El presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, han avanzado en la sexta ronda de negociaciones entre Ucrania y Rusia. Los dirigentes han estudiado un borrador de 15 puntos que podría poner fin a la invasión rusa. Un acuerdo entre ambos países que pondría fin a la invasión rusa. En el documento, Rusia se retiraría si Ucrania declara su neutralidad, renuncia a entrar en la OTAN y acepta límites en sus fuerzas armadas. Sin embargo, a pesar de las negociaciones diplomáticas, los bombardeos del Éjército ruso se han intensificado.
“Hay una serie de formulaciones de los acuerdos con Ucrania sobre el estatuto de neutralidad y las garantías de seguridad que están a punto de lograrse”, ha expresado el ministro de Exteriores ruso, Sergéi Larvrov, sobre las conversaciones de paz. El borrador del acuerdo implicaría que Kiev renuncie a sus ambiciones de unirse a la OTAN, además de la promesa de no albergar bases militares o armamento extranjero, en particular de Estados Unidos, Reino Unido y Turquía.
“El modelo austríaco o sueco de lo que es un estado desmilitarizado se está discutiendo para Ucrania y puede verse como una opción para un compromiso”, ha señalado este miércoles el portavoz del Kremlin, Dimitry Peskov. Kiev exige que se establezca un modelo propio para Ucrania. Un modelo para Ucrania, que no esté basado en Austria o Suecia. Según el asesor principal del presidente ucraniano, Mykhailo Podolyak, se insiste en que “cualquier acuerdo viable” debe contemplar que Ucrania conserve su propio ejército.
El plan también contempla la retirada del Ejército ruso del territorio ucraniano. Podolyak destaca que la Constitución ucraniana ya cumple algunos de los puntos que demanda Rusia. Por ejemplo, el texto prohíbe las bases militares extranjeras, por lo que no sería un problema “llegar a un punto en común”. “Proponemos un modelo ucraniano de garantías de seguridad, que implica la participación inmediata y legalmente verificada de varios países garantes en el conflicto del lado de Ucrania, si alguien vuelve a invadir su integridad territorial”, ha descrito Podolyak.
Rusia también reclama el reconocimiento de Crimea como parte de Rusia y la independencia de los dos zonas separatistas del Donbás, Donetsk y Lugansk. “Los territorios en disputa están en un caso aparte. Hasta ahora estamos hablando de una retirada garantizada de los territorios que han estado ocupados desde el 24 de febrero”, ha observado el asesor del presidente Zelenski.
La guerra continúa
El optimismo de las mesas de negociación contrasta con el recrudecimiento de los bombardeos. El mismo día en el que se daba a conocer el posible acuerdo, el Ejército ruso ha bombardeado un teatro municipal de Mariúpol en el que había cientos de personas refugiadas. La mayoría de ellas han sobrevivido, según el diputado ucraniano Dymitro Gurin: “El refugio antibombas ha aguantado, parece que la mayoría de ellos han sobrevivido y están bien.”
Un ataque que Rusia niega. La portavoz del ministro de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zajarova, califica de “mentira” las acusaciones de Kiev. “Las fuerzas armadas de Rusia no bombardean pueblos y civiles”, ha concretado en una sesión informativa. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha acusado a Rusia de “crímenes de guerra”, tras este bombardeo.
La posición de la OTAN
La Alianza Atlántica teme que Moscú utilice el proceso diplomático para ganar tiempo y recomponer su ofensiva. “Sobre el terreno no vemos ninguna señal (de paz), y por eso le pedimos a Rusia que participe en estas conversaciones de buena fe”, declaró el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
Al ser preguntado sobre la resistencia ucraniana, Stoltenberg respondió: “Rusia sigue siendo un poder militar formidable y es muy pronto para especular sobre el resultado, lo que necesitamos es que paren la guerra, que Putin saque sus tropas y que se encuentre una solución política”.
Días antes de la invasión, Putin aseguraba que estaba retirando parte de sus efectivos de la frontera ucraniana. Stoltenberg aseguraba que esa supuesta desescalada era mentira y que Moscú seguía enviando tropas.