Noticia redactada por Cristina Camacho y Nuria Usero.
Las autoridades bielorrusas han detenido, este domingo, al periodista Roman Protasevich, perseguido por el régimen de Aleksandr Lukashenko, en el aeropuerto de Minsk, la capital del país. El avión de Ryanair en el que viajaba volaba sobre Bielorrusia en su ruta desde Grecia hasta Lituania, donde Protasevich vive exiliado y cuenta con asilo político. La Policía bielorrusa informó a la aeronave de una “potencial amenaza de seguridad” a bordo, y un caza la escoltó a tierra por orden del propio presidente.
Uno de los pasajeros del avión, que ha pedido que su nombre no se publique, ha contado a la edición lituana del diario Delfi que al aterrizar y darse cuenta de lo que pasaba, el periodista “entró en pánico”: “Después de la maniobra repentina del avión, un chico comenzó a sacudir la cabeza nervioso. Solo después comprendimos por qué”. Otra pasajera, después de aterrizar en Vilna (capital de Lituania), también ha explicado a los medios locales que nada más aterrizar en Minsk, Protasevich empezó a rebuscar en su equipaje de mano y entregó su móvil y su portátil a su novia, que viajaba con él. “No gritaba, pero estaba claro que tenía mucho miedo. Parecía que si la ventana hubiera estado abierta, habría saltado”, comentó a France Presse Edvinas Dimsa, otro de los pasajeros del vuelo, ya en Vilna.
Roman Protasevich vivía en Lituania desde hacía años. Debido a las presiones que había recibido por parte de los altos cargos, tuvo que exiliarse y fue refugiado político en Polonia, hasta mudarse a Vilna. El periodista es el director y fundador de los medios Nexta y Nexta Live, dos programas de Telegram que fueron muy usados para las movilizaciones en verano de 2020 contra el presidente de Bielorrusia. Ambas dan una suma de más de tres millones de seguidores. Por ello, el país lo tenía en su lista de busca y captura.
«No gritaba, pero estaba claro que tenía mucho miedo. Parecía que si la ventana hubiera estado abierta, habría saltado”, comentó Edvinas Dimsa, un pasajero del avión en el que viajaba Protasevich.
Protasevich estaba en Atenas para seguir la visita a Grecia de la política bielorrusa Svetlana Tijanóvskaya, y antes de despegar había contado a un amigo que notaba cómo un hombre que hablaba ruso le seguía por el aeropuerto y había intentado hacer fotos a sus documentos en la cola para embarcar. Además de Protasevich y su novia, tampoco continuaron el viaje cuatro ciudadanos rusos que, según fuentes lituanas, sí empezaron el viaje en Grecia.
Bielorrusia lo acusa de varios cargos: organización de disturbios y acciones que vulneran gravemente el orden público y de acciones deliberadas que incitaban a la enemistad social. Estas acusaciones lo podrían condenar a entre 12 y 15 años de prisión. No obstante, al estar incluido en la lista de terroristas, el periodista podría ser condenado a muerte. Además, ya era conocido en el país por varias manifestaciones contra Lukashenko años atrás, que habían provocado su expulsión del colegio y de la Facultad de Periodismo de la Universidad Estatal de Bielorrusia.
Indignación internacional
La líder opositora Svetlana Tijanóvskaya ha denunciado el “secuestro” del periodista y del avión, que estuvo siete horas parado en Misk antes de poder retomar el viaje y en el que volaban 170 pasajeros de 12 nacionalidades. La Asociación de Periodistas Bielorrusos y la organización de derechos humanos local Viasna han confirmado el arresto del informador, pero no han podido ponerse en contacto con él.
Varios países han condenado los actos cometidos por el Gobierno de Lukashenko. El más crítico ha sido Lituania, país afectado por el desvío del avión cuando se dirigía a su capital. La presidenta, Ingrida Simonyte, ha asegurado que los actos de Bielorrusia han provocado que los pasajeros corrieran peligro. Además, lo ha calificado como un acto de terrorismo de Estado contra la seguridad de los ciudadanos de la Unión Europea. Por lo que ha pedido la prohibición de su espacio aéreo.
El secretario general de Reporteros Sin Fronteras, Christophe Deloire, ha señalado la “extrema gravedad” del asunto: “Secuestrar un avión para arrestar a un periodista es llevar la traición del Estado al extremo”. La organización ha pedido sanciones inmediatas al país, así como la exigencia de la liberación de Protasevich. “El comportamiento escandaloso e ilegal del régimen de Bielorrusia tendrá consecuencias”, ha asegurado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en las redes sociales, donde también ha anunciado la convocatoria de una reunión para debatir la sanciones.
The outrageous and illegal behaviour of the regime in Belarus will have consequences.
Those responsible for the #Ryanair hijacking must be sanctioned.
Journalist Roman Protasevich must be released immediately.
EUCO will discuss tomorrow action to take.
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) May 23, 2021
Bielorrusia vuelve a desafiar a la Unión Europea
La Unión Europea impuso sanciones a Bielorrusia, en octubre, después de un mes de negociaciones, en cuyas conclusiones resaltaban la “la inaceptable violencia ejercida por las autoridades bielorrusas contra manifestantes pacíficos”. Además, los Veintisiete pedían nuevas elecciones para elegir presidente y el fin de la violencia policial contra la oposición.
Las sanciones también incluían la prohibición de viajar a territorio europeo para 40 miembros del Gobierno, entre los que no estaba incluido Lukashenko, así como la congelación de sus bienes. Bielorrusia respondió imponiendo también sanciones a la Unión Europea.