El deporte intenso supone un esfuerzo extra para el corazón. Un deportista que padece una cardiopatía, sin ser consciente de ello, puede estar poniendo en peligro su salud. Esta situación le puede ocurrir a cualquier que sufra una enfermedad cardiovascular y no lleve un control sobre ella.
Se estima que tres de cada 1.000 deportistas jóvenes tienen algún tipo de enfermedad que afecta al corazón y que les puede provocar episodios cardiovasculares o incluso muerte súbita durante la realización de ejercicio físico.
Según la Fundación Española del Corazón, durante la práctica deportiva crece la frecuencia cardiaca, la tensión arterial y contractilidad del corazón. Esto provoca un aumento de la demanda de oxígeno. Asimismo, estos problemas también pueden ocasionar mayor estrés en la persona que los padezca.
“Los deportistas de élite trabajan en niveles máximos de esfuerzo que, sin duda, pueden favorecer la aparición de arritmias (malignas o no), alteraciones de repolarización y otras patologías cardíacas (HVI) en ausencia de factores de riesgo”, así explica Glenda Boix, médico del deporte, la situación específica de los deportistas ante las enfermedades cardiovasculares.
Todo ello pone a prueba el corazón, ya que le exige una mayor actividad. Por ello, si existe una enfermedad cardiovascular de base, sin diagnosticar ni tratar, además de aumentar el riesgo de paro cardiaco repentino y muerte súbita, puede ocasionar graves problemas de salud.
El dolor en el pecho, la sensación de que el corazón va muy rápido, las palpitaciones y la disminución o pérdida del nivel de conciencia durante la práctica de ejercicio físico son algunos de los síntomas que pueden revelar la existencia de una cardiopatía.
“Normalmente, se trata de alteraciones que aparecen en el transcurso de un esfuerzo máximo o submaximo. Mareos, sudoración, bajada de nivel de conciencia, náuseas, síncopes y también sensación de palpitaciones, dificultad para recuperar los valores basales de tensión arterial y de frecuencia cardíaca después de un esfuerzo”, comenta Boix.
Futbolistas que han sufrido problemas cardiacos
Uno de los grandes peligros del deporte de alto rendimiento es llevar el cuerpo al límite. Uno de cada 50.000 deportistas de élite sufre algún tipo de problema cardiovascular al año. Aunque la cifra no sea alta, no son casos aislados y en el mundo del fútbol existen jugadores que han padecido alguna patología cardiaca, ya sea leve o de mayor gravedad.
Un ejemplo es el del portero español Íker Casillas quien sufrió un infarto mientras entrenaba con el Oporto, en 2019. Todo comenzó con un mareo cuando se preparaba con el entrenador de porteros, lo siguiente que afirmó recordar el jugador es despertarse en el hospital. Este episodio le hizo cambiar de vida y le obligó a ver los terrenos de juego desde fuera.
Uno de los mas conocidos en España es el de Antonio Puerta, quien nació con un defecto en su corazón que se manifestaba repentinamente. El sevillano falleció, a los 22 años, de un paro cardiorrespiratorio tras disputar un partido con el Sevilla. Puerta salió andando del campo tras reanimarse en el césped, pero en el vestuario sufrió cinco desmayos más. Se le mantuvo con vida en el hospital durante tres días, pero tras sufrir múltiples infartos, los daños cerebrales irreversibles provocaron su fallecimiento.
Otro de los sucesos más recientes es el de Christian Eriksen. El futbolista danés sufrió un paro cardiaco durante un partido de la Eurocopa 2020, se desplomó en el campo y el médico que le atendió afirmó que antes de conseguir reanimarle, Eriksen ‘había muerto’. Su corazón dejó de latir y durante su ingreso, los médicos decidieron implantarle un desfribilador automático. Este instrumento le condiciona, ya que en la mayoría de las ligas, no está permitido su uso.
Un episodio menos conocido es el de Dani Carvajal, a quien le diagnosticaron una pericarditis aguda. El jugador del Real Madrid tuvo que estar varios partidos fuera del terreno de juego. El madrileño sufrió un dolor agudo, pero se confirmó que no era una pericarditis crónica y se recuperó. A pesar de ello, la dolencia alertó a Carvajal
El último caso que se ha conocido es el de Sergio Kun Agüero. El delantero del F.C. Barcelona tuvo que ser sustituido en la primera parte del partido contra el Alavés, tras notar malestar torácico. Las pruebas médicas que le realizaron determinaron que sufrió una arritmia, un problema de corazón que ya sufrió anteriormente durante su carrera deportiva. “La arritmia más peligrosa es la fibrilación ventricular que ocasiona el 99% de las paradas cardíacas presenciadas en el ámbito deportivo”, apunta Glenda Boix.
La enciclopedia médica define la arritmia como un trastorno de la frecuencia cardiaca o del ritmo cardiaco. Puede ocurrir cuando el corazón late demasiado rápido, conocido como taquicardia; demasiado lento, es decir, una bradicardia, o de manera irregular, y puede que sea una señal de otros problemas cardiacos.
Los casos de fibrilación auricular, que es el tipo de arritmia más común, han aumentado este año debido a los entrenamientos prolongados de resistencia. Los deportistas de alto nivel pasan una revisión cardiológica para descartar posibles patologías. Además, llevan un seguimiento regular de dichos episodios cardiacos. “Si se produce una fibrilación ventricular es muy probable queden secuelas que le impidan practicar el deporte a nivel de competición o élite”.
La arritmia no es maligna, pero el riesgo se encuentra en que vuelva a ocurrir y sea recurrente. Tras sufrir una arritmia u otro tipo de problema cardiaco, el pronóstico para una recuperación total varía según el episodio. “Dependiendo del tiempo que ha permanecido con la afectación de la función cardiaca, el riesgo de que se repita influirá decisivamente en su capacidad de realizar esfuerzos a nivel de competición”, explica Glenda Boix.