La tradición católica europea conmemora, cada 19 de marzo, el Día de San José, padre de Jesús y, por ende, el día de todos los padres. La figura paterna es fundamental para el desarrollo de una persona desde que nace hasta que llega a la vida adulta, y este día trata de recordar esa responsabilidad, además de dar gratitud por ella.
San José, el llamado humilde carpintero de Nazaret, es uno de los personajes más significativos y venerados en la vida cristiana. Su presencia en los evangelios es discreta, sin embargo, su papel como protector de la Virgen María y del niño Jesús es esencial para comprender el amor y la responsabilidad de la paternidad. Es un modelo que tiene virtudes a seguir, como la humildad, la obediencia y el sacrificio.
«San José es un gran protector y maravilloso modelo para todos nosotros», destaca un sacerdote
Roles principales de la figura paternal
Según María Teresa López García, especialista en psicología, la figura paterna tiene varios cometidos y misiones que ayudan al crecimiento de un niño en plena formación. La principal función es proporcionar amor y orientación a los hijos para guiarles en su crecimiento físico y emocional, estableciendo una serie de normas y valores. Un padre es un referente masculino de autoridad, lo cual se necesita para que la infancia de un niño se desarrolle en su totalidad.
Asimismo, el apoyo emocional a la madre en su maternidad es significativo para la unión familiar. La madre tiene una relación simbiótica con el bebé, sobre todo el primer año de vida, y es ahí donde el padre debe estar muy presente. Hay hombres que se pueden llegar a sentir apartados por la conexión inicial que existe entre la madre y el hijo. Sin embargo, su labor de acompañamiento es fundamental para la estructuración de la familia. En relación con esto, otro rol crucial de la autoridad paterna es ayudar a un hijo a realizar un proceso de individuación con la figura de la madre. «Un padre debe respaldar a su hijo en el camino de la individualidad», explica la psicóloga, y contribuye a su independencia para poder formarse como ser humano individual y convertirse en un futuro adulto.
«El apego seguro es aquella relación afectiva en la que el niño o la niña siente seguridad, siente amor incondicional y sabe que puede contar con la otra persona», dice otra psicóloga. Ambas coinciden en que el apego es una función clave en la imagen de un padre. Este vínculo profundo de conexión se refiere a ciertos momentos sensibles y llenos de emociones, por ejemplo, cuando un niño siente alegría y el padre es capaz de compartir ese estado de bienestar con él. Además, existen otras situaciones, como la sensación del miedo en relación con la protección que un padre puede proporcionar, es decir, darle seguridad para que el hijo se tranquilice y aprenda a hacerlo por sí mismo.
«Un padre debe respaldar a su hijo en el camino de la individualidad», afirma una psicóloga
La ausencia del padre
La segunda psicóloga habla de la dificultad de un niño ante la carencia de una figura paterna. Considera que es importante hablar de la paternidad responsable que ejerce una influencia clave en los hijos, y la inexistencia implica unas consecuencias importantes para ellos. El síndrome del niño sin padre no supone tanto una sensación de abandono, sino de poca valía, falta de autoestima, no merecimiento y ser diferente frente a la comparación con otros niños y familias. Sin embargo, es importante matizar la importancia de las causas de la falta de esta figura, no es lo mismo una causa de fallecimiento que una de abandono o renuncia. Por ello, la terapeuta explica que se debe trabajar en la elaboración y el conocimiento de la verdad adaptada a la edad de cada niño para conocer los motivos.
Se debe subrayar la posibilidad de ausencia del padre responsable, pero no física. Esto se refiere a una escasez de figura paterna activa en un hogar familiar, ya sea con adolescentes o niños en plena infancia. El padre influye siempre en la vida de un hijo, ya sea por ausencia o presencia, como por ejemplo en la elección profesional. Un padre al que se admira y que tiene una relación saludable con su trabajo, conlleva un aumento de la posibilidad de impacto sobre la elección profesional del hijo y, por lo contrario, la carencia de esa figura sana puede llevar a un rechazo. No obstante, la profesional en psicología destaca que es más saludable para un niño en desarrollo evolutivo la desaparición de un padre que no es bueno y que genera violencia, desprecio y baja autoestima, a un padre con estas características, por lo que, una razón principal a conocer dependerá de cómo sea el padre.
El modelo a seguir de san José
El padre Justo, L.C. destaca la fidelidad y humildad de san José al cuidar a su familia y ponerla por encima de todo, hasta en los peores momentos. «San José es un gran protector y maravilloso modelo para todos nosotros», cuenta el padre Justo. Este santo humilde y sincero nunca buscó reconocimiento alguno, y aun así siguió haciendo su labor para con su esposa y su hijo. San José no tuvo una vida fácil, tuvo complicaciones, sin embargo, siempre fue un ejemplo de confianza total en Dios, por ello el padre Justo lo reconoce como un gran símbolo de devoción y oración.
Además, san José es el patrón de los trabajadores porque él fue un modelo diligente y laborioso que ayudó a sustentar su familia con esfuerzo y fidelidad. Es un ejemplo de dedicación y esfuerzo constante. A través de su trabajo diario, san José mostró que la verdadera grandeza de un hombre trabajador se sustenta en cumplir las tareas con honestidad y amor, sin buscar reconocimiento ni éxito. Por ello, su vida recuerda la importancia del trabajo honesto y el compromiso con lo que uno ama.