La aerolínea irlandesa Ryanair comenzó el pasado 1 de noviembre a cobrar un suplemento de entre ocho y diez euros a los pasajeros que quieran volar con maletas sin facturar. Esta nueva política se debe, según la empresa, a la demora de hasta 25 minutos que sufrían sus aviones al tramitar el equipaje de mano, y terminará con la gratuidad de la clásica maleta de las medidas de 55x44x20 centímetros.
Ryanair cobrará ochos euros a sus clientes si incluyen equipaje de mano en la reserva, 40 minutos antes del vuelo, y diez si no lo notifican y lo presentan en el mostrador. Todas estas maletas viajarán en la bodega y se recogerán en la cinta de equipaje después del vuelo. Con la antigua política, cabía la posibilidad de dejar las bultos en la cabina o en la despensa del avión, pero ambas opciones eran gratuitas.
La aerolínea ha informado de que esta medida no afectará a los pasajeros que vuelen con el embarque prioritario. Este servicio cuesta seis euros si se contrata en la reserva del vuelo, y ocho si se hace después.
Lo que sí que será gratuito para ambos embarques serán los bultos que no superen las medidas 40x25x20 centímetros, como mochilas u ordenadores. También, existe la posibilidad de no llevar equipaje de mano para así evitar pagar este nuevo suplemento.
La compañía húngara Wizz Air también se sumó a este cambio de política el pasado 1 de noviembre. Solo los clientes que contraten el servicio Wizz Priority, que cuesta cinco euros, podrán introducir bultos que no pesen más de diez kilos ni superen las medidas 40x30x20 centímetros, de forma gratuita.
Italia se posiciona en contra
Italia es el primer país que ha asegurado que no permitirá el cobro adicional de Ryanair y Wizz Air por el equipaje de mano. En un comunicado, publicado por la autoridad garante de Competencia y Mercado, el poder italiano asegura que se «ha ordenado la suspensión de la nueva política de equipaje por parte de las aerolíneas de bajo coste».
El organismo asegura que esta nueva política es «una representación falsa del precio real del billete» y que se engaña al consumidor porque no se puede realizar una «comparación real con las tarifas de las demás compañías». El escrito concluye asegurando a ambas compañías que han de suspender «todas las acciones dirigidas a solicitar un suplemento a la tarifa estándar» y que deben ofrecer al cliente un espacio gratuito en el avión en el que los pasajeros depositen las maletas.