El movimiento #MeToo une a Hollywood contra Harvey Weinstein

- Ocio-cultura - 25 de octubre de 2017
Fotografía del productor a las puertas de las oficias de Weinstein Brothers Company.

Más de un centenar de mujeres figuran ya en la lista de víctimas de Harvey Weinstein. El secreto a voces mejor guardado en la ciudad de las estrellas salió a la luz el pasado 5 de octubre por un artículo del periódico The New York Times. La información se vio reforzada 5 días después por un reportaje de investigación publicado por la revista New Yorker y realizado por Ronan Farrow, hijo de Woddy Allen y Mia Farrow, en un presunto acto de venganza contra quien resucitase hace años la carrera de su padre. Diez meses de investigación y 13 testimonios de mujeres destrozadas han destapado la trama y conseguido que muchas más estrellas hablen de la reputación y hazañas del productor.

La actriz de Embrujadas Alyssa Milano hizo un llamamiento vía Twitter a todas las víctimas, que supuso el resurgir de un movimiento creado hace 10 años por una activista llamada Tarana Burke. Esta campaña contra los abusos sexuales recibe el título de #MeToo o #YoTambién, e insta a todas las personas que hayan sido víctimas de abusos sexuales a compartir su historia.

Famosas de todos los ámbitos artísticos; modelos, cantantes, pero sobre todo actrices se han unido a la lucha. Estrellas de la talla de Cara Delevingne, Lupita Nyong’o, Gwyneth Paltrow, Angelina Jolie o la protagonista de Blade Runner, Sean Young, se pronuncian ahora en contra de Harvey Weinstein y difunden sus historias. Ninguna de las citadas llegó a ser violada, pero todas ellas tuvieron algún encontronazo con Weinstein y admiten no haber podido contarlo antes por miedo a la influencia del productor en Hollywood.

«Sabía lo suficiente para hacer más de lo que hice», afirma Quentin Tarantino

Al margen de las víctimas, también son muchos los cineastas y actores cuyas declaraciones han salido a la luz. El cofundador de Miramax poseía una larga lista de amigos influyentes. Tal era su relevancia artística, que su nombre ha sido uno de los más citados en la historia de los agradecimientos de los Oscar, superado solo por el de Steven Spielberg y Dios. Grandes actores e importantes cineastas como Ben Affleck, Matt Damon, Woody Allen o Quentin Tarantino, fueron algunos de sus incondicionales.

Tarantino, que era además amigo cercano del productor, se pronunció sobre el escándalo la semana pasada en una entrevista del periódico The New York Times, donde hacía un llamamiento a quienes supieran algo a «no tener miedo» de compartir sus «testimonios». Él mismo confesó estar arrepentido, «sabía lo suficiente para hacer más de lo que hice», declaró el director de Reservoir Dogs.

La influencia de Weinstein
El testimonio de Mira Sorvino, ganadora de un Oscar y expareja de Tarantino, es uno de los 13 que recoge el reportaje de Ronan Farrow. Aunque la actriz no fuera víctima directa del productor, ella afirma haber sospechado siempre de él. También cuenta cómo trataba de guardar las distancias, incluso se inventaba excusas para no quedarse a solas con él. Sin embargo, una noche el productor llamó a su casa y amenazó con presentarse allí para discutir con ella la nueva estrategia comercial para su nueva película. Sorvino le notó acelerado, intentó convencerle de quedar a la mañana siguiente, pero no hubo suerte. Asustada, llamó a un amigo para que se hiciera pasar por su novio, en cuanto Weinstein llegó y se enteró de que su nuevo novio estaba de camino, se fue enfadado del apartamento de la actriz. Sorvino declaró a New Yorker que no habló antes por su «deuda de gratitud» con los hermanos Weinstein, les debe su «éxito temprano» y también su Oscar.

La directora y actriz Asia Argento no tuvo tanta suerte como Sorvino. Su testimonio en el reportaje de New Yorker es uno de los que más peso ha tenido y también el que más polémica ha generado. La cineasta habla de su «historia que ha durado 20 años». Weinstein la violó a los 26 años y por «vergüenza» y miedo al poder del «mandamás de Hollywood» no tuvo el valor de denunciarlo, a partir de entonces empezó a tener encuentros sexuales con él.

La prensa italiana critica sus acciones y la acusa de «prostitución», lo que ha obligado a la actriz a trasladarse temporalmente a Berlín. El caso de Argento tiene una peculiaridad especial, y es que en una de las escenas de su película Scarlet Diva relató y más tarde protagonizó el día en que Weinstein la violó, la «única diferencia» entre el personaje de la película, y el real, es según Argento, que «la chica logra huir». La actriz asegura que varias mujeres que se pusieron en contacto con ella, después de ver la película, identificaron el sello de Weinstein en el personaje masculino.

La otra embrujada, Rose McGowan, fue también víctima de Weinstein. En su caso, no solo llegó a violarla, sino que además, la actriz denuncia que como represalia por amenazar con contarlo, la productora Amazon Studios rechazaría entonces una serie escrita por ella que ya habría sido aprobada. La cineasta recibió una retribución de 100.000 dolares por no decir nada. Aun así, ella asegura haber intentado hacerse oír, pero nadie llegó a tenerla en cuenta «falta de pruebas».

Cada vez la lista de Weinstein es más larga, todo Hollywood parece haber quedado revolucionado por el escándalo. El productor ha asegurado estar «arrepentido» y «necesitar ayuda», pero quien fuera en su momento uno de los personajes más admirados por los actores, no solo ha sido despedido, sino también repudiado por la ciudad del cine y todo el séptimo arte.