«La colonización española fue más profunda que la de Roma»

- Ocio-cultura - 26 de enero de 2018
Borja Cardelús, en una entrevista reciente con Mirada 21. Foto: Álvaro Piñana
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Borja Cardelús va explicando su proyecto como quien enseña un regalo ansiado. La Fundación Civilización Hispánica que dirige y que acaba de constituir es el último hijo de este naturalista y escritor de larga experiencia en el servicio público. Secretario de Estado de Medio Ambiente en el primer Gobierno de José María Aznar; director de La España Salvaje, de Televisión Española, junto con el entonces Príncipe Felipe VI; autor de decenas de libros… reconoce que no sabe muy bien de dónde le surge la energía para seguir combatiendo en defensa de aquello en lo que cree, «quizá de una fuerza interior», apunta. La defensa de la civilización hispánica es la gran causa de Cardelús, una tarea a la que consagró su vida años atrás y para lo que acaba de constituir una fundación. Desde esta nueva institución, se propone combatir la leyenda negra antiespañola y mejorar la autoestima de los hispanos que viven a ambos lados del Atlántico.

Borja Cardelús durante su entrevista con Mirada 21. Foto: Álvaro Piñana.

¿Qué diferencia hay entre los términos Sudamérica, Latinoamérica o Hispanoamérica?

Las diferencias son abismales. Sudamérica es incorrecto porque no incluye a México. Latinoamérica es incorrectísimo: es una creación de un ministro de Napoleón III, de cuando Francia quiso ocupar culturalmente el espacio de España, que se había ido del continente americano. Inventaron el nombre de Latinoamérica para socavar la acción española. Es un término que aborrezco. En este sentido, lo más correcto es decir Hispanoamérica o, en todo caso, Iberoamérica (que reconoce la presencia de Portugal en el continente).

«En España, la izquierda utiliza la leyenda negra como arma arrojadiza».

Uno de los objetivos de la Fundación Civilización Hispánica es tratar de desmontar la narrativa creada desde el mundo anglosajón y que se resume en la llamada leyenda negra. ¿Van a llevar a cabo esa tarea desde la crítica al enemigo o poniendo negro sobre blanco todo lo positivo que une a los hispanos de ambos lados del océano?

No se hará desde la crítica porque sería un empeño estéril. Se trata de reconstruir la imagen de España y del mundo hispánico, que fue absolutamente positiva, hasta el punto de crear una civilización, una de las dos grandes culturas del mundo occidental junto a la anglosajona. No se trata de desprestigiar lo ajeno, sino de prestigiar lo propio.

La leyenda negra afirma que España fue genocida, destructora de culturas, que robó el oro y la plata, etc. No hay que pasarse al otro lado y contar una leyenda rosa, sino que hay que contar la verdad. Es decir, que el hecho de que haya indios y mestizos en cantidades ingentes en Iberoamérica y en Estados Unidos demuestra que España no fue tan genocida; La mortandad que hubo se debe en un 99% a las enfermedades y virus europeos y en 1% a acciones militares; y en cuanto a lo de destructora de culturas, ahí están las universidades, los hospitales y las ciudades que se crearon; ¿Se llevó España el oro y la plata? Tampoco es verdad, el Estado solo retenía el 20%, el llamado quinto real, de la plata que obtenía. Lo demás era de criollos que enviaban la plata a Europa para adquirir productos que no se producían en América.

¿Y quiénes son los responsables de la construcción de esta leyenda negra: los hispanistas ingleses que hacen la historia a los españoles o los propios españoles?

Hay una causa de fondo y una causa formal, que es la publicación de un libro de Bartolomé de las Casas –Brevísima relación de la destrucción de las Indias, publicado en 1552-, donde dice que España entró en América como un león ante un rebaño. Pero, a partir de ahí, las naciones rivales, especialmente Inglaterra, toman esa historia y la hacen propia por dos motivos, uno político, que tiene que ver con desplazar a España de América, cuando ya se vislumbra como un continente riquísimo, y por una razón religiosa: España expande el catolicismo y el protestantismo quiere introducir su propia religión.

