Protección de las víctimas del terrorismo: Del olvido al reconocimiento institucional fue el nombre de las VIII jornadas organizadas por la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) y la Universidad Francisco de Vitoria (UFV), que se celebraron, el 6 de octubre, a través de un seminario web. Las víctimas tuvieron un espacio para compartir sus vivencias personales. Además, expertos explicaron el impacto del terrorismo en la vida de los afectados desde puntos de vista como el psicológico o el legal.
La inauguración de las jornadas tuvo como ponentes al secretario general de la UFV, José Antonio Verdejo; al consejero de Justicia, Interior y Víctimas de la Comunidad de Madrid, Enrique López; el tercer teniente de alcalde y titular del Área de Gobierno de Servicios al Ciudadano, concejal de Seguridad, Movilidad y Transporte de Pozuelo de Alarcón, Pablo Gil Alonso; y a la presidenta de la AVT, Maite Araluce.
El evento se inició con las palabras del juez y consejero de Justicia, Interior y Víctimas de la Comunidad de Madrid, Enrique López, quien agradeció la celebración de las jornadas y destacó la calidad de los participantes, que elevaron el acto “a la excelencia”. El consejero también opinó sobre el papel del Gobierno en relación con las víctimas del terrorismo.
“En el ámbito del Gobierno de la nación y de otras administraciones de otra naturaleza, se produce ese olvido o ese intento de olvido y de pervertir la memoria real, la buena”, aseveró Enrique López. Este también celebró la asignación de 20 millones de euros a las víctimas del terrorismo, así como las distinciones honoríficas para preservar su memoria y sacrificio.
“Esas víctimas que han sufrido los zarpazos del terrorismo, que siempre han buscado justicia y que nunca han buscado venganza, y que, además, lo hacen dando una lección a toda la sociedad española”, continuó López, quien finalizó su turno de palabra dando las gracias a las víctimas por convertirse en “referentes”.
José Antonio Verdejo, secretario general de la UFV, siguió la línea argumental en torno a la importancia de apoyar el recuerdo de las víctimas. “Hay que seguir avanzando en ese relato que debe ser contado a las jóvenes generaciones que no han sufrido de primera mano los zarpazos del terrorismo para que la historia reciente no caiga en el olvido”, aseguró Verdejo sobre el papel de la AVT.
Pablo Gil, tercer teniente de alcalde y titular del Área de Gobierno de Servicios al Ciudadano de Pozuelo de Alarcón, intervino en tercer lugar. “Pozuelo siempre ha estado con las víctimas”, destacó Gil, quien añadió: “No debemos caer en el olvido, el miedo y la intolerancia”.
“Gracias por seguir queriendo conocer nuestra verdad en un momento en el que las víctimas nos sentimos más humilladas que nunca”, agradeció Maite Araluce.
Por último, Maite Araluce, presidenta de la AVT dedicó, junto a los demás participantes, un minuto de silencio, al comienzo de su intervención, en memoria de las víctimas. “El reconocimiento institucional y social son dos de las claves para las víctimas”, recordó Araluce antes de destacar su vivencia personal como parte del colectivo.
“Yo me convertí en victima en los años 70, y la atención que yo recibí no tiene nada que ver con una víctima actual”, comentó Araluce. La presidenta de la AVT subrayó la presencia de jóvenes en el acto y agradeció su atención. “Gracias por seguir queriendo conocer nuestra verdad en un momento en el que las víctimas nos sentimos más humilladas que nunca”, prosiguió Araluce antes de repasar el impacto de los acercamientos de los presos de ETA a las víctimas.
“Estos acercamientos son la antesala de la impunidad, a los que nos acusan de vengativos decirles que no es venganza, es justicia”, puntualizó Arluce, pues para ella “una sociedad sana no puede permitir que los terroristas sean reconocidos como héroes”.
El relato es de las víctimas
La mesa redonda El terrorismo en primera persona estuvo encabezada por tres víctimas del terrorismo. Gerardo Arín, Ana Díaz y María Luisa Muñoz expresaron la violencia y el dolor que sufren las víctimas desde un punto de vista personal, según el caso.
