¿Qué vale más, el arte o la vida?, esta es la pregunta que han querido plantear los activistas que en los últimos 15 días han atentado contra tres de los cuadros más significativos de la historia del arte europea.
Todos estos ataques, aunque están perpetrados por organizaciones activistas diferentes, tienen un denominador en común, la lucha contra el cambio climático y la reivindicación de la defensa del planeta.
El primero de estos ataques se produjo el 9 de octubre en Australia, concretamente en un museo de Melbourne, dos activistas de 49 y 59 años pegaron sus manos a la obra de Picasso Masacre en Corea, en este mismo acto dejaron ver una pancarta que decía: “Caos climático = guerra + hambruna”.
En este acto, cometido por el grupo Extinction Rebellion, el cuadro no sufrió daños. El 14 de octubre, se produjo el segundo altercado en La National Gallery de Londres. En este caso fue contra la obra Los Girasoles, del pintor posimpresionista Van Gogh. La organización Just Stop Oil fue la protagonista de este suceso, cuando dos de sus integrantes arrojaron sopa de tomate al cuadro, protegido por un cristal, por lo que los daños solo fueron externos.
Otro de los ataques se produjo este domingo en el Museo Barberini de Potsdam, cerca de Berlín. En este caso, fueron cuatro los implicados, aunque solo dos lanzaron puré de patatas contra uno de los cuadros.
Mike Schubert, alcalde de Potsdam, en una respuesta a la organización activista afirmó lo siguiente: «Esto es barbarie cultural y no una declaración política. Estáis perjudicando vuestra causa»
Das ist Kulturbarbarei und keine politische Meinungsäußerung. Ihr schadet Eurem Ansinnen.
— Mike Schubert (@Mike_Schubert) October 23, 2022
La obra atacada el pasado domingo forma parte de la serie Les Meules, cuyo autor es Claude Monet uno de los creadores del impresionismo. Los activistas, pertenecientes al grupo Letzte Generation, definen esta obra como un montón de cereales.
Estos tres ataques a la pintura europea son la continuación de unos sucesos que ya se produjeron este año, el 25 de mayo, en el Museo del Louvre de París, cuando el cuadro de La Gioconda recibió el lanzamiento de una tarta por parte de un visitante.