¿Dónde ha calado con más fuerza esa leyenda negra, en América o en España?

En España hay un 50% de ciudadanos que creen las mentiras de la leyenda negra, pero donde ha calado profundamente es en América, especialmente en México. Allí, el imaginario colectivo sobre España es negativo, porque piensan que fuimos a destruir culturas. Culturas, por cierto, que eran o caníbales o totalitarias, como el imperio Inca. Pero ahí es donde hay que hacer una labor inmensa. Desde la fundación, pretendemos englobarnos todos juntos en el edificio de la hispanidad.

Hay una parte importante de la izquierda americana y española que encabeza la defensa de la leyenda negra. ¿En qué momento se produce la concreción de esa versión adulterada de la historia en una ideología política? 

Es verdad. Esto antes era una cuestión cultural. Hubo unos años incluso en que la leyenda negra se estaba superando y en muchos países de América se hablaba de la madre patria. Ahora, efectivamente, esto se ha convertido en una causa política. El indigenismo populista de las Américas ha tomado la bandera de la leyenda negra, no se sabe con qué objeto, pero los motivos son los mismos: ideológicos y religiosos. Se está produciendo un recrudecimiento de la leyenda negra, que se manifiesta en los ataques a Colón o a San Junípero Serra, cuyas estatuas están siendo atacadas. En España, la izquierda utiliza la leyenda negra como arma arrojadiza.

¿Cree que la Iglesia es, en parte, responsable, por no haber sido capaz de defender que, en origen, la presencia de España era evangelizadora? De hecho, esto aparece incluso en el testamento de Isabel la Católica. 

La Iglesia ha hecho tanta dejación como la misma España. Y no sé por qué, ya que, desde el primer momento, debieron contrarrestarse los ataques feroces que se producían. La Iglesia entregó a España la tarea de evangelizar el continente, hasta el punto de que, cuando se crea el llamado patronato real, que es la delegación de la evangelización en la Corona española, ni un solo nuncio visitó América. Y España lo hizo muy bien: no es fácil convertir a un continente de 17 millones de personas. Pero tanto la Iglesia como España han hecho una gran dejación a la hora de defenderse de las injustísimas acusaciones que se han ido recibiendo.

«Los franceses se inventaron el término Latinoamérica para socavar la acción española».

Al hablar de la cultura occidental, se tiende a recurrir al eje Atenas-Jerusalén-Roma para explicar su origen. ¿Qué aporta América -y por tanto España y la hispanidad- a esa concepción del mundo y del hombre?

España traslada la cultura grecorromana y el cristianismo a América. Simplificándolo, podríamos decir que España romaniza América. Pero España fue más importante, más profunda en su colonización que el Imperio Romano, que, en realidad, supuso más una unión de tipo material que cultural. Lo que hace España es incorporar a América a Occidente mezclando la sangre, algo que no hizo Roma. España traslada a miles de pobladores a América que se mezclan con los nativos y crean una raza nueva, mestiza. Esto es una obra impresionante que no ha hecho nadie en la historia: Crear una nueva raza de 600 millones de personas que comparten una misma cultura, unas mismas costumbres, una misma filosofía de vida, unos mismos valores… esto solo lo ha hecho España. España incorpora una nueva civilización a Occidente y eso es muy difícil. De hecho, solo hay dos civilizaciones en Occidente, la anglosajona y la hispana. De difundir la anglosajona ya se ocupan los estadounidenses y los ingleses, principalmente a través del cine y la televisión; pero, del mundo hispano, hasta ahora no se ha ocupado nadie.

Volviendo al presente. ¿Qué tienen que ver hoy en día un tipo de Albacete con uno de Buenos Aires?

