Debate publica una antología de David Gistau

- Desmarcar - 10 de febrero de 2021
Debate publica 'El penúltimo Negroni', la antología de David Gistau. Foto: Andrés Pelayo Alfonso.

El 9 de febrero se ha cumplido un año del fallecimiento del periodista David Gistau (Madrid, 1970-2020), quien perdió la vida mientras practicaba una de sus grandes pasiones: el boxeo. Para conmemorar su vida y obra, la editorial Debate ha publicado una antología de sus mejores textos, bajo el título El penúltimo Negroni, en los que se refleja la esencia de uno de los mejores columnistas del periodismo español.

Gistau, según recoge David Lema, quien ha seleccionado las piezas que componen el libro, tuvo el don de «rasgar los géneros, ensanchar la columna hasta más allá de lo canónico y romperla sin temor a reconstruirla usando pedacitos de categorías culturales que parecían exiliadas de la prensa española por la prominencia de lo clásico». El periodista comenzó su andadura en los medios publicando pequeños reportajes para la revista Paisajes, en la que, bajo el seudónimo de Matilde Urbach, publicaba un horóscopo en clave de humor. Tras estas publicaciones, pasaría por M&Cía, Canal+ y Esta noche cruzamos el Mississippi, donde elaboraría algunos de los guiones del programa de Pepe Navarro y donde se le abrirían las puertas de continuar en esta rama del negocio televisivo, aunque en una entrevista publicada por El Confidencial admitía que nunca llegó a ser un Aaron Sorkin.

«Por primera vez en mi vida, temo morir. Me siento obligado a permanecer aquí al menos 25 años más, los que él pueda necesitarme, y en eso no quiero fallarle. Mi hijo no ha de ser lo que yo fui: un adolescente enfadado con el mundo porque se le murió el padre demasiado pronto», escribía Gistau.

Tras su etapa como reporterista, falso vidente y guionista, Luis María Ansón, fundador de La Razón, pediría contratar a la persona encargada de esos reportajes que podían leerse en el tren, en la revista que, por cortesía, los viajeros encontraban en el asiento. Gistau comenzaba su andadura en los diarios peridísticos, en los que desarrolló sus años más fructíferos en la carrera, donde se convirtió en un trabajador multiusos que podía cubrir guerras —de forma poco acertada, según explicaría más tarde— en Afganistán, partidos de fútbol en Sudáfrica o acudir a las sesiones parlamentarias, donde escribió sobre la etapa convulsa de la España que se abría al euro, las guerras en Oriente Medio o los éxitos del Real Madrid, el «Madrí» que ocupaba sus columnas.

David Gistau falleció en Madrid, el 9 de febrero de 2020, mientras practicaba boxeo. Foto: ConversacionesCon.

Tras su andadura en La Razón, donde desde los primeros años demostraría su talento para la columna, al compartir contraportada con Tomás Cuesta, Pedro J. Ramírez le llamó para ser uno de los uno de los columnistas más importantes de El Mundo. En la contraportada, Gistau fue el encargado de cubrir el vacío que dejó Francisco Umbral, incluso se convirtió, para muchos, en lo que debería haber sido el heredero de Francisco Umbral, de quien más pronto que tarde demostró que debía separarse para crear un estilo propio, alejado de la columna umbraliana, aunque sin dejar de beber de ella. En esos años, Gistau escribió sobre los gobiernos de Zapatero y de Rajoy, la historia de un líder socialista que abandonaba su cargo para regresar como flagrante presidente del Gobierno o el ascenso de un Pablo Iglesias que irrumpía en la escena política «para tomar el cielo». El fútbol y los detalles de la vida cotidiana, como el nacimiento de su primer hijo, Luca, quedaron plasmados en negro sobre blanco y dieron como resultado algunos de sus mejores textos.

Tras una andadura de cinco años en el ABC —diario por el que firmó en 2013 y en el que permaneció hasta 2018—, Gistau regresó a El Mundo, donde finalizó su carrera. Un accidente mientras entrenaba en el gimnasio de Jero García, quien se convirtió en un gran amigo del escritor, provocó su ingreso en el hospital, donde falleció un 9 de febrero, al no superar la lesión que le mantenía en cama. Los textos de Manuel Jabois, amigo de Gistau y columnista de éxito en El País, cuentan el ambiente en el que se desarrollaron esos días en los que, por una habitación de hospital, se paseaban algunas de las personalidades más importantes de la cultura española para estar junto a él y su familia. De forma póstuma, El Mundo publicó su última columna, en la que escribió sobre El Irlandés, la última película de Martin Scorsese.

El periodista Federico Jiménez Losantos decía de Gistau que su misión era escribir la próxima gran novela española, lo que había sido La Colmena, de Camilo José Cela, en su generación. Con A que no hay huevos, Golpes bajos —una novela sobre el boxeo, su gran pasión— y Gente que se fue —una novela corta y una colección de relatos—, Gistau se desplazó por el panorama literario español.

La editorial Debate recupera, de la mano de David Lema, periodista de El Mundo que ha llevado a cabo la recopilación, algunos de los mejores escritos que Gistau dejó a la posteridad. Tras el prólogo de Manuel Jabois, el texto Del Martini al Meconio, relata los miedos del padre primerizo ante el desafío de criar a un hijo. En ese artículo, las últimas líneas arrojan cierto autoprofetismo: «Por primera vez en mi vida, temo morir. Me siento obligado a permanecer aquí al menos 25 años más, los que él pueda necesitarme, y en eso no quiero fallarle. Mi hijo no ha de ser lo que yo fui: un adolescente enfadado con el mundo porque se le murió el padre demasiado pronto. Voy a dejar de fumar».

 

 

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