Educación, formación y España. Estos fueron los tres pilares en los que se basó la visita del portavoz de Vox en el Congreso de los Diputados, Iván Espinosa de los Monteros, el pasado martes, al Colegio Mayor Francisco de Vitoria. El político incidió en la idea de formarse en todas las áreas y “salirse del perímetro”. “España necesita jóvenes bien formados y con formación espiritual”, manifestó, y distinguió entre la abundancia de personas que piden derechos y no cumplen sus obligaciones, y las que sí alcanzan la excelencia, “que ahora son mucho más numerosos que antes”.
Bajo la premisa de aprovechar las oportunidades académicas, en vista de un mejor futuro profesional, Espinosa de los Monteros apuntó que, aunque esta generación no haya sido la más exigida, sí es “la mejor preparada para lo que viene”, en un mundo global, donde los jóvenes ahora deben competir con personas de otros continentes en mercados internacionales. “Eso os hace más fuertes, hay que coger experiencia que enriquezca”, afirmó. Y aseveró que ojalá aquellos que, en unos años, trabajasen y creciesen fuera, pudieran regresar a España, realidad que contrasta con la actualidad, ya que cree que aquí no hay tantas buenas ofertas de empleo y se produce una gran exportación de talento.
El portavoz de Vox llamó al conocimiento, a abrir las puertas al estudio de diversos campos, “ser autoexigentes, conscientes y estar informados de lo que pasa en el mundo”. Y, a pesar de evocar esa visión amplia y conocer la actualidad, dijo estar insatisfecho con su experiencia con los medios de comunicación, a los que acusó de “no siempre informar bien”. El político ahondó en el mantenimiento de una curiosidad intelectual y pidió a los asistentes que “no abandonaran el mundo de las ideas”, puesto que “las ideas crean civilizaciones”.
Espinosa de los Monteros recordó, como punto que marcó la historia, la caída del Muro de Berlín, momento que, según analizó, dejó al descubierto a la histórica izquierda comunista proveniente del bloque soviético, enfrentada a Occidente, donde reinaba la libertad, el bloque conservador y la democracia. Esa corriente totalitarista, de izquierdas, quedó desnuda, ya que se quitaron “las anteojeras” que engañaban a la población, dijo Espinosa de los Monteros. Sin embargo, la izquierda, “cuando parecía que estaba noqueada, se levantó”, y, a través de la socialdemocracia, con la presencia izquierdista dentro de Occidente, se intentó adueñar de movimientos que no le pertenecían. “Cogen banderas que nunca han sido suyas”, expresó, y admitió que “aunque perdieron la Guerra Fría, han ganado la guerra cultural”.
Espinosa de los Monteros consideró que los izquierdistas actuales hablan de ecologismo, pero ellos también contaminaron; defienden al colectivo LGTBI, pero fue Che Guevara quien fusiló a homosexuales; y protegen a las mujeres, pero verdaderamente donde había mujeres más libres, más iguales a los hombres, era en Occidente.
Explicó que uno de los datos más significativos para estudiar el desarrollo y bienestar de un país es su esperanza vida. Y ensalzó a España, que tiene uno de los mayores datos de longevidad, fruto de “sus relaciones sociales”. Comentó que estar en una nación en paz, con un buen sistema sanitario y con una alimentación sana son los elementos principales que conforman este éxito, pero que, según un estudio de la Universidad de Harvard, “lo que más determina la esperanza de vida de una persona es la cantidad y calidad de relaciones sociales que tiene”, y añadió: “La familia es importante”.
“Somos un gran país, con algunos problemas, pero gracias a generaciones que han luchado por esto”, declaró Espinosa de los Monteros, quien agregó: “Nuestra responsabilidad es dejar a nuestros hijos una España, al menos, igual que la que hemos cogido”. “Si yo fuera ministro de Educación, haría todo lo posible por que la educación en España fuera competitiva a nivel mundial”, enunció, al tiempo que reparaba en que el problema reside en la concentración de poder sobre las comunidades autónomas”.
Asimismo, el miembro de Vox se refirió a la Comunidad de Madrid, y dijo que “llevaba años con una ley trans mucho más dura” que la del Gobierno central, y que se sancionaba a quien protestase.