La polarización política afecta a España

- ACTUALIDAD - 16 de febrero de 2024
Santiago Abascal, Yolanda Díaz y Pedro Sánchez, en el debate a tres de RTVE en julio de 2023
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España se ha ido dividiendo políticamente desde 2009. En el plano político, se deben tener en cuenta numerosos aspectos ideológicos -creencias religiosas, pensamientos respecto a la economía, opiniones en cuanto a los impuestos…-, tiene múltiples variables, y todas sumadas acaban generando un distanciamiento cada día mayor entre ambos extremos del espectro político. Lo que siempre ha hecho que ambos extremos lleguen a un consenso son los puentes de comunicación entre sí, que se logran, en parte, porque los políticos -o la sociedad como reflejo de estos- tienen un objetivo en común sea cual sea la ideología que defienden. En el caso de Estados Unidos es el patriotismo, en España era la Constitución, apunta Luis Miguel Miller, autor de Polarizados: la política que nos divide.

Los politólogos suelen marcar normalmente la crisis de 2008 como punto de inflexión, pero no se puede estimar un inicio exacto de la polarización. Javier Redondo, politólogo, profesor de la Universidad Francisco de Vitoria y columnista de El Mundo, añade que “la polarización empieza, efectivamente, durante la crisis, pero la crisis es un pretexto para que emerja el agente divisivo”. Respecto a esto, Miller apunta que “al final nunca vas a encontrar culpables o el día en el que se produjo tal cosa, pero sí que vas viendo tendencias de fondo y partidos políticos intentando apropiarse de esas tendencias de fondo”.  

“Al final nunca vas a encontrar culpables o el día en el que se produjo tal cosa, pero sí que vas viendo tendencias de fondo y partidos políticos intentando apropiarse de esas tendencias de fondo”, asegura Luis Miller

A pesar de no poder dar fecha de un comienzo, Mikel Barreda Díez, doctor en Ciencia Política y Sociología por la Universidad de Deusto, publicó un artículo con la Universidad Oberta de Catalunya en el que asegura que “el aumento más importante tuvo lugar en 2011, lo que se puede explicar, sobre todo, por la incidencia de la crisis económica y la publicación de la sentencia del Tribunal Constitucional respecto al Estatuto de Cataluña de 2006”.

Polarización como herramienta electoral

El feminismo, la lucha de clases, los impuestos, el tamaño del Estado… son temas que se han ido tratando por ambos lados del espectro político, y siempre que un lado ha elegido defender una causa, ser su abanderado, el lado contrario ha optado por defender la opción contraria. Aquí entran los tres factores clave en la polarización que destaca Miller: “Diversidad, desigualdad y fragmentación”. Cuando se dan estos tres factores, sucede la polarización. 

Respecto al origen de la polarización, hay dos tipos, de arriba hacia abajo, y de abajo hacia arriba. La primera se da cuando los políticos se fragmentan, y la sociedad se contagia de dicho enfrentamiento, la segunda viene a ser lo inverso. En España, se ha estudiado la polarización que parte de los políticos, pero esta se retroalimenta junto con las reivindicaciones de la sociedad, es decir, una parte de la sociedad se queja de algo, un grupo o bloque político se abandera de esas reivindicaciones, y el ala opuesta de la política actúa de contrapeso. “La política es reflejo de la sociedad, pero también la sociedad es reflejo de la política”, comenta Redondo.

Las restricciones y las libertades respecto a la covid-19 en Madrid son un ejemplo del abanderamiento de ideas. Miller explica la actitud laxa de Isabel Díaz Ayuso respecto a las restricciones de la covid-19 de la siguiente manera: “La comunidad de Madrid era pro-restricciones al principio con Barajas y con todo esto, hasta que encontró que lo que le rentaba mucho más era ir en contra de las restricciones. Entonces, este son el tipo de movimientos estratégicos, tácticos, que no son ideológicos.” 

Lo que explica Miller en el ejemplo anterior, también tiene que ver con el estilo que, dice Miller, tienen los políticos a la hora de plantear su agenda política. Los políticos se enfocan en aquellos temas que más unen a su bloque y más dividen al bloque opuesto. La amnistía es un ejemplo de esto, todo el bloque PP-Vox está en contra de la amnistía, mientras que el bloque -la sociedad que apoya al bloque-  PSOE-Sumar está dividido al respecto. 

El votante de centro como solución

El centro es la clave para evitar o frenar la polarización. En este pensamiento, hay dos vertientes. La primera es la de Luis Miller, quien subraya las palabras de Felipe González, en las que PP y PSOE deberían tener una política centrada. La segunda es la de Edmundo Bal, exmilitante de Ciudadanos, quien opta por una formación política de centro, encargada de que los partidos no pacten con posiciones extremas.

La política centrada se refiere a cuando uno de los partidos políticos sea capaz de agrupar el voto de grandes mayorías sociales, argumenta Luis Miller, quien también usa de ejemplo a Barack Obama, quien, en una sociedad ya polarizada conseguía aunar en su discurso, un discurso que apelaba la izquierda de lucha contra la desigualdad, economía racial y un discurso identitario nacionalista, o sea, patriótico que apelaba la derecha. De esta manera, dice Luis Miller, se conseguiría recoger el 40-45% del voto en un partido, y así no tener que hacer grandes coaliciones que dependen de satisfacer a minorías.

La línea ideológica propia del centro es la unión entre los moderados y la expulsión de los extremos de la gobernabilidad”, afirma Edmundo Bal respecto a la responsabilidad que tiene el centro político. Asimismo, Bal asegura que “ojalá no fuera necesario que existiera una opción así porque el PP y el PSOE se pudieran poner de acuerdo o incluso llegaran a gobiernos de concentración nacional, como en Alemania, que representaran a la inmensa mayoría de españoles, y no como ahora, que el país está en manos de minorías que lo que quieren es hacerle daño al país”.

Consecuencias y posibles finales

Hasta el momento, la polarización ha causado crispación y cierta lentitud legislativa. “La necesidad de tener que prorrogar los Presupuestos Generales del Estado en varias ocasiones, ante la ausencia de una mayoría legislativa que los sustente”, desarrolla el doctor Barreda Díez en el blog de la UOC. Javier Redondo relaciona la lentitud legislativa con que  “las leyes se hacen por mera supervivencia política de esa élite que llegó al poder a lomos de la división”.

Hay dudas respecto a qué puede ocurrir en España tras esta etapa. Javier  Redondo asegura estar “convencido de que después de Sánchez se abrirá un periodo de entendimiento entre fuerzas políticas y un reencuentro entre los españoles”. Luis Miller no cree que se vea amenazada la democracia a corto plazo, pero piensa que se está «creando las condiciones para que en medio y largo plazo la democracia se debilite mucho”.

El ambiente crispado ha llevado a la comparación con la Guerra Civil, tan recordada por los políticos. “La diferencia entre entonces (la España de 1936) y ahora es que en vez de abandonar un partido para irse al extremo lo que han hecho es coger al partido y alejarlos más entre los dos y ahora lo que hay es un deseo de mantener u obtener el poder. En el año 36 había principios ideológicos y había ideología extrema radicalizada”, explica Javier Cervera, doctor en Historia y profesor de la Universidad Francisco de Vitoria,  al comparar dicho acontecimiento histórico con la situación actual. 

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