Ana Botella protagonizó, el 9 de octubre, en la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) un breve coloquio sobre la actualidad política. La Sociedad de alumnos de Estudios Políticos (SEP) organiza estas ponencias quincenales a las que asisten invitados relacionados con la actividad pública. El proyecto surge de la inquietud de ofrecer un espacio de formación política a los alumnos, concretamente, de “una política con enfoque humano”.
El rector de la universidad, Daniel Sada Castaño, presentó la ponencia y afirmó que esa actividad era “un ejemplo de que la universidad se vive fuera y dentro del aula”. Sada habló de la Fundación Integra, presidida por Ana Botella, y destacó de ella que, al fundarla, “lo puso todo en juego para la mejora de la sociedad”. Esta iniciativa trata con empresas para incentivar la contratación de personas con antecedentes penales o de exclusión social, con el fin de conseguir su inserción.
Ana Botella tomó la palabra y destacó como algo “fantástico” que “haya un montón de gente joven interesada en la cosa pública”, en referencia a los que allí se encontraban. Además, trató la crisis demográfica y afirmó que, en un momento en el que “la población universitaria es menor”, la Universidad Francisco de Vitoria hace algo “increíble”, que es “crecer”. Este mérito lo atribuyó al rector, del que ha dicho “tiene mucho mérito”.
“Madrid debe ser una capital iberoamericana”, aseguró Botella.
El principal objetivo de la exalcaldesa, según afirmó, era “reivindicar” la función pública, porque “en ningún otro puesto cabe una mayor capacidad de transformación de la sociedad”. Asimismo, confesó entender la que denominó como “crisis de liderazgo actual” y apuntó como principal “problema” la visión “a corto plazo” de la política de hoy. La solución propuesta por Botella es la de hacer una política “guiada por el sentido del bien y el mal” y que se base en “principios éticos”.
En la ronda de preguntas, cuando fue cuestionada por el grupo terrorista ETA, respondió, sin duda, que, aunque se haya acabado con ETA, la banda “sigue indudablemente en las instituciones”. Botella añadió que “las historias a veces deben acabar con vencedores y vencidos”, para hacer referencia a la necesidad de zanjar esta historia, pero “sin reescribirla”. También comentó su vivencia del 11-M como mujer del entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, y y la calificó como “desolación total”. Además, recordó que lo esencial lo esencial de ese día fue que “en Madrid se oía el silencio”.
En el momento de hablar de la ciudad de la que fue alcaldesa, dijo que “Madrid debe ser una capital iberoamericana” y, además, “es una ciudad europea”. Por ello, destacó que, en su opinión, es necesario “tener unos objetivos ambiciosos”, porque “Madrid puede ser un hub educativo”.