«He tenido el puesto más complejo y bonito: jefe de seguridad del Real Madrid»

- PERSONA - 7 de febrero de 2024
Julio Cendal, camiseta de Benzema.
Julio Cendal abandona el Real Madrid tras 24 años como jefe de seguridad.
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Julio Cendal ha sido durante más de 24 años el responsable de garantizar la seguridad del Real Madrid C.F. Salmantino de nacimiento, de pequeño quería ser policía secreta. займ на карту. Sin embargo, nada más alcanzar la mayoría de edad, inició los estudios de Magisterio, aunque por poco tiempo. Pronto fue consciente de que estaba llamado a cumplir con su vocación y, tras unas oposiciones, accedió al Cuerpo Nacional de Policía, donde logró ser inspector. 

Fue en 1998 cuando comenzó a formar parte del Real Madrid, y, desde entonces, ha estado presente en la consecución de siete Copas de Europa. Aunque en 2022 decidió jubilarse, continuó ejerciendo como asesor de la entidad madridista. 

Julio Cendal acompaña a Zidane.

Julio Cendal junto a Zinedine Zidane el día de su presentación.

A lo largo de su trayectoria, Cendal ha coincidido con las figuras más icónicas de la historia de este deporte. Desde la época de los llamados “galácticos” hasta jugadores como Cristiano Ronaldo y Karim Benzema. No obstante, en el transcurso de esta gloriosa etapa también ha tenido que lidiar con escenarios de mucha tensión. Momentos como la amenaza de bomba en el Santiago Bernabéu o la expulsión de Ultras Sur del estadio han sido episodios complicados de digerir para Cendal. Su colaboración con las fuerzas policiales y con los conjuntos rivales ha sido clave para organizar los dispositivos más eficaces en el Real Madrid. 

En España, entre Policía Nacional y Guardia Civil, hay 145.000 funcionarios cuya misión es brindar protección a la sociedad. Cendal afirma haber ocupado el puesto más “interesante, complejo y bonito”, lo que para él ha sido un “gran privilegio”. Además, cuenta con la distinción de haber sido, en el ámbito deportivo, el primer jefe de seguridad del país. 

Fueron una serie de circunstancias las que motivaron al Real Madrid y al resto de equipos a incrementar la vigilancia en los campos de fútbol. Uno de los detonantes de esta nueva situación tuvo lugar en 1985: la Tragedia de Heysel. Juventus y Liverpool disputaban la final de la Copa de Europa en Bruselas cuando un enfrentamiento entre las aficiones rivales provocó una avalancha que ocasionó 39 fallecidos. “Fue catastrófico, bestial, lo estabas viendo y parecía una película de terror”, relata Cendal. 

«Fue catastrófico, bestial, lo estabas viendo y parecía una película de terror», señala Cendal. 

El acontecimiento decisivo se produjo en 1998, la caída de las porterías en el Santiago Bernabéu durante un Real Madrid-Borussia Dortmund. En aquellos tiempos, los ultras, antes del encuentro, se subían a la valla del Fondo Sur, encendían bengalas y portaban pancartas de grandes dimensiones. “Aquel día treparon más personas de la cuenta, la portería estaba atada a la verja y, con el exceso de peso, se desplomó”, explica Cendal. Aunque el partido estuvo suspendido durante un tiempo, finalmente, remediaron el problema y pudo iniciarse con normalidad. Cendal afirma que “fue en ese instante cuando se dieron cuenta de los millones que eso supone, se podía haber perdido todo por no tener una buena organización”. Este fue el origen del departamento de seguridad en el Real Madrid. 

Caída porterías

Caída de la portería antes del partido de Champions.

Con el paso de las temporadas y con las nuevas leyes que han entrado en vigor, cada vez se garantiza un control más riguroso y exhaustivo en los eventos deportivos. Cuando Cendal asumió la responsabilidad de desempeñar este puesto, se hizo cargo de “absolutamente todo”. “Tenía que organizar todos los dispositivos del estadio, viajes a nivel nacional e internacional y las reuniones con la Policía”, señala. Actualmente, la diferencia es notable, ya que son 10 los empleados en este ámbito. También, matiza que en el Real Madrid gozan de “una ventaja económica y organizativa considerable”, algo que en otros lugares no es tan destacable. 