Que comparten el mismo ADN cultural, que no es poco. La autoestima de los hispanos es muy baja. Ahora mismo, se están produciendo ataques a la comunidad hispana de los Estados Unidos, a quien se tacha poco menos que de delincuentes. Cuando los españoles viajan a Iberoamérica se encuentran como en su casa, y al revés ocurre lo mismo. Eso es lo que demuestra que compartimos ese mismo ADN cultural. Esto es lo que queremos demostrar con productos eficaces, no a base de conferencias.

Precisamente, ¿qué iniciativas va a poner en marcha la fundación para lograr estos objetivos?

Esta fundación nace para buscar caladeros de públicos nuevos, para contener a los no convencidos y a los desinformados. Mucha gente que, en cuanto les abres los ojos, se dan cuenta de que han sido engañados. Nuestros proyectos serán audiovisuales en un 80%: cine, televisión, también a través de las redes sociales, con la preparación de exposiciones itinerantes. Ya tenemos productos elaborados, principalmente documentales y largometrajes cinematográficos, y con la idea además de que no sean solo productos españoles. Trabajamos principalmente con el eje España-México-Estados Unidos para, entre todos, reconstruir el edificio de la hispanidad.

Borja Cardelús defiende la trascendencia de la civilización hispánica. Foto: A. P.

¿Cree que si los españoles recuperan la autoestima conociendo lo que fueron ayudará a entender lo que son? Quizá esto ayudaría a entender cosas que están pasando en España a día de hoy y que tienen mucho que ver, precisamente, con la vertebración de España como nación. 

Por descontado, a cada generación hay que contarle la historia de su país. Esto lo saben perfectamente países como Inglaterra o Francia, donde izquierdas y derechas tienen una especie de acuerdo tácito sobre su historia y ahí no hay discusión…

Bueno, o Alemania, donde acaba de acordarse otra gran coalición entre conservadores y socialdemócratas, lo que parece imposible en España…

Claro, porque no hay discusión sobre los aspectos esenciales. Pero aquí no ocurre eso. Se ha trasladado la educación a las autonomías en detrimento de nuestra cultura común. Que haya alumnos que conozcan hasta el más pequeño río de su comunidad, pero no conozcan el Tajo… o no digamos ya el Amazonas o el Orinoco. Esto es pavoroso. Si todas estas personas, educadas en este sistema, hubieran conocido el papel de España en la construcción de la humanidad no se habrían producido ciertas cosas. Por ejemplo, en Cataluña, si los catalanes supieran lo que han contribuido a la construcción histórica de España, no se sentirían tan desvinculados. Por ejemplo, cuando en el siglo XVIII España decide ocupar California, pone al frente de la Santa Expedición a un catalán, Gaspar de Portolá, y al frente de la parte religiosa a un mallorquín, Junipero Serra; y los soldados que integran esa expedición pertenecen a la llamada de compañía de voluntarios de Cataluña. Nuestro objetivo es que todos nos sintamos orgullosos de ese edificio hispánico que hemos construido entre todos.

Por último, ¿Qué vinculación hay entre la fundación Civilización Hispánica y la Universidad Francisco de Vitoria?

Yo cursé el Máster de Humanidades en esta casa. Lo hice por curiosidad intelectual, pero, ahí, con el paso del tiempo, empecé a descubrir la Universidad Francisco de Vitoria (UFV). Me gustó muchísimo su ideario y su vocación americana, muy presente desde su fundación. Me di cuenta de que los fines que yo perseguía con esta fundación discurrían en paralelo con los de la UFV, así que propuse vincularnos de una manera específica. Esa vinculación se ha ido estrechando y ya tenemos proyectos comunes. Concretamente, las dos fases del Proyecto Semilla: por un lado, difundir lo que significa la Civilización Hispánica a los alumnos, con unas pequeñas charlas en las que utilizamos unos paneles audiovisuales que resumen las aportaciones del mundo hispánico; y, por otro lado, ya estamos abordando, con los extraordinarios medios técnicos de la universidad, la preparación de materiales audiovisuales que se dirijan a una sociedad que no lee mucho.