Un equipo de investigadores, con permiso de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha hallado el cuerpo momificado de un niño con viruela en la Iglesia del Espíritu Santo en Vilna, Lituania. Las condiciones de la cripta han hecho posible la momificación. El infante podría haber fallecido en el siglo XVII.
Estos últimos descubrimientos pueden ser una prueba de que la enfermedad vírica no es tan antigua como la ciencia aclaraba. Los científicos creían que su origen se encontraba en el faraón Ramsés, en el actual Egipto, y que se había extendido por Asia (sobre todo por China e India) desde el año 1145 antes de Cristo. Los investigadores pensaban que las cicatrices faciales del faraón habían sido causadas por la viruela, aunque también podrían ser por varicela o sarampión.
Sin embargo, y tras analizar el ADN de las muestras, la comparación entre los brotes de viruela más modernos y los de las pruebas en momias como la del niño en Lituania sugieren que las cepas solo pueden remontarse a una enfermedad común, que rondaría entre los años 1588 y 1645 después de Cristo.
El niño falleció en una época en la que los historiadores tienen constancia de varios brotes de viruela en Europa. Además, durante el siglo XVII se produjeron migraciones y colonizaciones, que podrían explicar la expansión y difusión de la enfermedad vírica en lugares muy diversos.
El equipo de científicos, liderado por Hendrik Poinar (director del Centro de ADN antiguo de la Universidad McMaster de Hamilton, Canadá), tuvo que pedir permiso a la OMS para poder extraer el ADN de la viruela. La organización se lo otorgó ya que se cumplieron todos los protocolos de seguridad y, además, según Poinar, las muestras estaban fragmentadas y «no suponían ningún peligro» ni habían sido «contagiosas para los trabajadores de la cripta».
La viruela se considera erradicada desde 1980, aunque siguen existiendo virus en laboratorios de alta seguridad rusos y estadounidenses con fines académicos. No obstante, su destrucción estaba fijada para 1999.
La viruela tiene un origen incierto. Todavía se desconoce cuál fue el animal vector de la enfermedad, que la transmitió a los seres humanos, ni cuándo se produjo este hecho.