Uber pone fin a sus servicios en Londres

- Desmarcar - 3 de diciembre de 2019
Foto: Flickr

Uber ha recibido, por segunda vez, la denegación de la licencia para operar en Londres. Esta empresa de transporte VTR, Uber, ha recibido por segunda vez la negación de la licencia necesaria para operar. Esta empresa, que realiza 3,5 millones de viajes al año y tiene 45.000 empleados, ha llegado a su fin en la capital británica, al cumplirse los dos meses de prórroga que le habían concedido.

El motivo principal es que ‘no es ni segura ni apta para el correcto funcionamiento’. Esto se debe a la supuesta poca seguridad que reciben los pasajeros durante el trayecto.

A pesar de que Uber ha mejorado sus condiciones en relación con el año 2018, Transport for London (TfL), ha asegurado que, para poder volver a operar, la compañía deberá dejar de poner en riesgo a sus pasajeros.

No es la primera vez que sucede, pues en 2017, TfL retiró la licencia a Uber por una ‘falta de responsabilidad corporativa’, y les fue concedido un margen de 15 meses para ‘comportarse mejor y mejorar su imagen’.

Para ello, esta compañía de transporte debió avisar con un mes de antelación de cualquier cambio importante en su modelo de negocio, nombrar dos directores no ejecutivos para su junta y publicar dos veces al año un informe de seguridad.

Ahora y tras esta segunda negativa, Uber cuenta con un plazo de 21 días para solventar el problema y poder volver a operar en la capital, siempre que demuestre a los tribunales que ha reparado sus errores y vuelve a ser apta para el funcionamiento.

A pesar de que la decisión ya está tomada, Uber ‘apelará y trabajará con total normalidad’. Además, el hecho de que utilizasen fotos de otros conductores sin permiso como si fuesen el conductor asignado, provocó el enfado de más de 14.000 viajeros a los que les tocó vivir la situación. Incluso algunos de ellos, viajaron también sin el carné de conducir.

Sin embargo, los representantes de Uber han asegurado que los que pagarán las consecuencias serán los conductores, pues tendrán que hacer frente al pago de sus vehículos desde una posición de desempleo. ‘La decisión va a suponer un martillazo para los 50.000 conductores que están trabajando, además, en condiciones precarias’, denuncia James Farrar, representante del organismo, quien asegura estar intentando reunirse con el alcalde de Londres para buscar una solución.