La Universidad Francisco de Vitoria (UFV) fue sede de la charla sobre el 20 aniversario del secuestro y asesinato del concejal Miguel Ángel Blanco a manos de la organización terrorista ETA.
Al encuentro asistieron la presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo y hermana de Blanco, María del Mar Blanco, la periodista del diario El Mundo especializada en noticias sobre el Ministerio del Interior Ángeles Escrivá y el profesor y periodista Gabriel Sánchez, quien moderó la ponencia.
La charla comenzó con un repaso sobre los secuestros y asesinatos de la banda terrorista, y la diferencia entre los raptos con motivos económicos, que le servían a la organización para financiarse, y los políticos, cuyo objetivo era la reivindicación política a través del miedo y la intimidación. Según Ángeles Escrivá, estos últimos, en su mayoría, finalizaban, «desgraciadamente, con la muerte de los retenidos».
Los tres ponentes coincidieron en que el caso de Miguel Ángel Blanco cambió el curso de la historia reciente de España y supuso el «inicio del camino del fin de ETA».
Según María del Mar Blanco, el caso de su hermano es un ejemplo de cómo la violencia de ETA no solo ha afectado a las víctimas y sus familias, sino al conjunto de los españoles. «Las víctimas son héroes de la democracia, que lucharon por la libertad de todos», ha añadido.
Los ponentes recordaron a Blanco como un joven «al que le gustaba la política y la libertad» y que se negaba a que «una parte de la sociedad vasca extorsionara y asesinara» a la otra. Mª Mar Blanco aseguró que su hermano «nunca tuvo miedo, pero no pensaba que le podía pasar a él».
Tras su secuestro el 10 de julio de 1997, los terroristas pidieron a las autoridades el acercamiento de los presos a las cárceles vascas. Para ello, las instituciones contaban con un plazo de 48 horas antes de que asesinaran a este concejal.
Lo que diferencia el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco de otros cometidos por los terroristas etarras radica en la movilización social en toda España, pero específicamente en la sociedad vasca. «La población del País Vasco caía en la macabra justificación de cada asesinato», explicó Mª Mar Blanco. Ángeles Escrivá añadió: «Por primera vez, pudieron ver que las víctimas eran completamente inocentes, y no querían que la organización terrorista ETA siguiera matando en nombre de todo un colectivo».
«A muchos les molesta que las víctimas alcemos la voz», dijo Mari Mar Blanco.
Otro aspecto que destacó de la charla fue el tratamiento que reciben las víctimas de terrorismo en España. Mª Mar Blanco, como presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, explicó que a ETA le beneficiaba la desunión política y social. Sin embargo, advirtió de un hecho relevante en la historia de la banda criminal. «Queda todavía mucho por hacer. ETA ha sido derrotada policialmente, pero no se han disuelto incondicionalmente. Ahora hay que construir un relato que promueva la dignidad, el respeto a las víctimas y que cuente realmente la verdad», puntualizó Blanco.
«A muchos les molesta que las víctimas alcemos la voz. Pero lo más satisfactorio es el funcionamiento de la Justicia, una competencia exclusiva del Estado», declaró Blanco en la UFV. Además, Escrivá añadió que los ciudadanos se han dado unas leyes para cumplirlas y que es el «Estado el que debe aplicar, a través de los jueces, la Justicia». Ángeles Escrivá afirmó que las «víctimas pueden perdonar o no, pero el Estado no debe ceder» ante un grupo terrorista.
Por último, Mª Mar Blanco agradeció a los españoles su apoyo continuo. «Yo nunca me cansaré de darle las gracias a los españoles que nos apoyaron en esas horas y después del asesinato de mi hermano. Daba igual la ideología de cada uno; todos estábamos unidos contra el terrorismo y por la libertad», concluyó.