Ante la amenaza que suponen las noticias falsas en Europa, se ha iniciado un proceso de búsqueda de soluciones a este problema que ha afectado ya a algunos de los estados miembros. Hay una gran presión fomentada por parte de algunos gobiernos y empresarios para evitar la creación de nuevas leyes, por lo que la Comisión Europea está barajando otras posibilidades más enfocadas a la concienciación y buena práctica.
El Parlamento Europeo ha acelerado su labor para encontrar medidas contra las noticias falsas que están siendo motivo de debate en los últimos meses. La comisaria de Agenda Digital, Mariya Gabriel, ha comenzado un proceso para averiguar la solución a esta situación que se está convirtiendo en un problema para la seguridad de la democracia europea, como se ha dicho desde algunos gobiernos.
“Las noticias falsas son un instrumento que los enemigos de la democracia usan para que fracase Europa”. afirma Esteban González Pons, eurodiputado del Partido Popular.
La aparición de las noticias falsas ha afectado ya en situaciones relevantes para los países que conforman la Unión Europea. Se pudo constatar su repercusión durante el Brexit, las elecciones de Francia y Alemania e incluso, recientemente en el conflicto por la independencia de Cataluña. Por ello, se teme que se repita en más ocasiones y que pueda suponer un problema mayor.
Mariya Gabriel se ha puesto como fecha límite el 25 de abril para tener una propuesta que ayude a controlar la situación. La comisaria ha estado recibiendo presiones por parte de eurodiputados, otros comisarios y distintos gobiernos para la toma de una decisión sobre una propuesta de ley que aporte una solución. A pesar de esto, gracias a la información aportada a los medios por parte de una fuente cercana a Gabriel, se ha descartado la implantación de una ley común a todos los países. Y aunque se renuncia a una nueva legislación, sí se han tomado medidas como reunir a un equipo de 39 expertos de alto nivel y una consulta pública sobre las noticias falsas y la desinformación en línea para buscar una propuesta eficaz.
La negativa para la creación de una nueva ley tiene su explicación en las presiones que existen sobre la Comisión por parte de altos funcionarios de algunos países o de las directivas de empresas tecnológicas que pueden verse afectadas. También se considera que hay leyes suficientes y prefieren seguir trabajando en la creación de propuestas dirigidas a las buenas prácticas. En relación con este tema, Anya Schiffrin, directora del área de Tecnología, Medios y Comunicación de la Universidad de Columbia, ha dicho que “es muy difícil que la UE logre unanimidad en este ámbito” y ve más posible que cada país cree las leyes convenientes por su cuenta, antes de que se llegue a tomar una decisión conjunta.