Pablo España tiene 29 años y se define como un buscador y una persona auténtica. Sin embargo, no siempre ha sido así. “Durante la adolescencia, fui creando un personaje y poniendo corazas por miedos e inseguridades, fruto de una autoestima baja”, explica en un vídeo para Folk Sixty. Sin embargo, cada domingo, se enfrentaba con su realidad. “Durante la semana, parecía que toda mi vida era superguay, pero los domingos pensaba siempre: ¿Por qué actúas así, Pablo? ¿Por qué eres incoherente y no haces lo que te gusta?, ahora puedo decir que estaba en una completa huida de mí mismo en todos los sentidos, mendigando amor, y tapándolo todo con salidas y bebiendo”, afirma.
Después de idas y venidas, y ver que no podía salir solo, pidió ayuda. “Acudí a quienes te quieren desinteresadamente, que suele ser tu familia. Y es, ahora, cuando puedo decir que, gracias a hacerme vulnerable y reconocer que necesitaba ayuda, pude empezar mi camino hacia la libertad, hacia la verdad”.
Ahora, vive de forma diferente. “Desde ese momento, empecé el camino en el que estoy, el camino hacia la verdad sobre mí mismo, la de los demás y la de las cosas”. Pablo ha creado Tribu Seekers, un grupo en el que los jóvenes se reúnen dos veces al mes para aprender y formarse. También, cuenta con un periódico llamado Tribu News. Su proyecto nació ante la falta de referentes en la sociedad.
“Un referente es una persona que trabaja y busca respuestas, pero para buscarlas tenemos que hacernos las preguntas adecuadas, que siempre van en la dirección de encontrar un sentido último en nuestras vidas: ¿Quién soy? ¿Qué quiero construir en mi vida: familia, carrera, amistades? ¿Amor o dinero? ¿Quiero ser yo mismo o copiar lo que manda la sociedad?”, explica Pablo. Sin embargo, piensa que hoy en día existe una crisis de referentes. “El referente ayuda a los jóvenes como guía, maestro y mentor. El problema que veo es que hoy en día, en los medios de comunicación, ¿a quién quieres copiar?”, afirma Pablo.
Mirada21.es ha realizado una encuesta a más de 320 jóvenes sobre los referentes y la sociedad. Muchos de ellos han aportado su opinión sobre la relación que tiene la sociedad con la falta de referentes y la dificultad para encontrar uno.
Según la gráfica, el 71,4% encuentra dificultades para encontrar un referente. Uno de los jóvenes encuestados piensa que se persigue un único objetivo: el poder. “Pienso que, en general, la sociedad busca afán, prestigio y dinero, y eso no lo es todo”, explica. También, el 42,9% cree que la sociedad es quien impone los referentes. “Vivimos en una sociedad donde la imagen es la clave del éxito. Muchas veces nos olvidamos de que el verdadero éxito está dentro de cada uno”, afirma una joven preguntada.
“La falta de referentes en la sociedad se debe a la crisis de valores que hay en la actualidad”, afirma María González, profesora universitaria y antropóloga. “Vivimos en una sociedad líquida, donde la verdad y el bien han sido apartados y aguados por corrientes como el relativismo, y esto ha provocado que cualquier cosa pueda ser considerada buena”, explica. Sin embargo, González niega que los referentes hayan desaparecido. “Yo tengo referentes y estoy segura de que muchos jóvenes, también, lo que ocurre es que lo que propone la sociedad no tiene por qué ser, como he dicho, lo bueno o lo mejor. La propuesta que hace la mayoría de series o medios no es seguramente la mejor”, afirma.
Marcos Martín, sociólogo y profesor universitario, piensa que la sociedad influye en este aspecto. “Vivimos en una sociedad de sospecha, en la que mis derechos están por encima de los de los demás”, explica. Además, reconoce que ni se tiene en cuenta la libertad. “Siempre pensamos en construir nuestra vida y en que solo tú marcas tu propio destino, pero ¿dónde está la libertad del otro? Todos estos valores se van perdiendo hasta llegar a una sociedad líquida”, afirma. “El referente será más valioso conforme más humano sea”, concluye.
María San Gil, expresidenta del PP del País Vasco, afirma en una entrevista que todo lo que ocurre es síntoma de “una sociedad líquida en la que los valores no significan nada y se pierde el sentido de defender aquello en lo que uno cree”. Desde el punto de vista de la política, San Gil afirma que el político es un reflejo de lo que uno es y, ahora, el ser humano está en crisis “porque ha perdido referentes”. “Estamos ante una sociedad individualista y materialista que no es consciente de que lo más importante de esta vida es gratis”, asegura.
Pablo España creó un periódico dentro de Tribu Seekers, ante la falta de referentes verdaderos en la sociedad. “Vimos que había una falta de valores, referentes en los medios de comunicación que buscan el titular rápido y dejan a un lado el pensamiento crítico y el periodismo con verdad. Así, decidimos crear una comunidad abierta a todo el mundo, donde invitar a personas que contaran su vida para, juntos, aprender con sus testimonios, en el que el centro no es el poder, sino la persona y los valores”, afirma.
