La Universidad Francisco de Vitoria (UFV) organizó el pasado jueves el primer triatlón indoor solidario, en colaboración con la Fundación Altius. Este, que ha contado con 32 participantes, ha sido organizado por el Departamento de Deportes y el Centro Deportivo UFV.
El triatlón consistía en cuatro tandas de ocho triatletas que debían realizar 300 metros a nado, 10 kilómetros en bicicleta estática (por causa de las condiciones climatológicas) y tres kilómetros en la cinta de correr, donde podían escoger a su gusto la que deseasen.
Este ejercicio, que ha sido cronometrado por los alumnos de prácticas de la UFV, ha sido preparado con un mes y medio de antelación y surgió gracias a cinco alumnos que realizaron la primera edición de prueba. Esta actividad, ha podido llevarse finalmente a cabo con la finalidad esperada, la benéfica y se quiere implantar la temporada de triatlón en primavera.
Antes de entrenar, cada participante debía dejar en su dorsal, su camiseta y sus zapatillas, además de adaptar su sillín, ya que tras finalizar la prueba de nado, tenían que acudir a la bicicleta. Los niveles más altos, las primeras tandas, realizaron el deporte con el mismo maillot. Sin embargo, las últimas tandas se cambiaron de camiseta para poder continuar la prueba.
El centro ha sido enmoquetado para que los participantes pudieran correr sin resbalarse en cada una de las fases del triatlón.
Marcos, un estudiante de la universidad, confirmó que no estaba nervioso en los momentos previos al evento y que se había apuntado para divertirse, entrenar y ser solidario.
Esta actividad había sido ya realizada anteriormente como una prueba piloto, pero una de las organizadoras del evento ha confirmado que «esto es el principio de una larga tradición navideña».
A pesar de que el triatlón sea una actividad que se realiza a partir de abril, ella misma ha confirmado que en la UFV se ha realizado en diciembre para «poder aprovechar todas las instalaciones».
En este, no solo han participado estudiantes, pues entre los deportistas se ha contado con antiguos alumnos, profesores y empleados de la universidad. Además, algunas participantes tuvieron el apoyo de sus compañeros del gimnasio, que fueron a darles ánimos para finalizar el reto.
El ganador no recibe premio, ya que es completamente solidario, por lo que puede colaborar exclusivamente con la fundación.