El Museo del Traje de Madrid ofrece un recorrido por la historia de la moda española

- ACTUALIDAD - 7 de marzo de 2025
Entrada al Museo del Traje de Madrid. Imagen propia.
Entrada al Museo del Traje de Madrid. Imagen propia.

El Museo del Traje es un Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico (CIPE) fundado en 2004. La galería se encuentra en la avenida de Juan de Herrera, 2, Ciudad Universitaria, Madrid. El propósito de las exposiciones que alberga este museo es mostrar la historia de la moda y la indumentaria desde una perspectiva antropológica.

Las salas de la exposición permanente están organizadas en 12 áreas que ofrecen un recorrido por la evolución de la vestimenta a lo largo de la historia. Antes de comenzar, está el área cero con El Modelo del Mes, una actividad muy popular desde que el museo abrió sus puertas.

La obra que se encuentra detrás de la vitrina en febrero. Imagen propia.

Área 1, la moda en la historia

La moda es un concepto reciente, vinculado a la transformación de la indumentaria, que se ha acelerado desde la Revolución Industrial (1760-1840). La exposición recorre los tres últimos siglos y muestra cómo las costumbres y la moda influyen entre sí, con modas que se convierten en costumbres y costumbres que dejan de estar de moda.

Área 2, la moda que vino de Francia

Con la llegada de Felipe V al trono en 1701, estalló una guerra de sucesión que duró hasta 1713. Como primer rey Borbón, junto con sus sucesores, estableció una monarquía absoluta, que con los decretos de Nueva Planta eliminaron la mayoría de los fueros y transfirieron parte del poder de la nobleza a los funcionarios.

Las reales fábricas surgieron siguiendo el modelo proteccionista francés que abastecían a la Corona con artículos de lujo y producían bienes de consumo en un país con una industria textil incipiente.

La moda francesa es considerada como la primera moda internacional, puesto que Europa se vestía con sus características desde la segunda mitad del siglo XVII. Cuando los franceses se asentaron en la península se sustituyeron las prendas rígidas, de corte geométrico y de influencia militar, como los jubones, por la indumentaria con gran riqueza ornamental tanto en hombres como en mujeres. En esta época, la vestimenta contaba con numerosos bordados y encajes, ya que era una muestra de riqueza.

Área 3, el imperio de los estilos

La Revolución Francesa (1789-1799) impactó rápidamente en España, ya que había un descontento generalizado con las reformas impulsadas por los Borbones. Esto facilitó que Carlos IV pactara con el gobierno revolucionario. A pesar de que José I pudo coronarse, Napoleón no contaba con el apoyo del pueblo español.

En esta época, la moda se caracterizaba por un nuevo clasicismo en el que la alta burguesía seguía copiando la moda de la élite francesa, que en ese momento era de influjo neoclásico. En contraposición a lo que se había visto hasta el momento, las prendas femeninas empezaban a ser más sueltas y ligeras, como el vestido o “camisa” de las damas.

Área 4, la moda romántica

Tras el reinado de Fernando VII, subió al trono su hija Isabel II. Este conflicto de sucesión desembocó en las guerras carlistas. A pesar de que la monarquía mostraba estar contenta con el modelo liberal existía una mala gestión financiera y un lento desarrollo industrial que frenaban este paso hacia la modernización. Esta desorganización provocó hambrunas y epidemias que afectaron a la mayor parte de la población.

La moda se acercaba más al mercado femenino y se identificaba con las tendencias que llegaban desde París. Los hombres se alejaban de la estética y se aproximaban a la funcionalidad. A mediados de 1800, la silueta femenina se encontraba en construcción por las tendencias del Romanticismo, que concentraba el volumen de las vestimentas en la parte trasera de la falda y promovía el corsé.

Área 5, indumentaria tradicional

En esta colección del museo están las vestimentas típicas de diferentes lugares de España. Las prendas que se encuentran aquí formaron parte de la Exposición del Traje Regional e Histórico de 1925. Además, fueron el germen del Museo del Pueblo Español en 1934, que es el antecedente directo del Museo del Traje.

Estos antiguos trajes y sus accesorios reflejan siglos de historia de España además de que siguen usándose en festividades locales. Están hechos por las familias, por lo que son anónimos.

Área 6, el progreso y las modas

La Restauración borbónica aceleró el progreso de España. Además de que se vivía una época de paz internacional tras el final de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Durante la Belle Époque, el avance de la prensa y las comunicaciones ayudó a cohesionar el territorio, aunque el mundo rural seguía en aislamiento. En este contexto, surgieron los primeros sindicatos, cuyas demandas se enfrentaron a una represión y a episodios de violencia política. Además, la crisis provocada por el “desastre del 98” impulsó el regeneracionismo, un movimiento que buscaba la renovación moral y cultural del país.

A finales del siglo XIX, la hegemonía industrial inglesa comenzó a debilitarse ante el auge de Alemania y Estados Unidos, donde Ford optimizó la producción en cadena. En España, la fundación de Hispano-Suiza en 1904 marcó el inicio de la producción de automóviles en serie, símbolo de estatus. Sin embargo, la industria seguía dependiendo del capital extranjero, especialmente en la banca, los servicios públicos y la energía. La pérdida de las últimas colonias provocó el regreso de capitales, pero también el declive del comercio textil catalán. Ante la fragilidad empresarial, el Estado adoptó medidas proteccionistas.

