China inauguró, el 23 de octubre, el puente sobre el mar más largo del mundo. Su construcción, que ha durado nueve años, se ha encontrado con diversos problemas, retrasos y tensiones políticas, puesto que durante ella murieron siete trabajadores y 275 resultaron heridos.
Este puente podrá aguantar tifones y terremotos de hasta ocho grados, puesto que para su construcción se han empleado hasta 400.000 toneladas de acero. Además, para permitir el tráfico marítimo e impedir interrupciones por las frecuentes tormentas tropicales, el tramo central se ha sumergido mediante un túnel de 6,7 kilómetros de longitud.
“Anuncio oficialmente la apertura del puente Hong Kong-Zhuhai-Macao», afirmó el presidente chino, Xi Jinping.
La construcción de esta infraestructura es una muestra de poderío para el Gobierno chino. “Anuncio oficialmente la apertura del puente Hong Kong-Zhuhai-Macao», afirmó el presidente chino, Xi Jinping.
Gracias a esta obra, a partir de ahora, el trayecto entre Hong Kong y la ciudad de Zhuhai, que antes duraba alrededor de cuatro horas, tendrá una duración de 50 minutos, aproximadamente.
Sin embargo, los críticos consideran que el proyecto es un derroche de dinero innecesario que será imposible de recuperar y que ha ocasionado un gran impacto en el ecosistema marino. Algunos conservacionistas chinos temen que podría causar una disminución de delfines blancos chinos, una especie en peligro de extinción. Para prevenirlo se crearán parques marinos para proteger la vida acuática.
En 2008, un año antes de que se empezaran las obras, preveían que este puente lo atravesarían diariamente 171.800 pasajeros en 33.100 vehículos. Pero en 2016, las expectativas se rebajaron a 126.000 pasajeros y 29.100 vehículos. Según China, el proyecto aportará más de un billón de euros en beneficios económicos a la región.
