Ruth Beitia fue nombrada, el pasado 7 de enero, cabeza de lista del Partido Popular (PP) en Cantabria. Esta decisión provocó conflictos dentro del propio partido, y algunos afines a María José Sáenz de Buruaga, anterior candidata para las elecciones autonómicas, amenazaron con dimitir. Esta apuesta del presidente del PP, Pablo Casado, también fue criticada como “dedazo” por el Gobierno del Partido Regionalista de Cantabria y el PSOE.
La exatleta, antes de ser candidata a la Presidencia cántabra, formaba parte de la Secretaría de Deportes, tenía un puesto en la Ejecutiva Nacional del partido y un escaño en el Parlamento regional. Tras más de 10 años de actividad política, el 22 de enero, trasladó al presidente del Partido Popular su decisión de “abandonar la vida política por razones estrictamente personales y familiares”, y pidió que se respetara su decisión.
El PP, en un comunicado, ha agradecido el trabajo “eficaz e intenso” de la campeona olímpica y ha anunciado que no hará más declaraciones públicas.
Tras esta decisión, a menos de cuatro meses de los comicios autonómicos, el partido de Casado ha propuesto a Buruaga, presidenta del partido en Cantabria, como candidata a la Presidencia de la comunidad autónoma.