«Una delgada chica negra, descendiente de esclavos y criada por una madre soltera». Así se definía a sí misma Amanda Gorman en The Hill We Climb (La colina que escalamos), el poema que, con 22 años, la ha convertido en la poeta más joven en recitar en la ceremonia de inauguración presidencial de Estados Unidos.
Activista desde los 16 años, Gorman es hija de una maestra de Primaria en Watts, un barrio de mayoría negra y latina en el sur de Los Ángeles. Allí, solo el 3% de los habitantes tienen estudios superiores. Amanda Gorman es, ahora, estudiante de Harvard: “Mi origen me ha dado el valor de la educación. No solo para mí, sino para los otros. Me ha servido para llevar mi formación a otro nivel”.
La poeta también da clases de escritura creativa para jóvenes en las librerías de su barrio. Gorman ha afirmado que siempre comienza estos cursos haciéndoles las mismas preguntas a sus alumnos: “¿Quién te ha llevado sobre sus hombros? ¿Qué es lo que te mueve?”. También comparte con ellos el mantra que se repite a sí misma cada vez que va a recitar su poesía: “Soy hija de escritores negros / que descendieron de luchadores por la libertad / que rompieron sus cadenas y cambiaron al mundo”.
Que Gorman fuera la elegida para recitar en la inauguración presidencial de Joe Biden no fue una casualidad. En Nueva York, en 2017 -cuando tenía 19 años-, ganó el primer premio del National Youth Poet. Este galardón lo entrega la organización Urban World, centrada en el trabajo literario y artístico de los jóvenes. Y entre el público congregado en la biblioteca del Congreso de Estados Unidos estaba una profesora de Lengua llamada Jill Biden, la esposa del actual presidente estadounidense. Fue la primera dama la que solicitó que Amanda Gorman recitara el poema en la inauguración.
«La poesía es normalmente la piedra angular a la que volvemos cuando tenemos que recordar la historia sobre la que nos alzamos y el futuro que defendemos», dijo Gorman en una entrevista en The New York Times. «Ahora más que nunca, Estados Unidos necesita un poema inaugural», añadió.
Para preparase, desde que recibió el encargo, en diciembre, la joven leyó los anteriores poemas inaugurales, así como textos de Abraham Lincoln para comprender cómo hablar a un país dividido. Ya tenía la mitad del poema escrito cuando tuvo lugar el asalto al Capitolio: “No diré que arruinara el poema porque no me sorprendió, había visto las señales y los síntomas hace tiempo. Pero me motivó aún más para creer firmemente en un mensaje de esperanza, unidad y curación. Era el tipo de poema que yo necesitaba escribir y el que el país y el mundo necesitaban escuchar”, ha explicado.
«Aunque la democracia puede ser periódicamente retrasada, nunca puede ser permanentemente derrotada», escribió en su poema. «Porque siempre hay luz, si somos lo suficientemente valientes para verla, si somos lo suficientemente valientes para encarnarla», finalizó.