Los Reyes de España rindieron homenaje este lunes a las víctimas del Holocausto en el campo de concentración de Auschwitz, en Polonia. El Rey, que también visitó Jerusalén, representó a España en la ceremonia que celebraba el 75 aniversario de la liberación del exterminio nazi. Además, los reyes hicieron una ofrenda floral en el Muro de la muerte, donde fueron fusiladas miles de personas.
Felipe VI y Letizia viajaron hasta Polonia en un avión de la Fuerza Aérea Española y aterrizaron en el aeropuerto de Katowice. Luego, junto a la ministra de Asuntos Exteriores española, Arancha González Laya, acudieron al campo de concentración de Auschwitz. González Laya representó al Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación y honró la memoria de las víctimas, al sumarse a la campaña We remember (Nos acordamos).
Sus majestades cruzaron por la puerta del campo de exterminio en la que aparece la inscripción alemana «Arbeit macht frei» (El trabajo os hace libres), por la que entraban todas las víctimas cuando eran instaladas en el campo. Después, los reyes saludaron a los representantes de la organización que junta a los exdeportados republicanos de los campos de exterminio nazi, la Asociación Amical de Mauthausen.
Después, Felipe y Letizia visitaron varios barracones, entre ellos el barracón 7, y se detuvieron a mirar la foto de una víctima española de ese campo, un agricultor de Valencia llamado Joaquín Corteillo. Más tarde, fueron hasta el Muro de la Muerte, un patio donde se llevaban a cabo fusilamientos masivos antes de que los nazis comenzaran a emplear las cámaras de gas y donde miles de personas fallecieron. Ahí, los reyes colocaron una corona de rosas rojas y amarillas con una banda con los colores de la enseña nacional española, en honor a las víctimas.
Tras la ofrenda, en un barracón próximo, los reyes firmaron en el libro de honor del campo de concentración y Felipe VI escribió en inglés: «Las palabras son poderosas en la medida en que las acciones siguen. Actuemos para defender la memoria con la verdad, la solidaridad con la educación y el compromiso con la firmeza. Que la humanidad no vuelva a caer en semejante horror. 75 años después, profundamente conmovidos y honrados de representar a España en Auschwitz-Birkenau».
Más tarde, se trasladaron al campo de concentración Auschwitz 2. Fue el segundo de los tres campos que se hicieron ahí tras el deseo de los nazis de ampliar Auschwitz 1. A su llegada, les recibió el director del Museo Nacional Auschwitz-Birkernau, Piotr M.A. Cywinski.
Felipe y Letizia, junto a otros líderes y autoridades internacionales, participaron en actos varios, y en la ceremonia pudieron escuchar las intervenciones de algunos de los supervivientes, del presidente de la República de Polonia, Andrzej Duda, y el director del Museo Nacional Auschwitz-Birkenau.
Finalmente, los supervivientes y los jefes de Estado que asistieron encendieron velas como ofrenda, ante el monumento de las víctimas.
Más de un millón de víctimas (1940-1945)
El campo de concentración de Auschwitz tiene origen en 1940, cuando solo era usado como prisión para los detenidos polacos. Finalmente, cuando comenzaron las deportaciones en 1942, terminó siendo el mayor centro de exterminio para los judíos europeos.
Las cifras de los fallecidos en Auschwitz varían bastante. Hay estudios que aseguran que el número de asesinados llegó a 1.3 millones, de los que 1.1 millones fueron judíos. Más de 20.000 gitanos y 8.300 prisioneros rusos pasaron por la cámara de gas y se cuentan por centenares de miles los muertos judíos franceses, holandeses, austriacos, alemanes, eslovacos, checos y belgas.
Los españoles documentados que murieron en los campos de exterminio nazi alcanzan la cifra de 5.219, de los 9.321 que fueron reclutados. La gran mayoría, 4.816, perdieron la vida en Mauthausen, 204 en Dachau, 133 muertos en Buchenwald, 14 en Ravensbrück, además de los fallecidos en los campos de Bergen Belsen, Auschwitz, Flossenbürg, Natzweiler, Neuengamme, Sttuthof, Sachsenhausen, Gross-Rosen, Aurigny, Guernesey y Neu Bremm.
A los cadáveres se les arrebataban sus dientes de oro, sortijas y pendientes. En los barracones, aproximadamente dos toneladas de cabello femenino, 80.000 zapatos infantiles y de adultos, 40 kilos de gafas, 12.000 escudillas y ollas, 460 prótesis de varios tamaños y 3.800 maletas, la mitad de ellas están firmadas y con las direcciones de los asesinados.