Los institutos promueven una literatura basada en obras medievales españolas y del Siglo de Oro. El temario de los centros contribuye a que los alumnos abandonen la literatura. Dada la situación, países como Francia han adaptado sus materias con el objetivo de conectar con los adolescentes. Esto se debe a que algunos estudiantes se quejan de la cantidad de libros de época medieval, puesto que son considerados «muy antiguos».
Los datos muestran que la inclinación por la lectura sufre una crisis en los jóvenes de entre 15 y 18 años. Según el promedio de los barómetros publicados por la Federación de Gremios de Editores de España, el porcentaje de aficionados a la lectura cae 24 puntos respecto a la población de 10 a 14 años, y pasa del 77% al 52%. Es el caso de Rubén, alumno de 16 años del instituto público »Serpis», Valencia, quien argumenta que, al ser estos libros obligatorios, se acaba odiando la lectura.
Aquellos que dejan de leer en la etapa adolescente tardan en recuperar el hábito. No obstante, el abandono se atribuye a la dinámica y exigencia académica en la Secundaria. Asimismo, el uso de los móviles adquiere mayor protagonismo en el día a día.
El estudio Jóvenes y lectura 2022, elaborado por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez , basado en el criterio de adolescentes, profesores y bibliotecarios, añade una hipótesis: «La educación que reciben en los institutos no solo no mitiga el proceso, sino que lo acelera por la forma en que se enseña la literatura».
Guadalupe Jover y Rosa Linares, profesoras y coautoras del nuevo currículo de Lengua Castellana y Literatura, opinan que «la selección de los textos con que se pretende enseñar a leer literatura, aquellos prescritos en los currículos, no suelen ser adecuados a la experiencia vital, lectora y cultural de los adolescentes».
En España, el currículo de Secundaria aprobado tras la llamada de Ley Wert se enfoca en las obras más representativas de la literatura española, como el Cantar de mío Cid, el Libro de buen amor, La Celestina, El Quijote y La Dama boba. No obstante, el nuevo currículo español pretende dar mayor libertad a los profesores españoles y acabar con el enfoque «historicista «.
El informe Jóvenes y lectura 2022 señala que los adolescentes temen aislarse con la lectura y alejarse de las relaciones sociales. Pilar García, profesora en el instituto Serpis y en la Universidad de Valencia, defiende que los alumnos carecen de tiempo por dos razones: la carga de trabajo y actividades complementarias.
La Fundación Germán Sánchez Ruipérez señala que problemas como la «complejidad del vocabulario «y las «descripciones prolijas« son dos de las dificultades que encuentran los adolescentes en los libros que les mandan en el instituto.