España ha llevado a cabo la acogida de 15 nuevos inmigrantes trasladados en el buque Aquarius. Esta medida se produce después de llegar a un acuerdo con otros países europeos como Francia, Alemania, Malta y Portugal en el que se asigna el reparto de estas personas en los distintos territorios.
Malta se ha ofrecido a recibir el barco en su puerto pero no acogerá a ninguno de los pasajeros. Francia recibirá a 18 de los inmigrantes en su territorio y Alemania a 15, igual que España.
El domingo 23 de septiembre, las ONG encargadas de la embarcación, SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras, pidieron a las autoridades francesas el desembarco en el Puerto de Marsella. Desde Francia, denegaron esta petición y sugirieron que se dirigieran a Malta dada la proximidad a las aguas cercanas a Libia en las que se encontraban. A bordo del buque se encuentran 17 mujeres, 18 menores y tres niños pequeños. En este acuerdo se ha determinado que el desembarco tenga lugar en Malta y que sus ocupantes sean enviados a los distintos países.
Portugal acogerá diez de los 58 inmigrantes “por motivos humanitarios y frente a la situación de emergencia en la que se encuentran esas personas”, han declarado las autoridades lusas a través de un comunicado del Ministerio de Interior. En este escrito también han querido dejar constancia de que se mantienen en su defensa de “una solución europea integrada, estable y permanente para responder a este desafío migratorio”.
La vicepresidenta del Gobierno español, Carmen Calvo, ha declarado que España mantendrá “una política coherente, como siempre, en este asunto”. Desde el Ejecutivo, también han confirmado que se trata de un método de apoyo al “mecanismo de solidaridad europeo”.