Cada vez es más frecuente ver a jóvenes que expulsan un humo blanco por la boca mientras usan el vaper, un dispositivo electrónico que libera una sustancia inhalable a través de una boquilla.
Es una tendencia que se ha popularizado en adolescentes, estudiantes y adultos jóvenes, principalmente en ambientes de ocio.. En este contexto, firmas como Mordor Intelligence pronostican que el mercado se encontrará con un crecimiento anual de 5.4% durante el período 2020 – 2025. Del mismo modo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que hasta 2027 haya un aumento del consumo en torno al 6%.
Tanto las sustancias del líquido de vapeo como las que se añaden afectan el aparato respiratorio, incluso pueden ser mortales. Por esta razón, la OMS propició la necesidad de prohibir todos los sistemas electrónicos de administración de nicotina.
Consecuencias de vapear
Actualmente, no existe una preocupación generalizada sobre las consecuencias que provoca vapear, quizá porque estas no afectan de forma inmediata a la salud.
En América Latina, la Organización Panamericana de la Salud ha advertido sobre los efectos perjudiciales que tiene para la salud.
Doctores y especialistas aseguran que vapear es tan dañino como fumar cigarrillos y que provoca adicción. La nicotina es el componente principal de estos dispositivos, y ello explica el grado de dependencia. Esa adicción mantiene el riesgo asociado al cáncer, a las enfermedades cardiovasculares, y a las enfermedades respiratorias como bronquitis crónica, neumonía, entre otras..
No es un remedio contra el tabaco
Hay estudios estadísticos que muestran que las probabilidades de que un adolescente pruebe los cigarrillos aumentan después de haber vapeado.
El estudio Patrones y motivos de uso del cigarrillo electrónico, elaborado por Sigmas Dos, señala que existe la creencia de que vapear es una forma de olvidarse del tabaco. Sin embargo, el 65% de las personas que vapean también fuman cigarrillos. En este sentido, 9 de cada 10 vapeadores fuman.
Vapear puede ser un remedio para reducir el consumo de cigarrillos, pero no es más saludable. Un estudio presentado en las Sesiones Científicas 2022 de American Heart Association asegura que vapear expone al usuario a compuestos orgánicos volátiles (COV) que pueden afectar de forma negativa a la salud cardiovascular y de manera similar a la que ocurren cuando se fuman los cigarrillos tradicionales.
Según un estudio publicado por El País, en la población española hay un 68% que vapea para dejar de fumar; un 10,5%, por probar y curiosidad; el 9% es una forma de fumar menos; un 2,3% por utilizarlo en espacios cerrados; para el 1,8% es más limpio y no huele; y es más económico para un 0,8%.