El primer testimonio fue el de Gerardo Arín. Su padre fue asesinado por ETA cuando él tenía 18 años. “En mi caso, la pesadilla comenzó en los años 80, con una carta a mi padre en la que se exigía el llamado impuesto revolucionario”, relató el afectado, quien explicó los viajes de su padre a Francia para con ETA, y “parece que el tema se solucionó”.
“Se hablaba de que si ETA asesinaba a alguien lo hacía porque algo habría hecho. Se creaba un núcleo de miedo”, aseguró Gerardo Arín.
“Nada fuera de la realidad, un tiempo después tirotearon la puerta de nuestra casa, con nosotros dentro, mi padre tuvo que volver a Francia a hablar con los terroristas”, continuó Gerardo Arín, antes de narrar el día en que asesinaron a su padre. “Un día que llegaba yo del colegio me encontré con unas personas dentro de casa que vinieron a secuestrar a mi padre. Una hora después del secuestro se nos notificó que le habían pegado un tiro en la pierna, pero cuando me acerqué con mi tío al sitio que nos indicaron encontramos a mi padre con tres tiros en la nuca”, zanjó Arín.
La víctima habló sobre la sensación tras ese día: “En los años 80 y 90 nos encontrábamos con que el problema continuaba con la soledad institucional. Venían a donde estábamos, donde hacían lo que llamábamos sacarse la foto, hasta el siguiente atentado en el que quedábamos totalmente olvidados”. Arín apeló a la desinformación existente en esos años: “No sabíamos cómo teníamos que actuar, absolutamente nada por parte del Gobierno”.
Como mensaje final, Arín se refirió de forma directa a los estudiantes: “Me gustaría transmitiros que cuando pasó esto tenía 18 años y estas cosas no se pueden olvidar. Hay que tomar muy buena nota para que esto no vuelva a suceder aquí ni en ningún sitio del mundo. El sufrimiento que hemos padecido las víctimas ha sido muy grande”.
Arín también incidió en la que para él fue la parte más dolorosa, la soledad que experimentaron él y su familia por parte de la sociedad civil: “Se hablaba de que si ETA asesinaba a alguien lo hacía porque algo habría hecho. Se creaba un núcleo de miedo. Muchísimas personas debido al miedo que tenían a la banda terrorista desaparecieron de nuestras vidas”.
“Invito a los jóvenes a que no se queden solamente con un titular, a que miren en las hemerotecas de los años 80 y 90, que eran continuamente un atentado», afirmó Ana díaz.
La siguiente ponente en tomar la palabra fue Ana Díaz, quien agradeció la oportunidad y señaló que su sentimiento era “muy parecido” al de Gerardo Arín. “En mi caso, yo tenía 17 años, un viernes 13 de diciembre. Yo recuerdo que ese día salía de clase y me dirigía a casa, cuando no estaba mi madre, a mí me tocaba hacer la comida. Estaba cocinando y me enteré por la televisión de que habían asesinado a mi hermano y a su compañero con cinco tiros por la espalda. En ese momento, te metes en una dinámica en la que no entiendes nada”, declaró Ana Díaz sobre el día que marcó su adolescencia. “La vida ya no es como tú soñabas, sino como quiso que fuera ETA”, añadió.
Tras el asesinato de su hermano, Ana Díaz explicó el procedimiento de entonces: “Hablamos con la Delegación del Gobierno, hubo un entierro institucional. Ese día era, como decía Gerardo, el día de la foto y después estabas solo. El abandono institucional era tremendo porque la sociedad te estigmatiza”.
Ana Díaz quiso dirigirse, de nuevo, a los oyentes: “Invito a los jóvenes a que no se queden solamente con un titular, a que miren en las hemerotecas de los años 80 y 90, que eran continuamente un atentado. Eso no se puede olvidar, porque es historia reciente de nuestro país”. “Hay víctimas del terrorismo que tienen 20 años, que han vivido sin su padre. Parece que ahora mismo o estas al lado de las víctimas o al de los terroristas. Hay que tener muy claro cuál es el verdadero lado, el lado del que sufre y el que padece, el lado de las víctimas”, concluyó Díaz.
