El nuncio en España, Bernardito Auza, ha reafirmado el compromiso de la Iglesia con el cuidado del planeta, en la conferencia de apertura del VI Congreso Razón Abierta de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV), el martes 21 a las 12 horas. Al mismo tiempo, ha manifestado las reservas de la Santa Sede con algunas cuestiones de la Agenda 2030.
Bernardito Auza repasó la postura de la Iglesia con respecto al ecologismo y a la Agenda 2030. Auza expresó que “la responsabilidad de cuidar la creación es un imperativo ético, moral y religioso para el cristiano”, y recordó que es una preocupación a la que llegó la Iglesia “mucho antes” de que lo hiciera la comunidad internacional.
El nuncio afirmó que la enseñanza de la Iglesia sobre la ecología continúa evolucionando y enriqueciéndose. Sin embargo, manifestó sus diferencias con algunos de los objetivos enmarcados en la Agenda 2030, sobre todo en relación con aquellos procedentes de “determinadas ideologías”, como la cuestión de género.
Bernardito Auza criticó, además, la existencia en España de un ministerio dedicado a la agenda 2030 y mostró su preocupación por las consecuencias de algunas de las leyes aprobadas recientemente. “Dieciocho meses de prisión por matar una rata, mientras se facilita todo para practicar un aborto”, reflexionó Auza.
El nuncio aseguró que la Santa Sede no tiene la necesidad de crear un proyecto como la Agenda 2030 para luchar por la construcción de una sociedad más justa, pues ya está llamada a ello por definición. No obstante, justificó que su participación en ella es “una forma de demostrar disponibilidad en la lucha y de influir en ella desde sus premisas”.
Durante su intervención, Auza recuperó el concepto de “ecología integral” e hizo un recorrido por el compromiso de la Iglesia con el cuidado del medio ambiente a través de los últimos pontificados. El nuncio concluyó con una invitación a “reflexionar en profundidad sobre el mundo” que se quiere dejar a las próximas generaciones.
El rector de la UFV, Daniel Sada, fue el encargado de presentar el acto. En su discurso, apostó por el diálogo entre las ciencias, la filosofía y la teología como camino para la búsqueda de la verdad y el servicio al bien común; y añadió que “la cuestión ecológica es una oportunidad para ello”.