El Gran Museo Egipcio (GEM) abrió oficialmente sus puertas el pasado 1 de noviembre, después de más de dos décadas y una inversión millonaria. Cuenta con más de 100.000 piezas, entre las cuales se incluye la totalidad de los objetos encontrados en la tumba del faraón Tutankamón, por primera vez reunidos. Además de la gran cantidad de objetos expuestos, el museo ofrece un viaje al corazón del Antiguo Egipto, por lo que es un símbolo cultural y turístico a nivel global.
Historia y colección del museo
El anuncio de la construcción del museo se dio en el año 1992, a pesar de que esta comenzó realmente el 2005 y concluyó en 2023, aunque su inauguración se aplazó hasta la fecha actual. El diseño del edificio fue asignado mediante un concurso de arquitectura internacional del Ministerio de Cultura Egipcio y la Unesco, que fue anunciado el 7 de enero de 2002. Recibieron 1557 solicitudes, y la compañía irlandesa Henenghan Peng se hizo con el contrato, valorado en unos 250.000 dólares.
Mientras que el diseño final fue realizado por la propia Henenghan Peng ayudada de Buro Happold y Arup, el diseño museístico fue llevado a cabo por Metaphor y Cultural Innovations S.A. (que desarrollaron otros proyectos como el Museo Nacional de Qatar o el Madinah Wellcome Center en Arabia Saudí). El coste estimado de la construcción es de 550 millones de dólares, de los que 300 millones fueron financiados por préstamos japoneses, y el resto, por el Consejo Supremo de Antigüedades, otras donaciones y fondos internacionales.
El museo cuenta con una superficie que es el doble de la del Museo del Louvre (París) y diez veces el Museo del Prado (Madrid), y se extiende a lo largo de 48 hectáreas llenas de artefactos que transportan al visitante al mundo egipcio. La construcción, ubicada a unos escasos dos kilómetros de las célebres pirámides, posee sus muros norte y sur alineados con las pirámides de Keops y Micerino, lo que crea un vínculo directo con estos símbolos de la cultura egipcia.
En su interior, se alberga una colección que cuenta con artefactos desde el período predinástico hasta el Egipto copto. Dentro de esta colección se encuentran 20.000 objetos de gran valor histórico nunca antes visibles al público, como la colección completa de Tutankamón, uno de los imanes turísticos de la exposición, o también la segunda barca solar de Keops, cuya restauración supuso un gasto de cinco millones de dólares. Además, el museo cuenta con un diseño totalmente novedoso, incluyendo en este tecnología como la realidad virtual. También cuenta con un museo para niños, un centro de convenciones, centro de formación y otro de conservación.
Acto de inauguración
En la inauguración del museo, participaron autoridades como los monarcas y familias reales de Bahréin, Bélgica, Dinamarca, Japón, Luxemburgo y Mónaco, entre otros. En total, se confirmó la asistencia de más de 40 delegaciones oficiales, entre las que se encontraba España, con el Rey Felipe VI en representación del país. En la ceremonia hubo desfiles con estética del Antiguo Egipto, espectáculos audiovisuales y discursos de líderes internacionales.
Recibimiento del museo
Se esperaba este museo desde los últimos 20 años, por lo que su recibimiento ha sido altamente positivo. Tras el acto de inauguración, el museo prevé atraer a más de cinco millones visitantes anualmente, lo que lo convertiría en un «centro de civilización mundial», según afirma Marwa Ezz Edin Abdelaziz, profesora de guías turísticos en el Instituto Superior del Sinaí para Turismo y Hostelería. Esta nueva atracción turística impulsará la economía y consolidará a Egipto como referente del turismo cultural.
A pesar de que, en su mayoría, el GEM ha recibido una buena acogida, su apertura no queda exenta de polémicas. De nuevo, se vuelve a cuestionar el hecho de que objetos altamente representativos de la cultura egipcia, como la Piedra Rosetta (ubicada en el Museo Británico de Londres) o el Busto de Nefertiti (expuesto en el Museo Egipcio de Berlín) se encuentren fuera del país. Son miles las personas que reclaman que estas piezas clave de la cultura egipcia sean devueltas a su lugar de origen, y justifican que con la apertura del nuevo museo es el lugar idóneo en el que estas piezas deberían albergarse.
Lara Plans Casamayor, licenciada en Historia del Arte y con experiencia trabajando en el Museo del Prado, reconoce su valor cultural y educativo, pero también critica la descontextualización de las obras al sacarlas de su entorno original, lo que les hace perder parte de su significado. Defiende que el arte debería contemplarse en su lugar y época de origen, aunque reconoce que el museo se ha convertido hoy en el nuevo “hogar” del arte, con un significado renovado.
«Es el hombre quien está hecho para viajar por el mundo en busca de la obra de arte y no
la obra de arte la que viaje a museos y exposiciones que se adapten al hombre», afirma Lara Plans.
Igualmente, Plans, aunque antes creía que las piezas debían devolverse a su país de origen, ahora considera que el arte ya forma parte del patrimonio cultural del lugar donde está. Devolverlo no resolvería la descontextualización, y además se perdería la diversidad artística que hoy caracteriza a los museos. También critica la mercantilización del arte: los museos priorizan nombres famosos, cifras de visitantes y patrocinadores por encima del verdadero disfrute artístico. Las visitas masivas se han convertido en rituales vacíos, más por obligación que por interés. Sin embargo, valora las exposiciones temporales, ya que acercan obras inaccesibles al público, aunque advierte que estas eclipsan las colecciones permanentes. Propone “reinventar” los museos y sus exposiciones para mantener viva la curiosidad del espectador.
