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Dos activistas atacan un cuadro de Velázquez en Londres

- 21 de noviembre de 2023

Dos jóvenes activistas pertenecientes al movimiento ecologista Just Stop Oil han golpeado con un martillo el cristal que protege la “ Venus del espejo”. Esta pieza es del pintor español Diego Velázquez y se encuentra en la National Gallery de Londres. El ataque sucedió el pasado 6 de noviembre.

Según los activistas, la agresión tuvo lugar debido las nuevas licencias de exploración petrolera y de gas que ha concedido el Gobierno británico en el mar del Norte. Estos individuos de Just Stop Oil han acusado al Ejecutivo británico de incumplir sus compromisos climáticos.

La National Gallery verificó el incidente y declaró que había llamado a la Policía, mientras evacuaban a los visitantes de la sala. La obra de arte ha sido retirada para que los restauradores del museo puedan examinarla y para encontrar posibles daños, ya que, el cristal que protegía la pintura sí sufrió una rotura. Ambos manifestantes, de 20 y 22 años, fueron detenidos por causar daños.

Este cuadro de Diego Velázquez, de mediados del siglo XVIII, no es la primera vez que sufre un ataque. En 1914 la sufragista canadiense Mary Richardson lo cortó con un cuchillo durante sus protestas contra la detención de otra defensora del sufragio femenino en Reino Unido.

El 14 de octubre de 2022, otros dos activistas de este mismo movimiento lanzaron sopa de tomate a Los girasoles de Van Gogh. Este cuadro también se encuentra en la National Gallery de Londres.

María de Lucas, licenciada en Historia e Historia del Arte, explica algunas medidas de seguridad en los museos: «Normalmente, son actos muy premeditados. Los activistas escogen materiales que no se detectan en los controles, o los llevan pegados al cuerpo, de manera que sea más difícil distinguirlos. Por este tipo de delitos, se comenzaron a proteger los cuadros con cristales, pero las obras se aprecian bastante peor, de ahí que en algunos casos se instalen, en su lugar, barreras sonoras invisibles, que emiten pitidos cuando se sobrepasan. Gracias a esta medida, los implicados se sobresaltan y se gana tiempo, pues enseguida llegan los vigilantes. En cualquier caso, todavía no se ha dado con un sistema de seguridad que impida el 100 % de los ataques».

Además, María de Lucas cuestiona la efectividad de estas acciones: «A mi parecer, destruir la belleza para reivindicar aquello que se considera bueno es tan contradictorio como el terrorismo, salvando las distancias. Como decía Dostoievski, ‘la belleza salvará al mundo’. Necesitamos la belleza para salvar lo que apreciamos, de modo que nos tiramos piedras sobre nuestro propio tejado si la atacamos para conseguir nuestros fines. Con esa actuación descabellada, el movimiento Just Stop Oil ha logrado una mayor resonancia social, pero ahí se ha quedado su reivindicación. ¿Cómo vamos a secundarles y apoyar su causa, si han maltratado una de las mayores joyas de nuestra civilización?».

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