Las humanidades han centrado la segunda jornada del Congreso Razón Abierta, que se celebra hasta este sábado en la Universidad Francisco de Vitoria (UFV). El coloquio moderado por Javier Rubio Hípola, profesor de Humanidades de la UFV, llevaba por título El sentido del diálogo de las ciencias con las humanidades en el s. XXI y contó con la participación de Stefano Zamagni, de la Universidad de Bolonia, y Michael Schuck, de la Universidad de Loyola en Chicago.
Zamagni, durante su intervención, reconoció que la mentalidad de los alumnos había cambiado. “Al finalizar los cursos, es frecuente que los alumnos expresen interés en el componente espiritual”, comentó. Además, Schuck añadió que hay quien cree que las humanidades son complementarias, opinión que él no comparte. “Yo creo que son la piedra angular”, dijo. Además, afirmó que las ciencias económicas están relacionadas con las sociales y que ambas son necesarias para el funcionamiento de la sociedad.
Prof. Stefano Zamagi sobre “El sentido del diálogo de las ciencias con las humanidades en el s. XXI”: El papel de las humanidades en las ciencias/ciencias sociales no es meramente ornamental sino necesario para su fundamentación. #congresoRazónAbierta @RazonAbierta pic.twitter.com/Fq3NV2cOK9
— Elena Postigo (@PostigoElena) September 20, 2019
El profesor de la Universidad de Bolonia insistió en que las humanidades aportan habilidades para el correcto uso de las ciencias, como la física: “La creatividad, el entendimiento empático con la naturaleza, las habilidades en comunicación oral y el entendimiento histórico en estos ámbitos”. Por ello, Zamagni reconoció que la dependencia de las ciencias a las humanidades “queda en evidencia”.
Por la tarde, se celebraron dos de las últimas mesas redondas del congreso. Una de ellas, moderada por Julián Romero, profesor del doble Grado en Biotecnología y Farmacia, abordó los avances en neurobiología y su impacto en la esencia del ser humano. Para ello, contó con tres ponentes: Juan Pablo Romero, profesor de la UFV y neurólogo en la Unidad de Daños del hospital Beata María; Denis Larrivée, profesor de Loyola University of Chicago; y Miquel Ángel Serra, doctor en Biología e investigador de Biomedicina.
En la ponencia, los conferenciantes analizaron el impacto de la mejora de los sistemas neurológicos en la verdadera esencia del ser humano. Plantearon cuestiones como “¿qué es ser humano?” o “¿se puede ser más o menos humano?”. Además, se puso sobre la mesa el misterio del cerebro humano como “el órgano que ha permitido una revolución cognitiva y la abstracción gracias al lenguaje”. Para ello, expusieron una de las secciones cerebrales que más se puede acercar a ser la encargada de la conciencia humana, de lo que distingue a la persona del resto de animales. Durante todo el transcurso de la charla, se puso encima de la mesa el debate entre inteligencia y mente y la capacidad de la inteligencia artificial para recrear ambas. Finalmente, Juan Pablo Romero concluyó con la frase: “Un cerebro cabe en un cráneo, pero una mente no”.
¿Puede una máquina pensar? ¿Entonces es una persona? ¿Una máquina que piensa es peligrosa? Mesa sobre #InteligenciaArtificial a la luz de la @RazonAbierta con @gtejedor @ti3CEIEC @ufvmadrid @LydiaFeito @unicomplutense @jscanizares @unav @paolobenanti @UniGregoriana #CongresoRa pic.twitter.com/U5TUb5SGN2
— Comunicación UFV (@UFVComunicacion) September 20, 2019
La inteligencia artificial: oportunidades y desafíos desde la perspectiva de la razón abierta fue el nombre del coloquio que moderó Álvaro García, quien empezó la mesa redonda con dos preguntas: “¿Una máquina piensa?” y “¿una máquina que piensa es humana?”. Después, hablaron los ponentes: en primer lugar, Paolo Benanti (Pontifia Università Gregoriana), quien compartió la idea de que “las máquinas se van haciendo mucho más humanas y el humano se va haciendo poco a poco en una máquina.” También, Javier Sánchez-Cañizares (Universidad de Navarra) dijo: “La maquinaria está latente en nuestro día a día”. Y, finalmente, Lydia Feito (Universidad Complutense de Madrid) respaldó la idea de que “es posible introducir valores en el diseño de la inteligencia artificial”.