Área 7, Mariano Fortuny y Madrazo

Mariano Fortuny y Madrazo (1871-1949) nació en Granada, aunque recibió su educación en París y pasó la mayor parte de su vida en Venecia, donde murió. En su juventud, sobresalió como pintor, pero también exploró diversos campos artísticos, científicos y tecnológicos, y llegó a obtener 20 patentes por distintos inventos.

Fortuny y Madrazo defendió el trabajo artesanal en plena revolución industrial, alineándose con la filosofía del movimiento Arts and Crafts. Promovió el uso de materiales de alta calidad y la figura del artista integral, involucrado tanto en el diseño como en la producción, que además investiga acerca de las técnicas y de los materiales.

Fortuny creaba sus piezas como expresiones artísticas atemporales, alejadas de las tendencias pasajeras. No se consideraba un modista tradicional, ya que no seguía los ciclos impuestos por la industria parisina.

Área 8, la moda moderna

A finales de la década de los 20, la modernización avanzaba pese a la crisis financiera global y a la inestabilidad política, agravadas al final de la II República Española (1931-1939). Esto provocó que gran parte de la población aún dependiera de una agricultura precaria, lo que impulsó la emigración a América. Sin embargo, los avances técnicos se extendieron a toda la sociedad, con la llegada de la electricidad al campo, la mecanización de las ciudades y el transporte como símbolo de progreso. Los grandes almacenes como Madrid-París fomentaron un estilo cosmopolita, mientras que las exposiciones en Barcelona y Sevilla en 1929 mostraron al mundo la integración de España en la modernidad.

De forma paralela, la sociedad redescubrió el cuerpo y adoptó nuevos hábitos de ocio. Desde tiempos de Isabel II, los baños de sol y mar se promovieron por sus beneficios para la salud. A principios del siglo XX, la natación deportiva se popularizó con la proliferación de clubes náuticos en las ciudades costeras. El aumento de la actividad en las playas impulsó la regulación de la vestimenta, y se estableció un modelo de traje de baño similar para hombres y mujeres.

Área 9, la dictadura de la alta costura

Con el inicio de la Guerra Fría, el franquismo se acercó al bloque occidental, lo que facilitó la inversión extranjera en los años 50. A su vez, el turismo y la emigración se convirtieron en fuentes de riqueza que crecerán en la década siguiente. Esto permitió un mayor contacto con la cultura exterior hasta entonces limitada por la censura. La reactivación del comercio impulsó la moda, que había permanecido reservada a las élites. Debido a una industria textil aún atrasada, la confección seguía siendo mayoritariamente artesanal hasta el «milagro económico», cuando los planes de desarrollo modernizaron la producción y el consumo.

Hasta la modernización de la industria en los años 60, sastres y modistas fueron la principal opción para obtener prendas de calidad y a la moda. Cada pieza se confeccionaba a medida mediante pruebas individualizadas y patrones exclusivos. En el Museo del Traje se conservan elementos de la sastrería González y del taller Modas Thamar, que reproducía diseños de Balenciaga, Elio Berhanyer y Christian Dior.

Área 10, la moda de masas

Hacia 1970, el éxodo rural alcanzó su punto álgido, favoreciendo el crecimiento de la clase media urbana. Al mismo tiempo, el comercio y la industria se fortalecieron bajo el proteccionismo franquista. Con la expansión del consumo, la constante renovación de bienes y estilos de vida se intensificó, desplazando la costura y la artesanía del entorno doméstico. La llegada de la democracia inauguró un periodo de mayor estabilidad política y social, aunque aún persisten tensiones y el desafío de definir la identidad de España en un mundo cada vez más globalizado.

La expansión de sastrerías masculinas como Cortefiel y El Corte Inglés fomentaron la popularización de la ropa de tallas estándar, también presente en boutiques de distintos niveles, desde las más exclusivas hasta las más asequibles, que importaban o producían su propio prêt-à-porter (listo para ponértelo). A comienzos de los años 60, las industrias textiles, tradicionalmente enfocadas en la producción de tejidos, empezaron a percibir el potencial de la confección orientada a la moda, aunque continuaron con las tendencias predominantes.

Área 11, pasarela

Con el inicio del nuevo milenio, la moda masculina evoluciona, y deja atrás el dominio del estilo clásico. La preferencia por la indumentaria informal y el confort, junto con la influencia de las subculturas y la rápida difusión de tendencias, ha transformado los códigos tradicionales de la masculinidad. La alta moda masculina apuesta por la experimentación, fusionándose con las corrientes urbanas a través de colaboraciones, enfoques conceptuales y la valorización de lo artesanal.

Área 12, los sentidos

El Museo del Traje invita a descubrir su colección a través de los cinco sentidos: observando las prendas, escuchando audios informativos, y en el área didáctica, percibiendo los olores de las fibras y tocando los textiles para explorar sus características. Aunque en la actualidad la sociedad es predominantemente audiovisual, es decir, que se da prioridad a la vista y al oído, es la interacción de todos los sentidos, junto con el contexto cultural, lo que influye en la forma de percibir el mundo.

Comments are closed.