Proporcionar una vigilancia eficaz sobre las 80.000 personas que acceden al recinto requiere de una preparación previa muy meditada. Una semana antes del partido, se llevan a cabo, primero, reuniones internas y, tras estas, encuentros oficiales con Policía Nacional, Policía Municipal, Samur y Cruz Roja. “Inicialmente, estás en el estadio planificándote tú para luego presentar ante el delegado gubernativo el dispositivo considerado y todo lo necesario para ejecutarlo”. Además, Cendal recalca que “el presidente y resto de directivos te facilitan todo lo que desees”, y añade que “el Madrid es un club modelo en seguridad”. 

«El presidente y resto de directivos te facilitan todo lo que desees, el Madrid es un club modelo en seguridad», relata Cendal.  

Amenaza de bomba en el Bernabéu

Una de las noches más recordadas y de gran temor fue el aviso de bomba en el Santiago Bernabéu. El 12 de diciembre de 2004, se disputaba un Real Madrid-Real Sociedad, cuando en el minuto 88, el árbitro mandó a los jugadores al túnel de vestuarios. La banda terrorista ETA amenazó con detonar un artefacto en menos de media hora. Aquella semana, la capital de España ya había sufrido explosiones en siete gasolineras de las autovías que salen de la ciudad. 

Cendal explica que, en aquellos tiempos, alarmas como esa eran muy frecuentes, por lo que había que “certificar que se trata de algo verídico”. Aquel día, “se cumplían una serie de códigos, unos teléfonos donde los terroristas llamaron y dieron una serie de claves para demostrar que era auténtica”. En ese instante, por megafonía, se anunció el inicio del desalojo, y, en menos de ocho minutos, el campo estaba completamente vacío. “Los del palco no cogieron ni los abrigos. En el momento que debía estallar solo quedamos Florentino y yo ”, recuerda Julio Cendal. Los ultras, al tener conocimiento de que aquel revuelo fue ocasionado por ETA, se pusieron nerviosos. Cendal sostiene que “si alguno de estos hubiese llegado a tirar un petardo, habría sido una masacre”.

Cendal consideró que la bomba estaba escondida en los alrededores del estadio, sin embargo, nunca se llegó a encontrar. Esta evacuación marcó un precedente en Europa y en el mundo. Hasta aquel entonces, nunca antes se había producido un desalojo de estas características sin lamentar víctimas mortales.

«Si algún ultra hubiese llegado a tirar un petardo, habría sido una masacre», confiesa Cendal. 


En los 24 años que Julio Cendal ha sido parte de la institución, en el Santiago Bernabéu se han jugado partidos del más alto nivel, muchos de ellos ya pertenecen a la historia de este deporte. Las horas previas a un encuentro, las calles aledañas del estadio se tiñen de blanco y los aficionados madridistas reciben eufóricamente al conjunto local. Lo que inicialmente parece un ambiente festivo, algunas veces, a causa de la confrontación entre radicales, se convierte en conflictivo. “Tienes que estar en contacto con el equipo que va a venir y saber los grupos que tienen”, destaca Cendal. El Real Madrid, con el fin de ejercer un control más preciso, impone saber quiénes viajan y solo concede entradas nominativas, de modo que “ningún indeseado se te va a colar”. 

Cendal relata haber presenciado momentos de gran inseguridad a causa de hinchas polacos, que son “lo peor de lo peor”. “Hubo un partido en el que yo vi cómo esta gente tiraba a los policías de los caballos, además, en su campo tenían prohibida la entrada. Nadie entendió por qué les dejaron venir a Madrid”, narra el expolicía. Asimismo, afirma que gran parte de la culpa fue de la UEFA, pues “siempre van a lo suyo”. Por el contrario, la visita del F.C. Barcelona, incluso sin desplazamiento de seguidores culés, se considera una situación de alto riesgo, algo que Cendal no comprende, ya que “sin afición contraria no puede haber violencia”. 

Expulsión de los ultras en el estadio

Entre los que apoyan al Real Madrid, también existe un sector altamente radicalizado: el grupo Ultras Sur. Fundado en 1980, estos fanáticos se caracterizan por expresar su extremismo ideológico asociado a la ultraderecha. Han estado involucrados en numerosas reyertas y han protagonizado altercados violentos contra facciones rivales. En el año 2014, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, decidió expulsarlos del Santiago Bernabéu.

Ultras Sur

Ultras Sur durante un partido del Real Madrid.

