“No sabremos ni cuántos, ni quiénes han muerto, pero ese es el drama de la inmigración”. Estas palabras del presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, en su comparecencia ante los medios el pasado viernes junto con la ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias, resumen la crisis migratoria a la que se enfrentan las islas y a la que la ministra calificó, en repetidas ocasiones, de “repunte” en una situación que supera cifras de tiempos pasados.
El fin de semana previo a esta comparecencia, desembarcaron en el archipiélago canario 2.213 personas repartidas en 78 embarcaciones diferentes, provenientes de países del continente africano, entre los que destacan Marruecos, Mauritania o Senegal. Estos números, cosechados en tan solo 48 horas, han supuesto un récord histórico de unas islas en las que, según su presidente, “el flujo de llegadas es muy superior a la respuesta de acogida”. Esta ola migratoria, con las islas Canarias como principal receptor, comenzó en los primeros meses del año, cuando, en marzo, medios de comunicación, incluidos medios locales como eldia.es, se hicieron eco de que el número de inmigrantes era por entonces 12 veces superior al número total de inmigrantes que llegaron a territorio canario en el año 2019. El Informe Quincenal sobre Inmigración Irregular, publicado por el Ministerio del Interior hace unas semanas, ha confirmado esta tendencia migratoria.
Según este documento del Estado, que ha recogido datos migratorios de Canarias hasta el pasado 31 de octubre, en lo que va de año, el archipiélago ha recibido a 11.409 inmigrantes y 411 embarcaciones, frente a los 1.493 inmigrantes y las 92 embarcaciones de 2019, significando un incremento del 664,2% y un 346,7%, respectivamente. Durante su intervención ante la prensa, la ministra se apoyó en la Delegación del Gobierno para actualizar estos datos.
Según Carolina Darias, actualmente, el 57% de la inmigración que recibe Europa se concentra, exclusivamente, en las islas Canarias. Las llegadas por vía marítima, es decir, en cayucos y pateras, alcanza ya un incremento del 900% y el número de inmigrantes asciende a las 16.064 personas, en una realidad que la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha definido como un “problema de Gobierno” en el que “todos tienen que colaborar”.
En su anuncio de las nuevas medidas del Gobierno, la ministra de Política Territorial y Función Pública hizo referencia a la llegada en masa de inmigrantes del pasado fin de semana, a la que calificó como un “punto de inflexión” que ha llevado al Gobierno a tomar medidas de carácter “extraordinario” y “prioritario” para abordar y actuar con urgencia ante un fenómeno migratorio al que definió como un “desafío moral y humanitario de alcance global”. Entre las medidas, destacó la cesión por parte del Ministerio de Defensa de cuarteles, como el cuartel de las Raíces o el cuartel de las Canteras, además de la instalación de un CATE (Centro de Atención Temporal de Extranjeros) en el antiguo polvorín de Barranco Seco, después de que sus territorios militares hayan sido habilitados en los últimos días gracias a la labor de la Brigada del Ejército de Tierra y la coordinación del Ministerio de Defensa para conseguir la ampliación de las capacidades asistenciales y alojativas de Canarias, y con el objetivo prioritario de que el muelle de Arguineguín (Gran Canaria), cuyo campamento concentra la mayor parte de la carga migratoria, “vuelva a los usos que siempre tuvo”. También anunció un incremento, con carácter “general”, de 500 millones de euros en la cooperación contra la inmigración con los países de origen y de tránsito de los migrantes, y un acuerdo con la agencia Frontex (Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas) para reforzar las labores policiales en la lucha contra el tráfico de personas. La ministra quiso recalcar que este nuevo paquete de medidas se llevará a cabo bajo la coordinación interministerial del Ministerio de Exteriores, el Ministerio de Interior, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, y el Ministerio de Política Territorial y Función Pública; y supondrá “un refuerzo de las medidas ya existentes y que se venían aplicando desde hace un tiempo”.
Tanto la ministra como el presidente de Canarias solicitaron ante la prensa apartar esta crisis del debate partidista e invitaron a hacer un ejercicio de “pedagogía política”. Carolina Darias aseguró que el Gobierno seguirá actuando de una manera “altamente responsable, pero sensiblemente humanitaria” para superar una situación agravada aún más por la pandemia del coronavirus. Una situación que la ministra espera que sirva para impulsar un pacto migratorio “solidario” y “responsable” entre el Gobierno de España y una Unión Europea consciente del estado migratorio de las islas Canarias, tras la visita al archipiélago de la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, junto con el ministro de Interior del Gobierno de España, Fernando Grande-Marlaska, hace unas semanas.
????️ El presidente de #Canarias, @avtorresp, recibe a la ministra de @territorialgob, @CarolinaDarias, en la sede de Presidencia en Las Palmas de Gran Canaria. pic.twitter.com/XxAQmx0Fub
— Presidencia GobCan (@PresiCan) November 13, 2020
La crisis de los cayucos de 2006 y el resurgimiento de la ruta atlántica
“La ruta atlántica ha vuelto a coger fuerza, muchísima fuerza”. Así se refería Carolina Darias, al inicio de su intervención, a la reactivación de la ruta migratoria atlántica hacia Canarias. Esta ruta se ha convertido en la protagonista de la escena migratoria internacional, ante el declive de la actividad en las rutas migratorias del Mediterráneo, hasta alcanzar y superar datos correspondientes a la crisis de los cayucos de 2006 vivida en esta misma localización. En el año 2006, llegaron a las islas un total de 36.000 inmigrantes a través de un itinerario que, según datos de la OIM (Organización Internacional para las Migraciones) proporcionados a la agencia EFE, se ha convertido en la vía marítima migratoria más peligrosa del mundo, con un muerto por cada 20 llegadas.