La digitalización continúa llegando a las carteras. Cada vez son más las tarjetas y objetos que se pueden llevar digitalmente en el móvil y que, poco a poco, van desapareciendo del monedero. Ahora, es el turno de la tarjeta de transporte de la Comunidad de Madrid, que va a ser sustituida por la Tarjeta Transporte Digital, una nueva aplicación cuya funcionalidad consiste en que los usuarios puedan llevar su abono en sus dispositivos.
La nueva tarjeta virtual, anunciada por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ya se puede utilizar desde el martes 19 de noviembre. De momento, la nueva modalidad solo está disponible para los billetes de 10 viajes, los títulos turísticos y el suplemento del aeropuerto. La actualización que incluirá la digitalización del abono mensual llegará en 2025.
Las ventajas de la digitalización
El sistema podrá ser empleado por cualquier persona con un dispositivo compatible con la tecnología NFC, presente ya en la mayoría de los smartphone. Los viajeros podrán cargar sus billetes directamente en él y accederán a las estaciones y autobuses acercando su teléfono a los lectores de tarjetas instalados.
Además, supone el inicio de una transformación en el transporte público madrileño. La Tarjeta Transporte Virtual es una de las herramientas para modernizar y simplificar el acceso de los usuarios al metro, cercanías y autobús en Madrid. La medida ya ha sido probada por casi 20.000 personas, y en más de medio millón de viajes, con éxito en una experiencia piloto, y se perfila como un modelo que transformará el uso del transporte público tal y como se concibe hoy en día.
Según la propia Comunidad de Madrid, el proceso de digitalización tiene como objetivo hacer el transporte público más accesible, rápido y eficiente aprovechando los recursos tecnológicos más recientes. Asimismo, la desaparición de la tarjeta física conllevará una disminución de la cantidad de plástico empleado en su fabricación.
Los retos del nuevo sistema
A pesar de las ventajas que pueda ofrecer, la progresiva digitalización de la tarjeta de transporte también plantea algunos desafíos. El primer reto surge con las personas mayores o aquellos usuarios que no cuenten con teléfonos compatibles con la tecnología NFC. La transición digital del transporte público es progresiva, igual que continua, y las tarjetas físicas seguirán acompañando a los viajeros todavía durante cierto tiempo, pero estas personas corren el riesgo de sufrir la exclusión digital.
Otro reto que afronta la Comunidad de Madrid es enfrentarse al soporte de estas nuevas medidas. La digitalización requiere de una infraestructura para garantizar la seguridad y el funcionamiento del sistema, algo costoso tanto en tiempo como en dinero, y una apuesta que no todos los gobiernos están dispuestos a asumir todavía.
La transición digital en los viajeros
Los viajeros son los principales afectados de la digitalización de la tarjeta de transporte. En general, la recepción del nuevo sistema ha sido muy positiva entre los usuarios: «Esta medida me parece una idea genial, va a simplificar nuestro día a día haciendo que solo nos tengamos que preocupar de llevar el móvil con nosotros», aseguró una usuaria a Mirada 21.
«Me parece una idea genial que va a simplificar nuestro día a día», afirma una usuaria.
«Me parece una medida útil, todo el mundo tiene hoy en día el móvil encima. Además, tener la tarjeta física encima es un riesgo porque la puedes perder con facilidad», opina otra usuaria. Una de las ventajas de la digitalización se encuentra en la desaparición del riesgo de perder la tarjeta: «De alguna forma u otra, siempre la termino perdiendo. En un año la he perdido más de cuatro veces, y he tenido que pagar más de 40 euros en la renovación de la tarjeta», asegura otra viajera.
«Siempre pierdo la tarjeta física. En un año he pagado más de 40 euros en su renovación», asegura una viajera.
Asimismo, desaparecerá una de las tendencias más extendidas entre los jóvenes: llevar la tarjeta en la funda del móvil. «Siempre llevo la tarjeta en la funda del móvil porque siento que es lo más cómodo y práctico y está al alcance de mi mano. Además, el teléfono es algo que jamás olvidamos», reconoce una joven usuaria. Este es un gesto llevado a cabo por simple confort que, a partir de ahora, será sustituido por otro todavía más cómodo.