El ejército argelino puso el pasado martes en marcha el proceso que le permitirá controlar la transición y el reemplazo del actual presidente Abdelaziz Buteflika. La decisión de «declarar inhábil» al mandatario se aceleró tras la declaración del jefe del Ejército y viceministro de Defensa, el general Ahmed Gaid Salah, durante una visita oficial a la localidad central de Ouarglaen, en la que se mostró partidario de «buscar una salida a la crisis política», a través del artículo 102 de la Constitución argelina, como hace un mes solicita la población del país en la calle.
«La situación en nuestro país está marcada en estos días por marchas populares pacíficas, organizadas en todo el territorio nacional, que exigen cambios políticos», explicó el oficial en su discurso. Se trata de unas protestas que, pese a ser pacíficas, «podrían ser explotadas por partes hostiles y malintencionadas, tanto en el interior como en el exterior el país, para tratar de quebrar su estabilidad», argumentó.
«En este contexto, se hace necesario, incluso imperativo, adoptar una solución para salir de la crisis que responda a las demandas legítimas del pueblo argelino y que garantice el respeto de las disposiciones de la Constitución y el mantenimiento de la soberanía del Estado», agregó Gahid Salah.
«Se hace necesario, incluso imperativo, adoptar una solución para salir de la crisis que responda a las demandas legítimas del pueblo argelino y que garantice el respeto de las disposiciones de la Constitución y el mantenimiento de la soberanía del Estado, declaró el general Gahid Salah».
Este texto permite la inhabilitación del presidente de la República, en caso de «una enfermedad grave y duradera que le imposibilite ejercer sus funciones». Buteflika sufrió un derrame cerebral en el año 2013, que le impide hablar y realizar actos públicos, por lo que podría ser cesado de su cargo por verse impedido de realizar correctamente las tareas que derivan de la Presidencia.
Reacción popular
Su decisión de presentarse nuevamente a la reelección desató, a principio de año, la cólera popular, que surtió efecto e hizo que Buteflika retirara su candidatura. El pasado martes, la declaración de uno de los hombres más fieles a Bouteflika, partidario hasta ahora de la continuación del mandatario en el poder, dio pie a poner en marcha el proceso de cambio.
La acción del general Ahmed Gaid Salah no calmó los ánimos de la población, que volvió a salir que exige la renuncia de su círculo de poder, al que acusa de corrupción y responsabiliza de la aguda crisis económica que desde 2014 padece el país.