Ante esta decisión, Julio Cendal adquirió un papel “total” y fue el responsable de dirigir todas las reuniones. “Hubo que dialogar mucho y ponerse un poco en su papel, el que quiso reengancharse y corregirse lo hizo, y el que no, sigue dando bandazos por ahí”, manifiesta Cendal. Aunque es una circunstancia comprometida, es “posible acabar con ellos”, por lo que cada equipo tiene “los ultras que quiere”. En la actualidad, existen clubes que todavía permiten el acceso de este tipo de personas a sus instalaciones deportivas e incluso les conceden un alto nivel de influencia en la gestión de la institución. La Società Sportiva Lazio, Paris Saint Germain o el Atlético de Madrid son algunos ejemplos de ello. Tras esta permisividad “se esconden muchos intereses, pero el Madrid es el equipo más legal, más honrado”, añade Cendal. 

El exjefe de seguridad del Real Madrid asegura haber confiado siempre en el individuo, pues “un ultra no tiene ni rabo ni cuernos”. Sin embargo, advierte de que la masa de gente unida es peligrosa y ante esta sí que tiene “miedo”. 

«Es posible acabar con los ultras, cada equipo tiene los que quiere», afirma Cendal. 

Julio Cendal y José Mourinho

Julio Cendal junto a José Mourinho antes de un partido.

Cuando los blancos jugaban fuera de casa, Cendal era el encargado de garantizar la protección del equipo durante toda la estancia. Con días de anterioridad, viajaba al lugar en cuestión para preparar el dispositivo conveniente y asegurarse de que las condiciones eran óptimas. A lo largo de su trayectoria, ha vivido de cerca la histórica rivalidad entre Madrid y Barça durante la época de Guardiola y Mourinho en los banquillos. “Fue algo muy fuerte, difícil. El míster tenía una idea muy clara, y además fue quien, deportivamente, paró los triunfos blaugranas”, explica Cendal. Asimismo, recuerda también la complejidad de visitar Girona en 2017, días después del referéndum ilegal de independencia de Cataluña. 

Luis Figo, de nuevo en el Camp Nou

Otro momento icónico fue el regreso de Luis Figo al Camp Nou, con la camiseta del Real Madrid, el 21 de octubre del año 2000. Esa misma temporada, los merengues habían fichado al que hasta entonces era una de las estrellas del F.C. Barcelona. El recibimiento a Figo en su anterior estadio fue “horrible, se calentó mucho el ambiente”, señala Cendal. “Yo nunca he oído los decibelios que había allí, fue triste porque, como ya se vio, tiraron hasta una cabeza de cochinillo”, y cuando se consiente algo así “es porque alguien interno ha colaborado”, aclara. Cendal añade que el “trauma” de aquel episodio fue que “ni les cerraron el campo”. 

A pesar de ocasiones como estas, Julio Cendal admite que en Barcelona, “de puertas para adentro siempre recibieron una protección superespecial por parte de los Mossos de Escuadra”. Aunque matiza que a nivel de seguridad, el Camp Nou no es ni mucho menos de los peores lugares, sí que asiente que en Sevilla o Valencia la situación es “mucho más desagradable”. 

«Lo triste del regreso de Figo al Camp Nou es que después ni les cerraron el campo», opina Cendal. 

Figo Camp Nou

Julio Cendal pendiente de Luis Figo en su regreso al Camp Nou.

Una de las tareas de Cendal ha sido vigilar muy de cerca a las leyendas que han pasado por el Real Madrid y “ayudarles en todo lo que necesiten”. Este cometido le ha conducido a entablar relaciones estrechas con los jugadores, lo que dio pie a experiencias que nunca olvidará. “Recuerdo una gira por China, la cantidad de gente allí presente era inimaginable. A Beckham y a mí nos cerraron, para nosotros solos, un Louis Vuitton de grande como El Corte Inglés de Madrid”, declara Cendal. 

El expolicía reconoce que, a nivel profesional y personal, Cristiano Ronaldo ha sido el futbolista que más le ha sorprendido. “Es una persona genial, eso que piensan que es un prepotente y un chulo, no es cierto”, confiesa. En los momentos complicados, tras perder un partido, Cristiano nada más llegar a la Ciudad Deportiva, “a las dos de la mañana y con frío”, se metía en la piscina de hielo y “se tiraba allí una hora”. “Este hombre vivía para su profesión y su cuerpo, es único y diferente, para mí ha sido el mejor”, relata Cendal. 

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