El número de nacimientos ha experimentado una bajada en los últimos años. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el pasado diciembre nacieron 23.226 niños, un 20,4% menos con respecto al mismo mes de 2019, y es el valor mínimo desde 1941.
El INE confirmó que aunque el número de nacimientos presenta desde hace años una baja tendencia, el descenso se ha acentuado nueve meses después del confinamiento de la población española durante el primer estado de alarma por la covid-19. También, asegura que el 79,2% de las mujeres de 25 a 29 años aún no ha tenido hijos, y que en gran parte se debe a las medidas de conciliación familiar y al horario, que son lo que más valoran las madres en un puesto de trabajo.
Actualmente, la tasa de fecundidad es de 1,3 hijos, así lo refleja la Encuesta de Fecundidad del INE. En noviembre, la tasa de nacimientos se redujo más de un 10%, y en enero de 2021, un 20% con respecto al año anterior, según la estadística. Así, el primer mes de este año se registraron 24.061 nacimientos, la segunda peor cifra mensual.
Evolución de la tasa de natalidad desde 1975 recogida por el INE.
La empresa Statista muestra en este gráfico que el número de nacimientos en España, en 1975, fue de 669.000, pero, a partir de ahí, la tendencia general ha sido descendente, con alrededor de 360.000 nacimientos en 2019.
Además, los expertos en demografía han pronosticado una caída en el número de bebés en toda Europa para 2021, debido al golpe económico de los cierres para contener la propagación de la covid-19.
Datos por comunidades
El número de nacimientos descendió en enero de 2021 en todas las regiones. Las mayores caídas se concentraron en Cantabria, con un descenso del 27,9%; Principado de Asturias, con un 24,7%; y Comunidad Valenciana, con un 24,5%. Sin embargo, en La Rioja se registró un 2,6%, en Aragón un 10,7% y en Navarra un 12,9%.
Causas y consecuencias de la baja natalidad
El descenso de la natalidad en España se ha visto acentuado, en gran parte, por la incorporación de la mujer al mundo laboral, además de por la crisis económica y social del país, o por el número de ayudas del Estado a la madre trabajadora. Por ello, una de las consecuencias sería la repercusión directa que puede tener en las pensiones y la inversión de la pirámide poblacional, en la que España lleva ya más de 35 años por debajo del nivel de reemplazo generacional.