El líder peronista, Alberto Fernández, es el nuevo presidente de Argentina. Logró el 48% de los votos, frente al 40% de su máximo rival, Mauricio Macri.
Estos datos suponen una victoria en la primera vuelta y no es necesaria una segunda ronda prevista para el 24 de noviembre, ya que Fernández ha superado el 45% de los sufragios. Fernández llegaba como favorito a las actuales elecciones presidenciales argentinas, después de haber aventajado en 16 puntos en las primarias del mes de Agosto a Macri.
Mauricio Macri admitió su derrota amplia, pero a su misma vez no tan severa como pronosticaban los sondeos, y confesó que mantuvo un gran optimismo hasta el último momento, debido a su gran campaña, que le hizo reducir de forma sustancial los 16 puntos que le sacaba Fernández en las primarias. El pasado lunes 28 de octubre llamó a su sucesor para felicitarle y le invitó a desayunar para organizar una transición ordenada.
En esta ocasión, los dos rivales tuvieron un comportamiento ejemplar y se pusieron a trabajar juntos, en contraposición de lo ocurrido hace cuatro años, cuando Cristina Fernández, actual candidata a la Vicepresidencia, se negó a ceder los símbolos presidenciales a Mauricio Macri.
«Que lleve tranquilidad a todos los argentinos, porque acá lo único importante es el futuro y el bienestar de los argentinos», fueron las palabras de Macri ante miles de simpatizantes que reunió en el barrio de Palermo, en Buenos Aires.
«Todos entendemos que es una elección histórica entre dos modelos de país, ahora hay que mantener la tranquilidad», finalizó Macri.
Fernández se mostró confiado antes de las elecciones y siguió la línea de Macri al comentar que era un día histórico para el país. El líder peronista finalizó su discurso añadiendo que se acabó la división y que es necesario iniciar tiempos tranquilos para Argentina.
