Mayo, más que un mes para los cordobeses

- Desmarcar - 30 de abril de 2024
Una Cruz de Mayo y macetas florales. Imagen: Wikimedia Commons.
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Nunca merezcan mis ausentes ojos

Ver tu muro, tus torres y tu río,

Tu llano y sierra, ¡oh patria, oh flor de España!

           –   Luis de Góngora 1585.

Los grandes literatos cordobeses han acabado dedicándole unas palabras de admiración a su patria querida. Y, es que, como dijo Antonio Gala, Córdoba tiene unas “calles que fueron hechas para andar muy despacio, detrás de la sorpresa”. Y, es que, Córdoba es la única ciudad del mundo con cuatro Patrimonios de la Humanidad reconocidos por la Unesco: Medina-Azahara, el caso antiguo, la Mezquita-Catedral y Los Patios.

Aunque en Andalucía se espera con ansia la llegada de la primavera, sin duda, el apellido de Córdoba es mayo. Y, es que, en este mes se celebra la cata de vinos Montilla-Moriles, las cruces, la Batalla de las Flores, los patios y culminamos con la Feria de Nuestra Señora de la Salud.

Cruces de Mayo
Esta festividad consiste en decorar cruces, generalmente con flores, que después son expuestas en las plazas y calles de la ciudad. Este año se colocan 46 cruces adornadas en la capital cordobesa, y se celebran del 26 de abril al 1 de mayo. Además, esta primavera es especial debido a que las cruces cumplen cien años desde su nacimiento, a comienzos del siglo XX.

A principios del siglo XX, las cruces se situaban en el interior de los patios de las casas de vecinos, y eran ellos mismos los que se encargaban del montaje y decorado de las cruces. Lo más común era que las flores que se utilizaban en las cruces fueran las propias que plantaban los vecinos. Por lo general, en su comienzo, el tamaño de las cruces era bastante más inferior al actual, y no existía un concurso de cruces.

Tras la Guerra Civil, en los años 40, muy pocas cruces fueron expuestas. A finales de esta década, las cruces se trasladaron a los recintos de los cines de verano, pues era más sencillo que bandas y orquestas pudieran acceder para enriquecer la experiencia de los visitantes.

Fue a principios de 1950 cuando la festividad de las Cruces de Mayo empezó a ganar más popularidad, sobre todo, las de Córdoba. En ese momento nació el certamen. Cabe destacar también, las Cruces de Añora, un municipio a menos de 60 kilómetros de Córdoba.

A partir de 1954, las cruces empiezan a ser independientes, y ya eran más los colectivos que decidían montar cruces. Para financiar el montaje y decorado de las cruces se decidió poner carpas con una barra, donde se sirve bebida y comida, al lado de las cruces. Esto permite, además, que haya espacio en las plazas para las bandas y facilita que los visitantes puedan sumergirse en la gastronomía y la cultura cordobesas.

Actualmente, las cruces tienen un mayor tamaño que las primeras, llegando incluso hasta los tres metros de alto. Además, ahora junto a la cruz se puede observar decoración propia de Andalucía, como mantoncillos, guitarras españolas, y, por supuesto, macetas con flores.

Los Patios
Esta celebración consiste en el decorado de los patios de casas de vecinos. El patio representa un lugar al aire libre, además de ser un punto de encuentro. La principal característica de los patios, que tienen varios tamaños, es la presencia de numerosas flores de distintos colores y, generalmente, un pozo en el centro del patio. Este año, la festividad tiene lugar del 2 al 12 de mayo, y contiene 52 patios que pueden ser visitados.

Tanto la fiesta como el concurso nacieron en 1921, tres años antes que Las Cruces. Aunque, antes de que comenzara el concurso ya existía la tradición de decorar los patios y mostrarlos a los visitantes.

Después de la Guerra Civil, la competición contaba con un jurado profesional. Y, a mediados de los años 50, la fiesta empezó a ganar popularidad e importancia. Pero no todo ha sido un camino de rosas para estas flores que solo querían ser admiradas. En los 70, los patios casi se marchitan debido a los nuevos planes urbanísticos de la ciudad. Pero, por suerte, consiguieron florecer durante los años 80 y 90. Esta fiesta dio el impulso que se necesitaba para que el casco histórico de Córdoba se declarara Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1994.

Finalmente, la propia festividad de Los Patios fue reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2012.

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