Carles Puigdemont no se rinde, pero el Gobierno tampoco. El expresidente de la Generalitat no tira la toalla en la lucha por recuperar su puesto, aunque la ley parece haberse vuelto a interponer en su camino. Presentarse a distancia no es una opción. El lunes 14 de mayo es la fecha límite para la investidura, y el político catalán no es ya una opción para gobernar.
El miércoles 9 de mayo, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, convocó en la Moncloa una reunión de ministros extraordinaria, a la que solo faltó el de exteriores, Alfonso Dastis. En ella, el Consejo ha decidido aprobar, ante el Tribunal Constitucional (TC) un recurso contra la reforma de la Ley de Presidencia catalana, aprobada la semana pasada por el Parlamento autonómico catalán. En el caso de que el TC lo admita, Carles Puigdemont no podrá renovar su candidatura como presidente de la Generalitat.
Elsa Artadi, portavoz de Junts per Catalunya (JxCat), declaró, antes de la reunión del Consejo de Ministros, que solo apoyarán la candidatura del expresidente “si hay una ventana para hacerlo”, si no es posible, “será la investidura de otro candidato”. Puigdemont acusa al Estado de “represión” por no permitir su candidatura. Como respuesta a las acusaciones del político, el ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, ha recordado que «es un prófugo de la Justicia y pesa sobre él una orden de detención y entrega».
Si se aprueba el recurso, la única alternativa con la que contará el expresidente de la Generalitat será la de elegir él mismo a su sustituto.