Entre detalles más comunes que traen los Reyes Magos está la ropa, perfumes, juegos o libros. Sin embargo, es cada vez más habitual regalar animales.
Según el estudio Él nunca lo haría, realizado por la Fundación Affinity, más del 80% de los niños españoles ha pedido en Navidades, al menos una vez, un animal de compañía. Numerosos familiares afirman que la principal intención de recibir en casa un perro o un gato es que sus hijos se sientan acompañados y comiencen a tener responsabilidades. A pesar de ello, según los datos de la misma fundación, un tercio de los animales regalados en Navidad son abandonados al poco tiempo.
ANAA (Asociación Nacional Amigos de los Animales) lleva más de 30 años luchando por los animales y por conseguir un mundo más justo para ellos. Ya han ayudado a más de 40.000 animales y han conseguido que su centro de adopción se convierta en un espacio global de protección animal. Cada año, recibe más de 2.000 animales abandonados. Su misión es tratar de encontrarles una familia.
María Chamorro, exvoluntaria y actual trabajadora de ANAA ha explicado a Mirada 21 que durante los 10 años que lleva allí ha demostrado que es una amante de los animales y que está dispuesta a luchar para que ningún animal lo pase mal.
Chamarro detalla cuáles son los pasos que se siguen en una adopción. Primero, los futuros adoptantes acuden a la asociación, y si surge el flechazo con algún animal comienza el periodo de documentación. En él, los trabajadores tratan de mostrar las necesidades que deben cubrir al perro o gato durante su vida. Es importante que interioricen que los animales necesitan cuidados, paseos, buena alimentación, cariño, tiempo y atención. A continuación, se inicia la documentación de la adopción y se realizan las consultas veterinarias convenientes. Seguido de ello, comienza la vida del animal junto al dueño. Aunque el proceso parezca que haya llegado a su fin no es así. ANAA realiza seguimientos y está pendiente de que la familia ha conectado con el gato o el perro, y viceversa.
Chamarro explica que en ANAA siguen unas medidas estrictas para que la adopción no finalice en abandono.
Para que las familias sean conscientes de lo que significa contar con un animal en casa, han iniciado una técnica que consiste en que todos los miembros que vivan en ella sepan que ese perro o gato va a vivir los próximos años con ellos. «La idea es que las personas que van a convivir con el animal estén conformes con la adopción y que el animal que se elija sea compatible con todos», explica María Chamarro. La trabajadora contó que en ciertas ocasiones se regalan animales sin tener en cuenta si la otra persona está realmente capacitada para ello.
Chamarro comentó que siempre que las familias se dejan aconsejar por los expertos, la experiencia sale mejor. Esto se debe a que hay perros con todo tipo de carácter. Por ejemplo, algunos no son compatibles con niños, ya que no toleran una manipulación brusca o que jueguen mucho con ellos. «Cuando doy en adopción a un perro, lo doy con garantías de que el perro no va a hacer nada malo», recalca Chamarro.
Ayuda a los animales
Una de las dificultades con las que lidia esta asociación es con la de encontrar hogares para perros grandes o catalogados como potencialmente peligrosos, al igual que de gatos mayores. Los animales con estas características son complicados de dar en adopción, ya que la mayoría de familias prefiere tener mascotas desde que son pequeñas. Todos los animales tienen derecho a tener un hogar digno. Por ello, una gran acción sería la de adoptar a mascotas con estas características. «Aquí no hay tantas familias como animales abandonados», lamenta María Chamarro. Por esta razón, desde hace años, tienen relaciones internacionales con Alemania. Los países del norte de Europa les suelen ayudar a repartir animales.
No solo se puede ayudar adoptando, sino que hay muchas más maneras. Se pueden aportar ayudas económicas a la asociación para mejorar las instalaciones y cubrir los gastos sanitarios de las mascotas. Por otro lado, el hecho de ser voluntario es una gran ayuda. Cuantas más personas ayuden, los trámites serán más rápidos. Seguir en redes, ser familia de acogida durante un periodo de tiempo o compartir la iniciativa a seres queridos son otras maneras eficaces para colaborar a que esta asociación continúe con su labor.