“Pongamos de moda los padres de familia”
Durante el vídeo, Pablo España invita a poner de moda los padres de familia. “En mi opinión, creo que es lo que necesita la sociedad, no un buen empresario o un chico con mucho dinero”. Para este joven, un padre representa un persona “sólida, roca, coherente y trabajadora”. “Ellos entienden el amor como un encuentro, como un darse, un trabajo y una entrega”, explica. Además, reconoce que la sociedad no ayuda en anunciar este mensaje. “Justo es eso lo que algunos medios de comunicación quieren cargarse con noticias o ejemplos de programas donde hay odio, egoísmo, sexo y violencia. ¡Pongamos de moda las familias, la generosidad y la escucha!, afirma.
“La familia entiende el amor como un encuentro, como un darse, un trabajo y una entrega”, expresa Pablo España.
“Si nos fijamos, la mayoría de series de televisión presenta a padres o madres ausentes o que tienen conductas moralmente reprochables”, explica María González. “La familia es el pilar de la sociedad y, si nos la cargamos, vamos en camino de destruir un país. Romper con la familia es el primer paso hacia la soledad absoluta”, afirma González. Además, reconoce que la familia es el lugar donde uno puede reconocerse amado. “Es el lugar donde uno se desarrolla y aprende a amar y a vivir, un padre o una madre pueden cambiar el mundo desde una vida oculta”, reconoce González.
Marcos Martín, sociólogo y profesor universitario, reconoce que la sociedad no “pone fácil” la procreación de familias. “Hoy en día, las estructuras sociales favorecen la ruptura y no la reconciliación. En esta sociedad de consumo, cuando se rompe algo que tenemos, podemos comprar algo mejor, lo mismo ocurre con la familia”, explica Martín.
Pedir ayuda
Encontrar aquello que inspira es, en ocasiones, difícil encontrarlo solo. Pablo España reconoce que es necesario pedir ayuda como, en su caso, hizo cuando encontró dificultades. “Yo me creía que podía con todo y no era verdad”, afirma. Además, reconoce que hoy en día no se anima a pedirla. “Esta mal visto ser vulnerable, pero, ¡Viva los vulnerables! Nos han contado que podemos encontrar y ser felices solos y no es verdad. Es importante pedir y conectar, al fin y al cabo, ser humanos”, explica España.
“Nos han engañado diciendo que uno solo es más útil que la ayuda del otro”, afirma González. Además, propone el ejemplo de Suecia para ver la “doblez” que existe entre la felicidad y la soledad. “Según los índices, Suecia es uno de los países más felices del mundo y, sin embargo, tiene una de las tasas más altas de suicidio y es el país en el que más jóvenes viven solos. Nos han engañado haciéndonos creer que uno es feliz solo”, explica González.
“Esta mal visto ser vulnerable, pero, ¡Viva los vulnerables!”, explica Pablo España.
También, España reconoce que en todos existe un “pepito grillo” que avisa si uno no va por el camino correcto. “Tu alma te recuerda que lo que habías estado eligiendo toda la vida no era lo que te daba la felicidad”, afirma. Además, reconoce que, gracias a pedir ayuda, puede ver la vida de otra forma. “He descubierto la belleza de las cosas de cada día, en lo ordinario, únicamente gracias al pedir ayuda”, explica.
Marcos Martín reconoce que el hecho de que una persona no quiera pedir ayuda se debe a una creencia falsa. “Muchas de estas cosas proceden de la corriente del marxismo, que siempre ha creído que la diferencia es mala y es la causa de la dominación. Por eso, está el deseo de la uniformidad de las personas, porque creen que pensando todos igual acabaremos con la dominación, y eso no es cierto”, explica. Además, explica que, para el Estado, no se habla de familia, sino de individuos. “Es muy difícil pedir ayuda cuando se nos invita siempre a pensar solo en ti y pensar en el yo cuando se debería pasar al tú. No hay más que ver cómo estaban los supermercados días antes del confinamiento”, expresa.
La verdad y el amor como regla de oro
Tanto María González como Pablo España coinciden en lo mismo: la verdad y el amor son indispensables para llevar una vida lograda.
“Descubrir que el otro es un bien para ti te cambia la vida”, afirma María González.
“Pienso que lo más importante en la vida es la verdad y el amor, el compromiso contigo más y la regla por excelencia: trata a los demás como te gustaría que trataran a ti”, explica Pablo España. “Cuando mi vida cambió, me di cuenta de que cómo iba a querer si no sabía lo que era el amor. Empecé a sentirme amado, a poder querer y empecé a ser yo, que no era cambiar, sino sencillamente ser yo, libre. Encontré el amor a mí mismo, al prójimo, a Dios”, añade.
“Un referente debe llevar la verdad por bandera porque es la que te conduce al bien”, afirma González. Además, reconoce que uno crece con la ayuda de los demás. “Descubrir que el otro es un bien para ti te cambia la vida”, añade. “Nosotros podemos ser referentes para el otro si la verdad y el amor están en nuestra vida. Mis referentes son aquellos que hacen carne estas dos cosas”, concluye González.
“Al final, vende tu reloj y disfruta de tu tiempo con personas. Vende aquello que te genere esclavitud y compra vida porque cada día hay que recomenzar. Estamos llamados a tener una vida lograda, no mediocre”, dice Pablo España, con el fin de animar a los jóvenes a hacerlo: “¡Vendí mi reloj para comprarme un despertador!”.