La última intervención de la mesa contó con el testimonio de María Luisa Muñoz, quien habló del atentado del 17 de agosto de 2017, en el que su hijo y ella resultaron heridos: “Estábamos de vacaciones en Barcelona, paseando por la Rambla, disfrutando, y una furgoneta nos arrolló. Esos momentos son de shock porque no entiendes lo que está pasando”. “Las heridas se curaron en dos semanas, pero queda la herida más dolorosa y que no creo que nunca se me pase, que es el vivir con miedo”, reconoció Muñoz, quien se emocionó tras estas declaraciones y no pudo continuar.
Punto de vista psicológico y legal
A continuación, la doctora en Psicología Natalia Moreno impartió una ponencia sobre las consecuencias psicológicas de la victimización secundaria. Moreno analizó las causas y las consecuencias que suponen los atentados terroristas en las víctimas, a todos los niveles.
Tras esta ponencia, Antonio Guerrero, abogado de la AVT, fue el encargado de exponer el panel El reconocimiento de las víctimas del terrorismo a través de la legislación. Guerrero destacó la existencia de “diferentes realidades”. “Ahora, nos encontramos con la batalla del relato, y es muy importante que los más jóvenes sepan lo que ocurrió realmente y no se pierda o se distorsione», añadió.
Sistema mixto de protección a las víctimas
Por último, tuvo lugar el panel Sistema mixto de protección a las víctimas. Montserrat Torija, directora general de Apoyo a Víctimas del Terrorismo del Ministerio del Interior, y Miguel Folguera, consejero de la AVT, fueron los encargados de esta ponencia. En su intervención, Torija puso el foco en el papel de las instituciones y destacó la Ley 29/2011 de Reconocimiento y Protección Integral a las Víctimas del Terrorismo, a la hora de favorecer la creación y el mantenimiento de asociaciones de víctimas, que realizan un papel fundamental en nuestra sociedad.
Miguel Folguera centró su discurso en el papel de la AVT, una institución con 40 años de existencia: “Somos un referente para el resto de asociaciones internacionales que se están creando, por nuestra experiencia y nuestro conocimiento durante todos estos años que hemos sufrido la lacra del terrorismo, ahora, convertido en un terrorismo global”. Folguera también incidió en la Ley 29/2011, que trata sobre la creación de un protocolo de actuación en caso de atentado terrorista o carencias en el caso de prohibir actos de homenaje a terroristas.
“Existen mecanismos legales para que estos actos no se lleven a cabo. La AVT ha sido pionera en muchos aspectos, como, por ejemplo, en el acompañamiento a víctimas del terrorismo a los juicios de la Audiencia Nacional. Cuando esas viudas llegaban desorientadas y sin conocer a lo que se enfrentaban, en esos momentos, ahí estaba la AVT”, aseguró Folguera.
El consejero de la AVT también destacó que la asociación ha trabajado en el desarrollo de 10 leyes autonómicas y continúan trabajando en más. Además, se enfocó en el trabajo psicológico que se lleva a cabo desde la asociación y recordó que es “una labor fundamental para que las víctimas del terrorismo reciban una atención específica e integral”.
En cuanto a los traslados de presos etarras, Folguera señaló que desde la AVT piden “que los terroristas, cuando vayan a ser trasladados, primero pidan perdón a la víctima de manera individual, no vale con una carta tipo”. “Hay muchos delitos terroristas que están sin esclarecer y prescritos, pero defendemos que se tenga derecho a la verdad, que colaboren con la Justicia”, añadió.
Folguera concluyó su intervención dando las gracias a Enrique López, a la Universidad Francisco de Vitoria y a todos los ponentes. Las jornadas se completaron con dos talleres, uno psicológico y otro jurídico, en los que los alumnos de la UFV profundizaron en ámbitos relacionados con víctimas del terrorismo.