que indaguen de dónde proviene. «El objetivo es que los receptores vuelvan a hacer una vida normal», afirma Manrique.
«El objetivo es que los receptores vuelvan a hacer una vida normal», confirma Manrique.
Ahora mismo, hay varios frentes de investigación abiertos con el objetivo de lograr nuevos hitos. Se trabaja con máquinas que permiten la circulación y oxigenación de la sangre aun después del fallecimiento, lo que mejora la viabilidad de los órganos. Asimismo, cada vez se aplican inmunosupresores más potentes para solventar el rechazo natural al implante. Además, en 2020 nació en Barcelona el primer bebé de una mujer trasplantada de útero, una novedad con finalidad esencialmente reproductiva.
Son incontables las familias que, gracias a la bondad de otros, todavía pueden sonreír. Algunos como Beatriz López lo llevan impregnado en la piel bajo el lema «Me regalaste un nuevo comienzo». Ella lo tiene claro: «Mi mejor regalo ha sido el riñón, no voy a pedir más». Otros, como Ismael Almagro disfrutan de ver a su hija cada día: «Ver la recuperación de otras personas es la mayor de las recompensas, no hay nada más grande que eso». Al fin y al cabo, como dijo el papa Juan Pablo II: «La donación de órganos es el mayor acto de generosidad, solidaridad y amor que una persona puede hacer hacia los demás».