Una estampida en Saná, capital de Yemen, causó, el 20 de abril, la muerte de 85 personas. Además, hay más de 300 heridos de gravedad. El suceso se produjo en un centro de distribución de ayuda durante un reparto de dinero, con motivo del fin del Ramadán. Las autoridades de los rebeldes chiíes hutíes, al frente de esta zona del país, informaron de que se trataba de un reparto aleatorio por parte de algunos comerciantes, sin coordinación alguna con el Gobierno.
La capital yemení está controlada por estos rebeldes respaldados por Irán desde 2014, cuando comenzó un conflicto que obligó al Gobierno yemení a exiliarse a Adén, en el sur del país. En 2015, Arabia Saudí intervino con una coalición militar y, desde entonces, las catástrofes en Yemen no han cesado.
La peor crisis humanitaria del planeta
Desde hace más de ocho años, Yemen está devastado por una guerra civil entre los rebeldes hutíes, respaldados por Irán, y las fuerzas gubernamentales, organizadas en Adén y apoyadas por una coalición militar con Arabia Saudí.
Aunque este suceso ha sido más sonado por su alcance y por el número de víctimas, la guerra civil en Yemen lleva estancada desde 2014. El país se divide entre las dos corrientes principales del islam: el 47% sigue la corriente chií, dominante en Irán e Irak, y el 53% son suníes, corriente dominante en Arabia Saudí. Este conflicto refleja la rivalidad entre iraníes y saudíes, que compiten por el liderazgo en el mundo musulmán, además de por el control sobre el Mar Rojo.
«Observando la península arábiga, si los hutíes se hicieran con el control de Yemen, toda la costa oeste de Arabia Saudí podría verse totalmente bloqueada y, por tanto, perderían muchísimo poder económico, comercial y gran parte de su influencia regional», destaca Marta Summers, profesora de Oriente Medio y Mundo Árabe en la Universidad Francisco de Vitoria (UFV).
El panorama internacional y el papel de China
Delegaciones de mediadores saudíes y omaníes se han estado reuniendo con altos cargos de los rebeldes chiíes hutíes en Saná, la capital del país, en el marco de un impulsar la resolución de esta guerra civil. «Por primera vez en la historia de la guerra de Yemen, parece que van a salir adelante unas negociaciones de paz que parece que van a funcionar. Aunque, el motivo por el cual nada de lo que se ha hecho hasta ahora ha funcionado es porque ni Arabia Saudí ni Irán querían que funcionase, querían seguir luchando por el poder», destaca Marta Summers. «Ahora, a Arabia Saudí le interesa la estabilidad, y es por eso por lo que están dispuestos a negociar. Han cambiado de estrategia y han optado por el aperturismo del país», añade Summers.
En las negociaciones también se encuentra China, que ha conseguido que se restablecieran las relaciones internacionales entre Irán y Arabia Saudí, «algo inédito, parece que hay disposición real de que tanto Arabia Saudí como Irán colaboren», destaca Summers.
En una rueda de prensa, el portavoz del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric, declaró que se asiste a «un paso bienvenido hacia la reducción de las tensiones en Yemen y en la región». «Tenemos muchas esperanzas de que pueda contribuir a nuestros esfuerzos de paz, dirigidos por el enviado especial de la ONU para Yemen, Hans Grundberg, para la renovación de la tregua en Yemen y el reinicio del proceso político intra-yemení», añadió Dujarric.
Ante quien opina que se ha dado poca cobertura internacional a este conflicto en los últimos nueve años, Marta Summers explica: «En España, tenemos, como ciudadanos, muy poca hambre de política exterior y situación internacional. Esto genera que la cobertura de estos conflictos no sea extensa porque los ciudadanos no la piden».
