«No es bien, señor capitán, que mujeres dejen a sus maridos yendo a la guerra; donde ellos murieron moriremos nosotras, y es razón que los indios entiendan que somos tan valientes los españoles que hasta las mujeres saben pelear». Con esta cita de María Estrada comenzó y finalizó la conferencia La mujer española en la historia de América, presidida por el D. Lucas Montojo Sánchez, profesor de Formación Humanística en la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) y que se presentó en la Sala de Grados de esta universidad.
Este encuentro contó con la participación de Roberta Lajous Vargas, embajadora de México en el Reino de España, Cristina Escribano Gámir, profesora titular de Derecho Mercantil en la Universidad de Castilla-La-Mancha, y Concepción Navarro Azcue, catedrática de Historia de América de la Universidad Complutense de Madrid. El objetivo de esta reunión fue recalcar el papel de la mujer española entre los siglos XVI al XIX en América. Clemente López, vicerrector de la UFV, pronunció unas palabras de bienvenida y destacó la importancia de este encuentro ya que “no se concibe España sin la relación con América”.
Participantes, durante el encuentro. Foto: Clara Mollá.
Roberta Lajous destacó el enorme progreso entre España y México: “este curso celebramos 40 años de relaciones diplomáticas entre España y el país de México, algo muy importante para la cultura e identidad”. Además, la embajadora mexicana comentó que se iba a inaugurar la Casa de México en España, con el objetivo de crear “un espacio de encuentro para fomentar el diálogo”.
“El mundo iría mejor si las mujeres tuvieramos un papel más importante”, afirma Roberta Lajous.
Navarro trató de explicar el papel de la mujer española a lo largo de los siglos XVIII y XIX. Durante esta época, mostró la importancia de ellas durante la Guerra de Independencia de México, que lucharon durante años. Además, destacó el papel de algunas grandes combatientes como Leona Vicario o Rosa Campusano, activistas que jugaron un papel fundamental en este conflicto. También recalcó el interés por la educación ya que “eran ellas mismas las que creían en ella como progreso de la sociedad”.
Los derechos que se dictaron a lo largo estos siglos fueron determinantes para el papel de la mujer. Cristina Escribano explicó que las reformas preconstitucionales fueron fundamentales para el progreso porque “hasta el momento, la mujer no tenía patria potestad. Si ella se iba, no podía volver a ver a sus hijos si su marido así lo mandaba”. También aseguró que los conflictos surgen por la desequilibrada división del trabajo doméstico. “La conciliación debe entenderse únicamente como cooperación”, afirmó Escribano.
Lucas Montojo comentó el rastro de la mujer en el siglo XVI, que es algo escaso, ya que fueron los hombres los que accedían a la educación. Para viajar, debían hacer muchos sacrificios como “usar documentación falsa”. También explicó que quien quedaba viuda tenía la oportunidad de rehacer su vida. Muchas de ellas se casaban con grandes conquistadores que tenían terrenos y fortunas. “La mujer protagonizó un papel esencial para consolidar los valores peninsulares”, insistió Montojo.
Francisco de Vitoria, antecedente de los derechos humanos
La embajadora de México, Roberta Lajous, destacó el papel de Francisco de Vitoria porque fue fundamental para el desarrollo posterior de los derechos humanos. Unos mandatos que no solo fueran válidos para las coronas europeas, sino dirigidos a todos los seres humanos. “Francisco de Vitoria creó el derecho de gentes, parte esencial del respeto. A través de él, aprendemos a tratar al otro. Estos decretos fundamentan toda acción de los organismos internacionales”, concluyó Lajous.